Los jugadores del Recreativo de Huelva soportan estos días una merecida tormenta de críticas y reproches tras el doble descenso del Decano a la quinta categoría del fútbol español. Y cada uno lo lleva a su manera. "Pienso que si yo fuese aficionado, haría lo mismo. Están indignados y es normal que tengan esa actitud hacia nosotros. También sentí un poco de vergüenza por ver al rival tener que explotar globos, pero es lo que hay, no podemos quejarnos", señala Seth.

El delantero admite que "he bajado el nivel un poco y es normal que la afición me lo recrimine. Yo acepto la crítica, pero si me insultas a mi o a mi familia, te bloqueo. Hay críticas y comentarios destructivos, y gente que no tiene dos dedos de frente y te trastoca. Por eso he intentado dejar de lado las redes sociales para no volverme loco. El aficionado que te insulta o pinta las paredes de tu casa, no es un aficionado de verdad", dice de sus polémicas en las RRSS.

La influencia de la afición

Porque el futbolista cedido por el Cádiz ha aprendido en sus propias carnes "la influencia que tiene una afición en los jugadores. En el Cádiz B no tuve responsabilidad ninguna y aquí ha sido al contrario. La influencia de la masa social que tiene el Recre hace que para jugar aquí, hay que tener un potencial mental increíble. A mi no me ha podido la presión, pero a otros compañeros, sí. Cuando van bien las cosas, es muy bonito. Pero cuando van mal, hay que tener la cabeza bien puesta".

Dos descensos en una misma temporada

Más allá del pesar de la hinchada recreativista, Seth recuerda a los que acusan a los jugadores de mercenarios que "nosotros también estamos fastidiados por la situación, no nos esperábamos sufrir dos descensos en una misma temporada". Y respecto a su futuro -el ariete volverá al Cádiz cuando acaba su cesión- y el de sus compañeros, reconoce que "nos va costar tirar para delante, esto no va a quedar en el olvido, esa será nuestra penitencia".