La alcaldesa de Riotinto cierra las puertas a sus policías locales
Rosa Caballero evita así que los miembros del cuerpo municipal, que se encuentran todos de baja, utilicen la jefatura policial para organizar sus acciones de protesta.
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El conflicto existente entre el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Minas de Riotinto y la Policía Local del municipio cada vez parece más lejos de solucionarse. Después de que los cinco agentes que componen la plantilla municipal, todos excepto el oficial jefe, se dieran de baja laboral, la alcaldesa de la localidad, Rosa Caballero, ha ordenado el cambio de la fechadura de la sede de la Policía Local, lo que impide el acceso de los agentes policiales a su centro de trabajo.
La regidora del PP evita así que los efectivos policiales que se encuentran de baja utilicen su sede para organizar sus acciones de protesta y recabar el apoyo del resto de agentes de las policías locales de la provincia, que ya han manifestado su apoyo a sus compañeros de Riotinto e incluso se han negado a prestar sus servicios en el municipio andevaleño.
El fuerte conflicto desatado entre el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Minas de Riotinto y el cuerpo de la Policía Local tuvo su momento culmen tras el pasado 26 de septiembre, en plena festividad de La Esquila, cuando la alcaldesa desautorizó y criticó, a través de un Bando municipal, la actuación policial llevada a cabo por sus propios agentes. En concreto, la Policía Local del municipio interpuso en una sola noche hasta 26 denuncias, todas ellas por el estacionamiento de vehículos encima de la acera de la calle Santa Bárbara, una vía en la que los conductores han aparcado así desde siempre para permitir la circulación en la vía.
La regidora del PP consideró que aquella actuación policial obedecía a una medida de protesta de los agentes contra una serie de decisiones del Ayuntamiento que no eran de su agrado, si bien posteriormente trascendió la existencia de una Orden de Servicio, firmada por la Alcaldía sólo tres días antes, en la que se ordenaba a los efectivos policiales a denunciar todas las infracciones que se produjeran y se les advertía de que podrían ser expedientados por falta grave si no cumplían con esa obligación.
La citada Orden de Servicio puso en entredicho la versión de la alcaldesa, quien una semana después de aquello se encontró con que los únicos dos agentes de que disponía se daban de baja laboral. Otros dos ya estaban en esa misma situación y otro, que estaba de vacaciones, siguió después los pasos de sus compañeros nada más incorporarse de su permiso vacacional. Así las cosas, la localidad de Minas de Riotinto cumple ahora casi un mes sin efectivos con los que prestar el servicio policial en el municipio.