jueves. 18.04.2024
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Sin rastro de las mujeres de Zufre fusiladas después de tres meses de búsqueda

Encuentran una veintena de cuerpos en el cementerio de Higuera. Pero la fosa de las mujeres de Zufre fusiladas en 1937 no aparece.
Sin rastro de las mujeres de Zufre fusiladas después de tres meses de búsqueda

El cementerio de Higuera de la Sierra ha acogido durante tres meses a un equipo de arqueólogos y antropólogos que lo han escudriñado palmo a palmo. Han dado con una veintena de cuerpos de represaliados del franquismo. Junto a los restos, abundantes indicios de munición y evidencias de su muerte por fusilamiento. Aun no han sido identificados. Las víctimas han sorprendido a los vecinos de Higuera. Y el hallazgo ha devuelto a la localidad hacia sus recuerdos más aciagos.

Pero el equipo de trabajo no ha encontrado la pieza principal del puzle criminal que buscaba. La fosa de las 16 mujeres de Zufre que fueron fusiladas en Higuera en noviembre de 1937. Hoy, 4 de noviembre de 2019, se cumplen 82 años de su horrendo crimen.

No ha dado tiempo aun a redactar el informe oficial de las excavaciones, de las catas en el terreno, unos datos que entregarán en los próximos días a la Junta de Andalucía. El Gobierno andaluz había prorrogado la búsqueda un mes más. Pero tampoco se ha encontrado la fosa donde se situaban los restos de las mujeres.

Las únicas zonas del cementerio que no se han podido mirar son las que ocupan una serie de nichos que hacen muy complicado investigar lo que hay debajo. Es posible que estén ahí.

Tenían edades comprendidas entre los 30 y los 62 años cuando fueron fusiladas. Los restos de Teodora, Remedios, Modesta, Josefa, Elena, Bernabela, Dominica, Felipa, Amadora, Mariana, Antonia, Encarnación, Faustina, Carlota, Amadora y Alejandra y otros cinco hombres fusilados el mismo noviembre del 37 siguen en paradero desconocido.

El Grupo de Trabajo Recuperando la Memoria Histórica y Social de Andalucía de CGT-A, impulsor de esta exhumación, se pregunta cómo es posible que sucedan estas cosas. Su coordinador, Cecilio Gordillo, echa en falta la implicación de los ayuntamientos a la hora de aclarar este tipo de 'desapariciones post mortem'. Si, en algunos casos, fueron enterradas en un lugar de su propiedad, el cementerio del pueblo, cómo es posible que luego no aparezcan ahí. ¿Ha fallado la custodia de esos restos que es obligación de los ayuntamientos? se pregunta.

Se sabe que en muchos lugares fueron abiertas las tumbas y llevados los restos al Valle de los Caídos. En algunos pueblos se han hecho obras que han podido acabar con los restos mezclados con los escombros, en otros vaciados y removidos los terrenos para ampliaciones. Demasiadas intervenciones sin control y sin tener en cuenta a las víctimas que podían estar en esas zonas.

La búsqueda de las 16 mujeres de Zufre fusiladas en 1937 pues continuará. Los mismo sucedió en Puebla de Guzmán con sus Rosas de Guzmán, quince mujeres fusiladas siguiendo el mismo procedimiento asesino que en Zufre. Y tampoco aparecieron sus restos después de levantar literalmente el antiguo cementerio. Aunque allí sí había evidencias de que la tierra había sido removida y amplias zonas vaciadas.

Pero todas, las mujeres de Zufre y de Puebla de Guzmán tienen nombre. Y tuvieron una vida, violentada primero con su horrendo crimen y después con la ocultación de sus restos.