Los estudiantes piden cerrar el vertedero de Nerva tras 25 años de impacto emocional

Nacieron y crecieron al lado de un vertedero de residuos tóxicos y peligrosos junto a sus casas. Han conocido la tensión social y el conflicto que siempre genera una instalación de estas características.

Ahora, la llegada de miles de toneladas de residuos tóxicos y peligrosos de Montenegro (donde se limpia una zona para multiplicar su valor turístico y de Patrimonio Mundial y se entierran en Nerva, junto a una zona que aspira precisamente a ser Patrimonio de la UNESCO) colma la paciencia de toda una generación que ha decidido echarse a la calle para tratar de frenar este bucle de contaminación continua y constante a lo largo de toda su vida.

Los estudiantes de Nerva y de varios municipios de la Cuenca Minera han protagonizado este jueves una marcha anti-vertedero en toda regla. Y desde el IES Vázquez Díaz se han trasladado a las inmediaciones del cementerio de residuos tóxicos y peligrosos para dejar clara su postura.

De fondo un mensaje contundente: "La juventud de Nerva está comprometida y es consciente de la situación. Tiene ojos que ven y oídos que escuchan cómo los diferentes organismos se pasan la patata caliente y no ponen solución. Queremos el cierre del vertedero ya y nos vemos obligados a salir de nuestro territorio dejando atrás nuestra historia a causa de ello. No lo vamos a permitir. Es la hora del cambio".

Los estudiantes, la nueva generación de ciudadanos de Nerva y la Cuenca Minera, se suma así al ambiente ciudadano que reclama una fecha para cerrar un vertedero de residuos tóxicos que se le puso hace 25  años con la promesa (más que incumplida) de la Junta de Andalucía y los promotores Abengoa y Terraire de servir de alojamiento a los residuos de las provincias y polos industriales del suroeste andaluz.

El impacto emocional en niños y adolescentes

Mucho se habla estos días del cierre y se lleva el debate al Parlamento. Pero hasta ahora nadie, ninguna autoridad, ha contado cómo ha impactado emocionalmente en toda una generación la convivencia con este polémico vertedero y sus verdaderas consecuencias.

Porque los especialistas en psicología infantil y juvenil consultados por diariodehuelva.es tienen claro que la tensión, el conflicto que ha generado el vertedero impacta emocionalmente en sus vidas. Esta tensión emocional, han explicado, es obvio que repercute en los niños y adolescentes. No es lo mismo crecer en medio de situaciones puntuales de tensión que hacerlo en situaciones donde persiste este ambiente de incertidumbre a lo largo del muchos años.

A juicio de los expertos, los ambientes que se generan por este tipo de comportamientos repercuten emocionalmente en ellos, genera incertidumbre y estados de ansiedad que perjudican la salud mental. Los niños y niñas, la juventud necesita crecer sabiendo que en lo personal, social y familiar hay estabilidad, necesitan pues confianza en el futuro. Y si esto está en riesgo, advierten los expertos, obviamente afecta al plano emocional. Porque observan su repercusión en sus amistades y familia.

Este tipo de situaciones se pueden tratar a nivel educativo y hasta que la situación no se resuelva o se genere una salida a esa incertidumbre están muy presentes en los niños y jóvenes de Nerva y la zona de influencia. Los psicólogos lo ven claro: las personas de estas edades necesitan apoyarse en criterios y situaciones que generen confianza a futuro.

Por eso creen importante no poner parches, al principio pueden ser útiles, pero parches al fin y al cabo.

Lo mejor, explican los psicólogos consultados, es que la cuestión se resuelva al menos en términos que rompan esa incertidumbre. Y apoyan una reacción porque es una forma de buscar una salida emocional y de romper un circuito que genera mucho estrés.