El Recreativo tiene un problema que solventar de cara al 'play-off'

Problema localizado. Aunque los profesionales aún deben analizar en profundidad lo sucedido en el duelo entre el Recreativo y el San Fernando, la dirección deportiva y el cuerpo técnico coinciden en un primer análisis. Si el Decano jugó, posiblemente, el peor partido de la temporada, se debió más a factores mentales que futbolísticos, más a aspectos psicológico que tácticos.
La trascendencia del encuentro en la tabla clasificatoria -multiplicada por el inesperado traspiés del Cartagena-, el impacto mediático del choque durante toda la semana y la presencia de 18.000 espectadores en el Nuevo Colombino provocaron una presión extra que muchos jugadores no supieron encauzar y terminó por paralizar piernas y mentes.
Un miedo a fallar que José María Salmerón ya denunció en la rueda de prensa posterior al pulso y que, en cierta medida, es comprensible, pues muchos de los futbolistas del Decano, sobre todo los más jóvenes, jamás se habían enfrentado a una situación como la que vivieron este domingo. El temor a decepcionar a tanta gente acabó por bloquearles.
Un fallo puntual que, sin embargo, preocupa de cara a las eliminatorias por el ascenso. Porque si, como todo el mundo espera, el Recre juega por subir de categoría, aún habrá más aficionados en el Nuevo Colombino y la presión en este tipo de partidos será todavía mayor. Y al contrario de lo que ocurre en la Liga, en el 'play-off' no habrá segundas oportunidades.
No obstante, el Recreativo cuenta con argumentos de sobra para aprender a controlar sus emociones y desenvolverse mejor en las situaciones límites. Empezando por Salmerón, un técnico experimentado, que domina como pocos la psicología del jugador y del entorno del club, incluidos los medios de comunicación.
Y finalizando por futbolistas veteranos como Marc Martínez, Diego Jiménez, Pina, Israel Puerto, Llorente, Caye... capaces de tranquilizar a los más novatos y aplicar las lecciones aprendidas. En este sentido, el choque con el San Fernando es una experiencia para aprender. Y debe servir de enseñanza, pues ya se sabe que nadie nace sabiendo, ni escarmienta en cabeza ajena.