jueves. 26.06.2025
El tiempo

La 'nueva basura' del coronavirus asusta y se esparce por las calles de Huelva y sus pueblos

Los nuevos residuos generados por el Covid-19: guantes, mascarillas, pantallas protectoras y hasta colchones se abandonan sin control en pueblos y ciudades. Salud advierte: es imposible saber quién ha usado el material que se tira en la calle y, por tanto, si puede contener el virus
La 'nueva basura' del coronavirus asusta y se esparce por las calles de Huelva y sus pueblos

Los nuevos residuos generados por el Covid-19: guantes, mascarillas, pantallas protectoras y el abandono de ropa usada traen de cabeza a los ayuntamientos. A la moda de arrojar estos enseres a las calles sin ningún control se une ahora la aparición de colchones junto a los contenedores y solares abandonados.

Las autoridades sanitarias han dado la voz de alarma: es imposible saber quién ha usado el material que se tira en la calle, en cada esquina y, por tanto, si los guantes y mascarillas y colchones pueden contener el virus.

Primero aparecieron en Madrid, luego en Albacete, en algunas localidades del Levante y ahora, de una semana a esta fecha, están apareciendo en algunos puntos de Huelva. Se trata de colchones arrojados junto a los contenedores de basura urbana, en cubas de obra o en parcelas abandonadas.

En algunas ciudades se ha vinculado esta cuestión con colchones que han sido usados por pacientes que han pasado ya la Covid-19, por lo que han tenido que ponerse en cuarentena.

Es un fenómeno insalubre y de alto riesgo sin explicación oficial pero algunos colchones de los que aparecen abandonados en Huelva están casi nuevos y no presentan daños. En condiciones normales no estarían en la basura. Lo que sí suponen es un peligro para los residentes y vecinos al poder convertirse en un foco de contagio para los ciudadanos y también para los trabajadores de los servicios de recogida de basura.

Ante el riesgo que presenta el abandono de colchones lo mejor y más seguro es rociarlos con una solución hidroalcohólica y luego envolverlos bien para evitar el contacto con ellos. Hay que resaltar que el virus puede permanecer entre 48 y 72 horas en este tipo de superficie almohadillada.

Y otros riesgos que acarrea, en algunos casos, es la recogida y transporte de estos colchones aparentemente nuevos por parte de residentes en pisos ocupados. Son arrastrados por las calles hasta estos edificios sin ningún tipo de control. Así la cadena de contagio puede extenderse fácilmente.

Además de los colchones preocupa la cada vez más visible presencia de guantes y mascarillas de un solo uso por las calles. Se arrojan a la vía pública sin ningún tipo de control. Una verdadera plaga que trae de cabeza al personal de la limpieza viaria.

Lo mismo aparecen en los aparcamientos de los supermercados que junto a centros de salud, puertas de Urgencias, asociaciones de vecinos, portales de edificios, parques y recintos infantiles, en los paseos y, por supuesto, en las playas.

El Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias acaba de dar la voz de alarma.

Los riesgos de infección por Covid-19 no son muy altos pero el departamento que dirige Fernando Simón asegura que es imposible saber quién ha usado el material que se tira en la calle, en cada esquina y, por tanto, si los guantes y mascarillas pueden contener el virus.

Emergencias advierte que las mascarillas y guantes que se quedan por el suelo está claro que pueden suponer un riesgo para los demás. La cosa es seria, además de suponer un evidente peligro para el medio ambiente.

La basura del Covid-19 que llega al mundo rural

La problemática de los nuevos residuos que está generando la pandemia no es un problema exclusivo de ciudades grandes y medianas. También ha llegado al mundo rural, con menos medios para afrontar este chaparrón de residuos 'modelo Covid-19'.

Es el caso de Santa Olalla del Cala. Primer municipio de Huelva en dar la voz de alarma y alertar de esta problemática insalubre.

El portavoz del Grupo Municipal de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento de Santa Olalla del Cala, Rafael Caballero, ha solicitado ya al equipo de Gobierno del municipio la colocación de contenedores grises en los puntos de mayor afluencia donde los ciudadanos puedan depositar los guantes y mascarillas usados, “ante el notable aumento de estos residuos debido al uso masivo desde que el Gobierno decretara su obligatoriedad”.

Caballero ha explicado que “este aumento está conllevando problemas de residuos, puesto que es un material que no se recicla y que, por tanto, debería de ser eliminado en los contenedores grises”, si bien, ha puntualizado que “a día de hoy no existe ni un solo punto de recogida en la localidad a tal fin”.

La demanda de este concejal se puede extrapolar a la mayoría de los consistorios de zonas rurales pues no disponen de lugares preparados para recibir este tipo de nuevos residuos.

Cabe recordar con respecto a los residuos que mediante dos órdenes ministeriales, el Gobierno ha adoptado nuevas normas sobre la gestión de residuos en el proceso de desescalada. Estas órdenes, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y publicadas en el Boletín Oficial del Estado (BOE), revisan algunas de las medidas coyunturales que, atendiendo al principio de precaución, se tomaron en los momentos de mayor incidencia de la pandemia para la gestión de los residuos domésticos y sanitarios en contacto con COVID-19 con las adecuadas garantías de seguridad, han informado los gestores de residuos.

Poco a poco y en la medida en la que la incidencia de la enfermedad se atenúa se ha revisado la Orden SND 271/2020, de 19 de marzo, en tres aspectos clave:

Recuperar la separación manual del tratamiento de la fracción resto siempre que se dispongan de los medios de protección adecuados, con el fin de minimizar los volúmenes destinados a vertedero o incineración.

También se ha decidido limitar la incineración y el vertido directo de la fracción resto como máximo hasta que finalice la fase 3, dando un margen de flexibilidad a las Comunidades Autónomas para poder recuperar la gestión habitual de la fracción resto. En la orden de marzo se obligaba a destinar la fracción resto directamente a vertedero o incineración.

Reinstaurar la notificación previa asociada a los traslados entre Comunidades Autónomas de los residuos sanitarios en contacto con COVID-19, que había quedado suspendida para evitar las dificultades que suponía la práctica de las notificaciones en la etapa de confinamiento.