sábado. 20.04.2024
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El humo del tabaco puede aumentar las probabilidades de contagio por Covid

Los expertos afirman que al fumar y exhalar el humo se expulsan diminutas gotitas que pueden contener carga viral y ser altamente contagiosa. Además, al fumar es inevitable llevarse la mano a la boca, la nariz o la cara, lo cual facilita la entrada del virus en el aparato respiratorio.
El humo del tabaco puede aumentar las probabilidades de contagio por Covid

Decenas de estudios se están centrando en las consecuencias que posee el Covid-19 en los pacientes según sus patologías previas. Una de las teorías que más fuerza está recabando es la de que los pacientes de Covid-19 que son fumadores tienen más probabilidades que padecer el coronavirus de forma más grave, así como una peor evolución del mismo.

La comunidad médica ya ha advertido que fumar y expulsar el humo del tabaco (así como de los famosos cigarrillos electrónicos o las cachimbas) provoca el aumento del número de gotitas de saliva que expelemos al respirar (conocidas como gotitas de Flügge). Por lo tanto, las posibilidades de contagio del Covid-19 aumentan considerablemente.

El daño que el consumo de tabaco provoca en los pulmones y en el sistema inmune comienza desde que se empieza a fumar. Tal y como ha expuesto el jefe de Neumología del Hospital Universitario Juan Ramón Jiménez, Roberto del Pozo, a diariodehuelva.es, "los pacientes fumadores tienen mayor riesgo de padecer una enfermedad más grave por Covid-19".

Del Pozo ha explicado que "los pacientes fumadores tienen mayor riesgo de ingreso en general, por las patologías que pueden padecer ya que los pulmones son los mayores afectados pero, por consiguiente, el resto de órganos también. Esto provoca que sean más propensos a que si contraen el Covid, su evolución sea peor que la de otros pacientes no fumadores".

Asimismo, una vez que ese paciente fumador es ingresado, como bien ha expuesto el jefe de Neumología, "tienen más riesgo de ir a UCI y, además, más probabilidades de ser intubados".

Y es que la evidencia científica de las epidemias precedentes por otros coronavirus como el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio han evidenciado cómo ser fumador era un importante factor de riesgo que llegaba a triplicar la probabilidad de sufrir esta enfermedad.

Cabe recordar que el consumo de tabaco duplica el riesgo de sufrir neumonía y tuberculosis, e incrementa hasta 5 veces más la probabilidad de enfermar por gripe; e incluso agrava las infecciones respiratorias, con un mayor riesgo de hospitalización e ingreso en UCI en las personas afectadas por la gripe.

¿Qué sucede entonces con el humo del tabaco y el entorno?

Los expertos advierten que "el humo del tabaco puede aumentar las probabilidades de contagio, ya que la persona que fuma, primero va sin mascarilla (con lo que tiene más exposición al aire, y por tanto al virus). Segundo, expulsa el aire con mayor fuerza que la propia respiración, con lo que si este fumador fuese positivo covid asintomático podría generar aerosoles que dejen expuestos las partículas".

Además, según ha aclarado Roberto del Pozo "el hecho de que los fumadores estén más tiempo sin mascarillas expuestos al aire, es un factor de riesgo ante el Covid que su transmisión vía aérea es la más evidenciada".

Esto provoca una controversia en el día a día de todos los ciudadanos, ya que entre las primeras medidas higiénico sanitarias que se recomendaron, desde el Gobierno central se advirtió que las personas fumadoras cuando estuviesen en la calle podrían hacerlo sin estar 'en movimiento', es decir, cuando se fumase se haría quieto en un lugar.

Asimismo, con la apertura de la hostelería se estableció que no se podría fumar en las mesas de las terrazas y las personas fumadoras debían hacerlo a metro y medio de las mesas.

Y es que los expertos son claros: "si estás en una terraza comiendo sin mascarilla, y otra persona está fumando al lado, ese humo llega con más facilidad a tus pulmones que si está más alejado". Aquí entraría la polémica. Entonces, ¿si un fumador es asintomático, podría una persona contagiarse al respirar ese humo?

Aunque no existan evidencias científicas, los expertos reiteran que "hay que extremar las precauciones, por eso es tan importante la distancia de seguridad entre personas, llevar mascarillas y evitar aglomeraciones". Y han añadido que "a través del humo se echa el aire de forma más brusca. Esas microgotitas pueden llegar más lejos (con lo que la distancia de seguridad se queda más corta). Además, si estoy fumando la mascarilla no la llevo, por lo que se eleva el riesgo potencial de contagiar más o ser un foco de contagio".

El presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), Carlos A. Jiménez-Ruiz ha insistido que "al fumar y exhalar el humo, ya sea tabaco convencional o dispositivos electrónicos, se expulsan diminutas gotitas respiratorias que pueden contener carga viral y ser altamente contagiosa. Además, al fumar es inevitable llevarse la mano a la boca, la nariz o la cara, lo cual facilita la entrada del virus en el aparato respiratorio"

A este respecto, Del Pozo ha manifestado que "algunas comunidades han prohibido fumar en terrazas, algo que considero una decisión correcta, ya que en las terrazas las distancias son menores, y mientras se está fumando se está sin mascarilla".

Esta afirmación es reiterada por la Comisión de Salud Pública del Sistema Nacional de Salud (SNS), del Ministerio de Sanidad, que ya en verano aprobó por consenso el 'Posicionamiento en relación al consumo de tabaco y relacionados durante la pandemia por la Covid-19', en el que avisa de que los cigarrillos pueden actuar como transmisores del nuevo coronavirus y recomienda no fumar en ambientes sociales.

En este documento se insiste en los nuevos riesgos asociados a fumar vapear. Y es que, además de los daños a la salud que conlleva el tabaco, la manipulación de la mascarilla y el contacto de los dedos con la boca tras tocar los cigarrillos podrían actuar como transmisores del Covid-19.

Así lo ha confirmado a diariodehuelva.es el jefe de Neumología del Juan Ramón Jiménez, que ha señalado que "el gesto del tabaco 'mano-boca' puede ser un foco más de contagio y propagación ya que las manos tocan espacios, sitios, cosas... Y cuando se está fumando el gesto provoca que constantemente estas se lleven a la boca con el cigarrillo".

Del Pozo ha recordado que "fumar provoca daño a nivel epitelio bronquial", uno de los elementos más afectados por el Covid, con lo que los fumadores que contraigan el Covid "pueden tener peores consecuencias, como la sensación de ahogo y cansancio extremo".

Además, ha apuntado que "a las cachimbas hay que sumarle el hándicap que en la mayoría de los casos se comparte boquilla, con lo que el contacto es más directo aún".

Por ello, desde el servicio de Neumología del Juan Ramón Jiménez se ha solicitado a la población que "debemos seguir concienciados, aunque haya una mejoría en las cifras de contagio, no podemos bajar los brazos y seguir concienciados con las medidas básicas (distancia de seguridad, mascarilla, evitar aglomeraciones), porque así habrá menos ingresos, y por tanto menos muertes".

Respecto a las consecuencias del Covid en los pacientes cuando abandonan el hospital, Del Pozo ha expuesto que se ha creado un circuito específico para controlar a las personas que han tenido dificultades en su evolución de la enfermedad y a la hora de darles el alta aún tienen síntomas persistentes, como pudieran ser el cansancio o la sensación de ahogo.

En este circuito se pretende que los pacientes continúen bajo vigilancia para comprobar la evolución de la enfermedad y sus consecuencias, así son citados para poder realizarle las pruebas diagnósticas pertinentes y continuar con su seguimiento.

Este circuito nace también por la imposibilidad de asumir tal volumen de pacientes en las consultas externas habituales, porque como ha explicado Del Pozo "tras la primera ola, aunque aquí el impacto fue menor en comparación con el resto de España, los pacientes pudimos asumirlos dentro del sistema habitual, pero tras la segunda y tercera ola, el crecimiento exponencial de casos positivos ha hecho que tengamos que aunar más esfuerzos para atenderlos tras su alta".

Del Pozo ha recordado que "en la primera ola sí que notamos un interés en más personas para dejar de fumar, incentivados también por las ayudas de medicamentos que se ofrecían desde el Gobierno; pero luego ese interés decayó, por lo que ha disminuido el número de personas que ha dejado de fumar".

Si fumar o no, perjudica o agrava la evolución del Covid es más que evidente que los expertos coinciden en que sí. Por ello, la Sociedad Española de Epidemiología considera que en el marco de la estrategia preventiva para contribuir a la reducción del efecto de la pandemia por Covid-19, es fundamental evitar el consumo de productos de tabaco en todas sus formas.

Asimismo, se recomienda mejorar la valoración y registro del consumo de tabaco en los sistemas de vigilancia, de modo que se pueda contar con más y mejores datos en los futuros estudios.