viernes. 26.04.2024
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El día que los extraterrestres ‘contactaron’ con Huelva

La finca de El Condesito en Rociana del Condado fue en la década de los 70 lugar de peregrinación para los amantes de la ufología. Los numerosos avistamientos de OVNIS llevaron al periodista Julio Marvizón a realizar una obra literaria contando ese "posible contacto extraterrestre".
El día que los extraterrestres ‘contactaron’ con Huelva

   Huelva nunca se ha prodigado en lo que respecta a fenómenos ufológicos o leyendas de extraterrestres.  Sin embargo, en 1974 la finca de El Condesito, en Rociana del Condado, propiedad del vecino Francisco Ferraro, se convertiría en lugar de peregrinación tras una concatenación de avistamientos que escapaban a la lógica humana y despertaron el interés social por la ovniología. 

Entre el miedo y el escepticismo, el rumor corrió como la pólvora al punto de que un año más tarde un equipo de afamados profesionales del mundo de la ufología se desplazan al municipio condal para presenciar con sus propios ojos estos fenómenos extraños y acreditarlo con sus, entonces, vanguardistas equipos informáticos.

     Julio Marvizón, meteorólogo de profesión, ufólogo y escritor de varios libros, fue una de las personalidades que integraron aquel sanedrín de lo paranormal. Todo la labor que desarrollaron en el municipio onubense quedó plasmada en la inquietante obra literaria “La verdadera Historia del Condesito (probable contacto tecnológico con seres extraterrestres).

Junto a un denso material gráfico y sonoro de OVNIS (Objetos Voladores No Identificados) que sobrevolaron los cielos rocianeros, el documento más 'valioso' e impactante fue la imagen captada por una película infrarroja frente a cuyo objetivo aparece, sólo tras el revelado, un supuesto extraterrestre cuya instantánea ha recorrido medio mundo y que quedaría en los anales de la ufología como la imagen del Condesito. El rostro presentaba unas cavidades oculares muy marcadas con una espigada nariz y orejas muy estilizadas y pegadas al cráneo. 

     El título “La verdadera historia…” ya pone al lector sobre la pista de que se han vertido multitud de falsas leyendas y medias verdades que han desvirtuado la realidad. Programas emblema de la telévisión como Cuatro Milenio, que condujo y dio fama al periodista Iker Jiménez, han abordado en varias ocasiones los fenómenos ufológicos que se produjeron en una finca agrícola que todavía sigue albergando este aura de leyenda. 

Supuesto extraterrestre

A pesar de todo, en su libro, Marvizón no tiene duda de que se trató de un “posible contacto tecnológico con seres extraterrestres”. El meteorólogo indica que ellos fueron meras ratas de laboratorio, en manos de seres superiores en tanto en cuanto que recibían ‘respuestas’ de los OVNI “únicamente la primera vez que utilizábamos un aparto tecnológico o cuando cambiábamos el modo de uso. Era como si no diesen un queso cada vez que éramos capaces de aplicar un nuevo artilugio o una nueva forma de uso: bien fuese fotografías, infrarrojos o sicofonías, aunque es preciso matizar que la recompensa sólo se producía únicamente  la primera vez, si persistíamos no ocurría nada”, apostilla. 

“El libro no dogmatiza, sólo cuenta los hechos tal cual”

      Marvizón advierte que nunca ha sido su objetivo dogmatizar “sino relatar los hechos tal cual ocurrieron”. Fiel a esta declaración de intenciones el libro no se narra en clave de novela ni se estructura siguiendo los cánones de planteamiento nudo y desenlace, si no que vierte los acontecimientos tal como se van produciendo a modo de diario pero sin seguir una estructura fija como tal. Concretamente entre los capítulos intercala profusa documentación sobre determinados aspectos o lo que Marvizón denomina diálogos esotéricos a través de la oui-ja, en los que se interroga a un ser sobre estas experiencias. Por todo ello no es de extrañar que su obra comience subrayando que  “en el país de los ciegos el tuerto no el rey”, si no que acaba “en el manicomio, porque es el único que cuenta cosas que los demás no ven”.

  

Los escépticos achacan los avistamientos a pruebas aeroespaciales

     La mente humana persigue de forma denodada la certidumbre y la lógica de lo que ocurre a su alrededor. Cuando no se es capaz de hallar una explicación científica que corrobore de forma irrebatible sus corazonadas entra en el vasto y pantanoso terreno de la cábala. Nadie pone en duda que las imágenes recogidas por Marvizón y su equipo son OVNI (Objeto volador no Identificado), lo que lleva a  muchos a creer a pies juntillas que aquellos documentos gráficos y sonoros recopilados en sus estudios son una prueba más que fehaciente de la existencia de vida extraterrestres. Por contrario, los más escépticos tienen una teoría diametralmente opuesta y achacan los fenómenos ufológicos acontecidos en la finca del Condesito a las pruebas experimentales y aéreas llevadas a cabo en Mazagón por el INTA, un Organismo Público de Investigación especializado en la investigación y desarrollo tecnológico aeroespacial. Concretamente en la década de los 70 en la zona se abordaron infinidad de ensayos experimentales cuyo radio de pruebas podría abarcar hasta Rociana o, en su defecto, ser divisadas desde la zona.