miércoles. 01.05.2024
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El Rocío celebra su fin de año más amargo y atípico: ni reuniones ni cante en la noche

La aldea de El Rocío ha contado con un plan especial donde el Ayuntamiento de Almonte ha querido hacer hincapié sobre las reuniones en las casas y la movilidad por la aldea.
El Rocío celebra su fin de año más amargo y atípico: ni reuniones ni cante en la noche

Que la aldea de El Rocío es un sitio especial lo sabemos todo el mundo. Y que su emplazamiento y su paraje lo hace en el mejor marco posible para celebrar una nochebuena o una nochevieja también. Sin embargo, la pandemia sanitaria provocada por la Covid-19 ha cambiado por completo el panorama.

La nochevieja en El Rocío es sinónimo de cante, de alegría, de grandes reuniones de familiares y amigos. Algo que ha estado completamente prohibido durante la entrada del 2021. "La aldea de El Rocío albergaba un plan específico que, además, se mantendrá vigente hasta el próximo 6 de enero de 2021", afirma el propio ayuntamiento almonteño.

Un plan que ha tenido varios frentes en los que el Ayuntamiento de Almonte ha querido hacer hincapié; sobre todo con las reuniones en casas y la movilidad por la aldea.

"Lo que más nos preocupaba era el tema de la movilidad durante la noche y las aglomeraciones en las distintas casas de la aldea, ya que era algo común en cualquiera de las otras circunstancias. Es cierto que durante la Nochevieja el horario de circulación de personas se limitaba entre la 1:30 y las 6:00 pero siempre hay gente que trata de saltárselo. Afortunadamente el balance es positivo, excepto en varios casos aislados", añaden desde el consistorio.

Calles vacías y poco tráfico de vehículos

Sin duda era la imagen de la noche. Las calles de la aldea completamente vacía de personas y de vehículos. La imposibilidad de alquilar las viviendas para grandes reuniones (algo prohibido también en el protocolo especial aprobado por el Ayuntamiento) ha dejado imágenes de una aldea mucho más familiar y más local.

"A la hora de repartir el pan se nota mucho", cuenta a diariodehuelva.es Francisco González. Él es panadero y se dedica en su furgoneta a repartir el pan por las distintas calles de la aldea desde primera hora. "Los negocios de aquí están hundidos. La pandemia se ha llevado mucho por delante y estos días de fiesta nosotros sacábamos un buen jornal debido a la gente que había. Hoy no hay apenas gente", añade Francisco.

Algo que se ha notado también en los distintos picaderos para caballos. Muchos profesionales del sector han notado en los alquileres de los propios animales la fría nochevieja. "El Rocío es sinónimo de fiesta, de alegría y de caballos. Son muchas las personas que les gusta tener su caballo durante las fiestas para pasear con ellos por la aldea. Este año es imposible ya que por el toque de queda no podemos ver los paseos nocturnos de nuestros clientes; por lo tanto lo hemos notado mucho en el negocio", afirma Giordano López, encargado del mantenimiento de caballos y yeguas de una empresa de la localidad.

Reuniones muy familiares

Durante las fiestas navideñas, muy poca afluencia de público se ha dejado ver por la aldea marismeña; con el agravio de que la Virgen del Rocío, principal motivo de peregrinación, sigue estando en Almonte.

Una estampa que se ha dejado ver en los diferentes porches y patios de los tradicionales domicilios del municipio. Apenas familias y grupos reducidos se dejan ver en la mañana y tarde. "Compartimos casa hasta tres reuniones diferentes de amigos. Si antes podíamos estar aquí hasta 20 personas, ahora sólo estamos unos pocos. Vamos rotando ya que todos no podemos coincidir con las restricciones Covid", nos cuenta María Muñoz.

Una imagen muy distinta de lo que estamos acostumbrados. Algo que parece que se va a quedar con nosotros durante algún tiempo más. Ya que, a pesar de la vacuna, la responsabilidad social y las medidas sanitarias son las únicas opciones de momento para que vuelva la normalidad cuanto antes en la aldea de El Rocío.