miércoles. 24.04.2024
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El Rocío languidece ante las restricciones Covid y la estancia de la Virgen en Almonte

La llegada del Covid-19 lo ha cambiado todo en El Rocío. Desde la situación sanitaria a la presencia de la misma Blanca Paloma, que sigue en en Almonte a la espera de poder regresar a su ermita. Crisis en la aldea, de negocios y alquileres, sin la Blanca Paloma presente.
El Rocío languidece ante las restricciones Covid y la estancia de la Virgen en Almonte

La situación que se vive en la aldea de El Rocío es complicada. Un lugar de ensueño, en un entorno privilegiado, pero que vive fundamentalmente de la presencia de la Virgen en la propia aldea. En torno a su figura giran multitud de negocios, puestos de trabajo y sobre todo rentas.

La llegada del Covid-19 lo ha cambiado todo. Desde la situación sanitaria en el lugar como con la presencia de la misma Blanca Paloma, que sigue en el interior de la Parroquia de la Asunción de Almonte a la espera de poder regresar a su ermita.

"Si la situación de un año sin la Virgen en la aldea suele ser difícil para los negocios, imagínate si le sumamos la situación de la pandemia. La afluencia de gente es prácticamente nula y sin la Virgen en la aldea, la situación es muy complicada. Estamos perdiendo bastante dinero,  hasta tal punto que hemos decidido cerrar durante estos próximos días que duren las restricciones" nos cuenta Francisco Manuel Báñez , de Bar María - Casa Manguara, situado en la Plaza Doñana.

Y es que la situación que viven los hosteleros es complicada pero la falta de turistas y de peregrinos que se desplazan a la aldea en busca de la Reina de las Marismas agrava aún más la situación. "Hemos perdido mucho dinero. Y lo seguimos perdiendo. Es terrible todo esto. No sabemos qué va a ser de nosotros", opina Rocío Martín, trabajadora de una de las tiendas de moda flamenca situada en la calle Moguer.

La Virgen en Almonte sin traslado a la vista

El principal reclamo de la aldea de El Rocío es la presencia de la propia Virgen. Cada siete años se traslada al pueblo de Almonte como manda la tradición y eso resiente en los propios negocios.

Sin embargo, la situación extraordinaria ha provocado que la imagen de la Virgen del Rocío siga aún en Almonte. Y según parece, seguirá ahí también el año que viene ya que la situación sanitaria actual impide la celebración de su traslado tal y como lo conocemos. Por lo que sumaría dos años sin regresar a su aldea.

"La Virgen del Rocío seguirá junto a su pueblo de Almonte hasta que la situación sanitaria no mejore o cambie por completo". Ese es e mensaje directo que dan desde la Matriz.  Algo lógico ya que normalmente en sus traslados se movilizan miles y miles de persona. "Pedimos la prudencia de todos y comprensión”, añaden.

Además, la situación es la que es. La propia Hermandad Matriz de Almonte canceló hasta nueva orden las peregrinaciones de las distintas hermandades andaluzas debido al riesgo que suponía la movilización de tanta gente y su concentración en Almonte y en El Rocío.

Los alquileres siguen cancelándose

Otro aspecto importante tras la fea situación que sufren los distintos establecimientos de la restauración y comercio es el inmobiliario. Muchas familias viven de la renta de sus inmuebles junto a la marisma. Alquileres que no sólo se efectúan para la romería sino para el año entero.

"Si no hay peregrinaciones, no hay romería, la Virgen no está en la aldea y encima limitan la movilidad, pues ya está dicho todo. Todo el tema de la vivienda, sobre todo el alquiler en El Rocío ha caído en picado. Y la romería del año que viene la perdemos también seguro. Hasta que no exista una vacuna no mejorará la cosa", nos cuenta José Luis Escolar, propietario de un inmueble en la aldea.

Pero a todo ello hay que sumarle también las restricciones de aforo impuesta por las autoridades sanitarias. Al no poder mantener reuniones de más de seis personas, son muchos los que han decidido por ese motivo no renovar sus contratos.

"Estamos hablando que la mayoría de las casas de El Rocío suelen estar acondicionadas para grupos como mínimo de 10 personas. La mayoría de las reuniones son de casi 20; y todas ellas procedente de varias familias o grupos de amigos. Por lo tanto, se hace muy complicado todo", relata con resignación Antonio Rodríguez, arrendador de otro inmueble en la aldea.

La ansiada 'normalidad' es la única esperanza

Muchos problemas. Demasiados para una localidad que vive de su actividad turística y sus encantos naturales. Por lo tanto, la vuelta a la 'vieja' normalidad es la única solución. Un escenario complicado que no se atisba a corto plazo.

"El Rocío es fe, sentimiento, pasión. También hay turismo y comercio, por supuesto, pero sin nada de lo anterior no se concibe la aldea. Por eso, hasta que la normalidad no regrese, no podremos recuperar la esencia de El Rocío. Si antes los devotos venían a ver a la Virgen y aprovechaban para pasar el fin de semana, ahora simplemente vienen, ponen una vela a la Blanca Paloma y se van", nos explica uno de sus vecinos.