Urbanismo consuma la tala total de los cipreses del muro de la iglesia de San Pedro
Cuando los miles de peregrinos que han partido hacia El RocÃo con las hermandades de Huelva y Emigrantes regresen a la capital y la ciudad retome su pulso con los paseantes y transeúntes callejeros se encontrarán con dos bocados emocionales en Huelva.
El primero de ellos ha sido bastante polémico por la contestación ciudadana que se ha ido expresando en los colectivos de defensa del patrimonio onubenses, encabezados por Huelva Te Mira, y en otros ciudadanos disconformes con la decisión del Ayuntamiento de talar los cipreses ubicados en el muro de la iglesia de San Pedro. El segundo es la casi total eliminación de las palmeras de la plaza de La Merced.
Ya son historia. Esta mañana los operarios municipales los han talado y de tal forma lo han hecho que se impide que puedan ser replantados en otro lugar. Tampoco se ha hecho caso a la sugerencia de podarlos para que no tapasen el recién restaurado muro que se levanta frente al Paseo de Santa Fe y la fachada del remodelado cuartel.
Se trata de una construcción declarada Bien de Interés Cultural (BIC), con la categorÃa de monumento. Asà se lo requiere la Delegación de Cultura de la Junta al Ayuntamiento de Huelva. Y vincula esta condición nada menos que a la viabilidad del proyecto de rehabilitación de la Plaza de San Pedro. Los cipreses datan de 1999.
A juicio de Huelva Te Mira, "los árboles no degradan el paisaje urbano, al contrario, lo dignifican, embellecen, lo hacen más habitable, más humano. Los árboles aportan valores paisajÃsticos y ambientales" Y añade que "los criterios de monumentalidad de la arquitectura dejando los espacios públicos despejados, sin vegetación, son decimonónicos, ya muy superados por criterios paisajistas contemporáneos".
