El inventario de suelos contaminados por radiactividad irrumpe en el nuevo diseño urbanístico de Huelva

Importante paso dado por el Ministerio para la Transición Ecológica al confirmarse que elaborará el primer inventario de suelos contaminados por radiactividad tras años de oscurantismo, dudas y confusión sobre las áreas concretas afectadas. En el listado conocido y publicado históricamente no solo se citan los terrenos del conocido accidente de Palomares en plena Guerra Fría sino que también se ha hablado de las Marismas de Mendaña (1.600 M2) en el estuario del río Tinto y otras zonas restringidas por el vertido de fosfoyesos.

El Boletín Oficial del Estado publicó hace poco más de una semana un Real Decreto (adelantado por El País) en el que se establece que "para cada suelo o terreno contaminado radiológicamente que se incluya en este inventario, los datos a reflejar serán al menos los siguientes:
a) Identificación del suelo o terreno contaminado, con su referencia o referencias catastrales y descripción del emplazamiento.
b) Propietarios y poseedores del suelo o terreno.
c) Uso actual del suelo o terreno.
d) Causa de la contaminación radiológica.
e) Alcance de la contaminación.
f) Resultados de la caracterización radiológica. Descripción, naturaleza física, cantidad y volumen de los residuos presentes.
g) Previsiones y actuaciones de descontaminación realizadas.
h) Medidas de control y restricciones de uso establecidas.
i) Actividades de vigilancia establecidas o previstas.
Básicamente, el inventario, cuando se presente, y toda la normativa no solo afectará a los terrenos que alojan residuos de fosfoyesos sino también a otras instalaciones que incluyen a las explotaciones mineras de la provincia de Huelva.
En principio, la zona más sensible de Huelva está en el área 4 de los fosfoyesos. Y Mesa de la Ría ya presentó ante el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico un total de cincuenta y siete alegaciones en un extenso documento de más de cien páginas, para que éste denegara la Declaración de Impacto Ambiental del proyecto de enterrado de los fosfoyesos y demás residuos radiactivos existentes en la ‘Zona 4’ de las balsas. Mesa de la Ría denunció que Fertiberia no evalúa y oculta en su estudio de impacto a la salud que con el plan parcial San Antonio-Montija, la ciudad contará con un importante núcleo de población a menos de 500 metros de las zonas más radiactivas de los fosfoyesos.

Cabe recordar que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) hizo oficial hace 6 años un secreto a voces: En Huelva existen terrenos que presentan radiactividad originada por actividades humanas, o bien causada por accidentes (Acerinox) o prácticas (actividades con sustancias radiactivas) realizadas en el pasado y puede ser debida a radionucleidos naturales o artificiales.
En el listado que aportaba aparecían las Marismas de Mendaña, situadas en el estuario del río Tinto en Huelva, antes de su confluencia con el río Odiel. Ahí se encuentra un terreno, conocido como CRI-9, de una extensión de aproximadamente 1.600 m2 , con presencia de Cesio-137. Y también en el estuario del río Tinto en Huelva, antes de su confluencia con el río Odiel se encuentra una balsa de fosfoyesos con una extensión de aproximadamente 1.200 hectáreas, con presencia de Radio-226.
En Huelva, éste es un asunto pendiente desde hace 50 años y ningún ayuntamiento ha llegado a realizar declaración oficial de suelos contaminados dejando en el limbo y fuera de catálogo más de mil doscientas hectáreas, algunas de ellas muy cerca de viviendas y áreas de expansión urbana.
Ahora ya hay sobre la mesa proyectos urbanísticos y hasta desarrollos industriales sobre terrenos afectados por los fosfoyesos, aunque estos últimos ya recuperados.
Y Europa ya ha advertido del "Incumplimiento de Estado — Protección sanitaria — Directiva 2013/59/Euratom — Normas de seguridad básicas para la protección contra los peligros derivados de la exposición a radiaciones ionizantes — Artículo 106 — Transposición — Falta de transposición o de comunicación en el plazo establecido de las medidas adoptadas».