viernes. 19.04.2024
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Verano 2020 en la costa de Huelva: cómo serán las playas en tiempos de coronavirus

La lucha contra el contagio del coronavirus dibuja un verano muy atípico en la costa de Huelva. ¿Veremos controles de aforo en las playas, zonas acotadas para evitar aglomeraciones y bañistas con mascarillas? La incertidumbre es total.
Verano 2020 en la costa de Huelva: cómo serán las playas en tiempos de coronavirus

La lucha contra el contagio del coronavirus dibuja un verano muy atípico en la costa de Huelva. ¿Veremos controles de aforo en las playas, zonas acotadas para evitar aglomeraciones y bañistas con mascarillas? Y los establecimientos de hostelería, chiringuitos y hoteles, ¿tendrán que afrontar inversiones para adaptar sus recintos a la nueva realidad? La incertidumbre es total.

Nada más anunciarse el estado de alarma el pasado 14 de marzo y comenzar el obligado confinamiento domiciliario se inició un reguero de cierres y suspensiones laborales, comerciales, empresariales, turísticas y culturales que han empujado hasta tumbarlas casi todas las fichas del dominó que hasta ahora sustentaba la vida social y económica en Huelva.

Primero cayó la Semana Santa. Impensable. Luego se anunció la suspensión de ferias y romerías hasta llegar al hasta ahora históricamente intocable Rocío. Sin citar los miles de eventos que en forma de bodas, bautizos y comuniones amenizaban nuestra forma de vivir.

Ahora las miras de las autoridades competentes, al margen de la desigual lucha sanitaria contra lo que acarrea una pandemia, se centran en lo que se ha dado en denominar ‘desescalada’.

Y la siguiente estación prevista en esta línea invisible que marca el coronavirus es la temporada de verano, las playas. Hoy están cerradas por cintas policiales para que nadie acceda a ellas. Y todos se preguntan, más en una provincia costera como Huelva, si las familias podrán tumbarse al sol en las finas arenas desde Ayamonte hasta Matalascañas.

Y con todo ello y por añadidura, la duda se cierne sobre las fiestas patronales, marineras: Virgen del Carmen en Punta Umbría, Isla Cristina... o las Colombinas en Huelva.

La incertidumbre es total. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, defendía este martes la posibilidad de abrir "con limitaciones" hoteles, restaurantes y playas el próximo verano, y avanzaba que el sector hotelero y de restauración está dispuesto a tomar medidas como la desinfección diaria microbiológica con ozono o a aumentar los espacios entre mesas para garantizar el distanciamiento social.

Con respecto a las playas, el presidente adelantaba que se está estudiando un aforo controlado por la Policía Local y Autonómica para que no estén tan concurridas como cada verano antes de esta crisis sanitaria.

Esta planificación del presidente andaluz, depende de la evolución de la pandemia y de lo que determine el comité de expertos creado por el Gobierno central y que trabaja en el 'desconfinamiento'. A pesar de ello, Moreno ha insistido en que los datos de contagios en Huelva permitirían iniciar antes la 'desescalada' en esta provincia.

Pero si están y siguen prohibidas las grandes concentraciones de personas: conciertos, estadios de fútbol y otros deportes y hasta los Juegos Olímpicos, cómo se pueden abrir las playas para recibir miles y miles de turistas, bañistas, familias enteras con sus niños cargadas de sombrillas y neveras. Hoy por hoy parece difícil si antes no se implementan medidas para garantizar la salud. Y eso lo están pidiendo ya los alcaldes costeros, que temen una avalancha para la que no están preparados.

Un reciente estudio internacional en el que han participado científicos de la Universidad de Huelva, como el catedrático Jesús de la Rosa y el CSIC, afirma que las partículas impregnadas del Covid-19 (que tiene un ‘enorme’ tamaño de 100 nanómetros) y que se transfieren al respirar, vocalizar, estornudar o toser pueden permanecer en el aire en suspensión hasta tres horas.

Una simple deducción lleva a dibujar en las playas un paisaje de ciencia ficción: la presencia de miles de usuarios comiendo, bebiendo, saltando y dando chapuzones puede obligar al obligado uso de mascarillas. Puede ser éste el complemento del verano junto al pareo o las gafas de sol.

Ese es al menos el panorama que se advierte ya porque el Gobierno ha avanzado que en caso de que se pueda asistir a las playas habrá que hacerlo guardando las distancias de seguridad para evitar contagios. 

El espejo donde se mira España es Italia. Y allí se trabaja para que la gente pueda ir a la playa este verano. La propuesta incluye acotar terrenos, distribuir sombrillas y tumbonas en la arena e ir con mascarillas a tomar el sol. Hasta han comenzado a diseñar, a modo de experimento, habitáculos playeros para evitar aglomeraciones y prevenir el aumento de contagios. Con la diferencia de que en Italia hay playas ordenadas y 'privatizadas’ y en el litoral onubense son de libre acceso y cada uno ocupa el lugar que le apetece según orden de llegada.

Los mismo ocurrirá con las piscinas comunitarias de los cientos de urbanizaciones y establecimientos hoteleros que jalonan el litoral desde Matalascañas y Mazagón hasta Isla Canela. Son zonas comunitarias compartidas. Exceptuando, claro está, a los privilegiados que cuenten en su chalé con una piscina cerrada de uso privado.

Segundas residencias y llegada masiva de propietarios

Al mismo tiempo que la playa, está por determinar qué pasará con los accesos y la llegada masiva de los propietarios de segundas residencias, que se cuentan por miles en los municipios costeros de Huelva.

Y el gran éxodo está a la vuelta de la esquina. Porque cuando acabe la nueva prórroga del estado de alarma el próximo 10 de mayo faltará solo un mes para la apertura oficial de la temporada de verano. Y el precedente no es positivo: ya se está planteando la suspensión de fiestas locales ligadas al Corpus Cristi que se celebran en el mes de junio.

El turismo se prepara para un verano muy distinto. Playas sin extranjeros, accesos con controles y aforos y viajes al pueblo, entre otras cosas por la menor incidencia de la pandemia en los núcleos rurales. Y Europa desaconsejando hacer planes, de momento, para julio y agosto porque junio lo dan por perdido.

Buenas noticias

En este horizonte solo se atisba una noticia positiva: la consultora Deloitte cree que el turismo nacional puede comenzar a recuperarse ya en el mes de agosto.

Y un indicio científico: el coronavirus se verá influido por el calor. Y los expertos trazan un corredor de riesgo climático entre los meridianos que conectan Wuhan, primera parada del Covid-19, Barcelona, Madrid y Nueva York.

Huelva cae muy por debajo de ese meridiano de riesgo. Hasta ahora parece que el calor y la humedad juegan en contra de la pandemia y que las olas de calor propias del suroeste de España contribuirán a partir de junio a mitigar y frenar la expansión del coronavirus.

No está en juego solo el ocio de la población. También el negocio, la empresa y la economía de Huelva. Sin olvidar la salud, claro.

El sector turístico escucha con espanto el consejo europeo de no programar vacaciones este verano hasta tener certidumbres y se muestra crítico con la previsión del Gobierno español de que no se recuperarán los viajes ‘normalizados’ hasta el último trimestre del año. Porque, estando en mayo, eso se traduciría en casi un año de parón, hasta la primavera del año próximo.

Este jueves está prevista una reunión, convocada por el Consejo Empresarial de Turismo de Huelva, entre el sector hotelero y turístico, instituciones como la Diputación y la Junta de Andalucía, ayuntamientos costeros y agentes sociales para analizar la situación y buscar fórmulas que ayuden a amortiguar el enorme daño económico que el coronavirus acarrearía al dejar en casa a los 268.168 turistas extranjeros que según el INE visitaron la provincia de Huelva en todo 2019 o los 132.990 turistas españoles que solo en agosto eligieron Huelva como destino.

Sobre la mesa una advertencia y una previsión del Círculo Empresarial de Turismo de Huelva. De las casi 30.000 plazas hoteleras con las que cuenta la provincia de Huelva, solo 6.000 estarán disponibles en los meses de julio y agosto. Y las cifras de ocupación que se barajan están entre el 25 y el 30% cuando el pasado año en la temporada estival se alcanzaron cifras de ocupación media entre el 66% la más baja al 80% la más alta.

La crisis del coronavirus arrastrará también a la hostelería y al negocio de los alquileres veraniegos, fuente de ingresos para muchas familias onubenses.

En la época de máxima empleabilidad se alcanzan los casi 22.000 trabajadores en el sector, puestos de trabajo que están en riesgo y se prevé una caída de facturación de más de un 40% y la desaparición de un 25% de las empresas, la mayoría vinculadas a la hostelería.

Al sector hostelero también le incumbe, y mucho, el control de los aforos. No solo las playas verán reducida la masificación por culpa del coronavirus. También los chiringuitos y el resto de negocios que no podrán trabajar con normalidad porque seguramente se implantarán medidas restrictivas, distancias de seguridad y control sanitario y de temperatura a los trabajadores y clientes.

Los empresarios del sector creen "interesante" la propuesta de la Junta de Andalucía de que la provincia de Huelva, junto con Almería, hoy por hoy donde menor incidencia presenta la pandemia, pueda ser una de las primeras en salir del confinamiento y así reactivar la economía lo antes posible. Pero aún no saben cómo podrán reabrir.

Los datos correspondientes a  2019 sirven para prever los daños colaterales que este verano atípico pueden traer a Huelva: sólo los subsectores de la hostelería y hoteles mantuvieron afiliados de media y de manera directa en el Régimen General a 12.482 trabajadores y en el Régimen de Autónomos 3.494 (15.976). Y si se toma como referencia el mes de agosto de 2019 el total entre trabajadores y autónomos llega a 21.928.

Estos datos ponen de manifiesto que el sector turístico es una de las piedras angulares sobre las que sustenta la economía provincial y activa de paso el consumo de bienes y productos de todo tipo.

Aun hay esperanza. Una encuesta publicada por la Fundación de las Cajas de Ahorro asegura que solo uno de cada tres españoles saldrá de su municipio este verano y de los que piensan moverse fuera de su ciudad el 85% viajará por España.