Recuerdos de Jesús, mi admirado 'Loco de la Colina'
El torero sevillano Juan Belmonte dijo una vez con más razón que un santo que el buen toreo es el que se hace con sentimiento y pasión de enamorado . Bueno, el toreo, apuntaría uno, y otras disciplinas artísticas donde se mezclan la personalidad y la obra del creador. ”Se torea como se es “, apuntilló El Pasmo de Triana, considerado por muchos el impulsor del toreo moderno.
El reconocido periodista Raúl del Pozo, amigo de confidencias y uno de sus mejores guionistas, definía a Jesús Quintero como “ pícaro, hondo, ingenioso, progre, raro como un perro verde…”, perfil escrito en el primer aniversario de su muerte. Del Pozo desvelaba también uno de los rasgos más singulares del mítico comunicador de San Juan del Puerto: “ Era amigo de los gitanos y de ellos aprendió el ritmo y el compás”. Habia, además, añadiría uno, otras cualidades en su equipaje de brillante conversador : silencios casi eternos ,preguntas que parecian improvisadas, ironia canalla, carita de yo-simplemente-pasaba-por-aquí, y ademanes de galán porque, en el fondo, el sueño escondido de Quintero era ser actor.
Hizo más de 5000 entrevistas a lo largo de 35 años de trayectoria profesional .La fama le llegaría con el programa El Loco de la Colina, que empezó a emitirse en Radio Nacional en los años 80. Una exitosa singladura que continuaría en la SER y más tarde en el ámbito televisivo con programas como El perro verde, Cuerda de presos, Ratones coloraos, El vagabundo o El lobo estepario, por citar rápido.
Rafi Escobedo, condenado a 53 años de cárcel por matar a sus suegros los marqueses de Urquijo, confesó a Quintero en una emotiva entrevista : “ La cárcel me ha destruido y he llegado al final .Lo único que falta ya es la caja con la crucecita encima”. Dos semanas después, Escobedo apareció ahorcado en su celda de la cárcel de El Dueso, en la localidad santanderina de Santoña. En otro programa memorable, Lola Flores, La Faraona, habló con ímpetu de las drogas, de sus deudas-debía a Hacienda 100 millones de pesetas-, y de su vitalidad arrolladora que puso de manifiesto, en un alarde de humildad marca de la casa, cuando proclamó que “ tengo más fuerza que Chernóbil”. Otro momento para el recuerdo tuvo como protagonista a Juan Joya, El Risitas, cuando, con su habitual risa contagiosa y mostrando su descuidada dentadura, afirmó sin rubor que la mismísima Sofia Loren le había pedido matrimonio una noche en la sevillana Feria de Abril.
--¿ Y tú que le dijites?, insistió con una pizca de guasa el comunicador apurando un cigarrillo.
-- Yo que le voy a disí, Jezú…, que tenia que riflixioná, que la vida ejtá mú achuchá..., respondió El Risitas.
Mi querido Jesús, mi admirado “ Loco de la Colina”: poeta, seductor, solitario, místico… Ángel fieramente humano, como reza el título del libro del poeta Celaya. Ángel de mil causas solidarias en las que arribaba el hombro con generosidad infinita. Pregonero del Carnaval en Cádiz, donde también fue Rey Mago; como en Sevilla; en San Juan del Puerto- su localidad natal -; y en mi pueblo, Albaida del Aljarafe ,donde recorrió, a lomos de un asnillo y con la cara tiznada- su rey favorito era Baltasar-, las calles de esta localidad sevillana entre el delirio de pequeños y mayores.
Ha salido a las librerías “ Memoria del silencio”( Temas de hoy), obra póstuma que recoge las mejores entrevistas y textos íntimos del comunicador, donde ahonda en sus temas / obsesiones :la vida, la locura, la muerte…En una muestra de empatía, Quintero apunta en el libro: “ Aprendí que el entrevistado es tan desgraciado como tú”. Como en el verso del poeta Pedro Salinas- ¡ Qué alegría, vivir, sintiéndose vivido!-, Quintero levanta su copa:” La vida es una oportunidad única y hay que vivirla .Que se sepa, el cartero de la vida nunca llama dos veces”. Lo demás es soberbia, vanidad, espuma de los dias . Escribe el comunicador: “ La fama aburre, la gloria pasa. El poder corrompe. El dinero esclaviza y perturba, el amor se muere, la fuerza decae, la vida se acaba”.
Jesús Quintero murió el 3 de octubre de 2022 en la residencia Nuestra Señora de la Remedios, ubicada en Ubrique, a consecuencia de una insuficiencia cardiaca.” Murió descansando, en paz, acaso ya en lo alto de su colina”, subrayó su familia en un comunicado.
Una tarde, el torero Juan Belmonte-vuelvo como al principio al Pasmo de Triana- había sufrido un revolcón: fue conducido por su cuadrilla a la enfermeria para que le examinara el médico. Uno de los banderilleros, antes del pertinente exámen, exclamó con asombro:”¡Doctor, que este hombre se nos ha muerto!”.El médico del torero, por su parte, y tras la urgente exploración concluyó, sonriente :” ¿Muerto?¡Se nos ha quedado dormido como un bendito!
Mi querido Jesús, mi admirado “ Loco de la Colina “ tampoco ha muerto,¡vive!, duerme para siempre, inolvidable, inmortal, en silencio, bajo un mar de pinos, en el territorio sentimental de nuestra memoria.