sábado. 13.12.2025
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Con la pólvora en la mano: qué debes saber antes de tirar petardos en Huelva estas fiestas

Edades mínimas, distancias de seguridad y prohibiciones clave para evitar sanciones y garantizar la convivencia

Artículos de pirotecnia
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Con la pólvora en la mano: qué debes saber antes de tirar petardos en Huelva estas fiestas

Las fechas navideñas traen consigo el repicar tradicional de petardos y cohetes en barrios y calles de Huelva y su provincia. No obstante —y pese a la sensación de tradición y fiesta— el uso de material pirotécnico está regulado por normativa nacional, que en estos días convoca una atención especial para recordar las reglas esenciales que rigen su venta y manipulación.

Según el Real Decreto 989/2015, los artificios pirotécnicos se dividen en distintas categorías, cada una con una edad mínima de uso: la categoría F1 —con artículos de muy baja peligrosidad y ruido insignificante— puede adquirirse desde los 12 años; la F2 —baja peligrosidad y ruido bajo— desde los 16 años; y la F3 —peligrosidad media, para espacios amplios al aire libre— queda reservada a mayores de 18 años. Las categorías T1 y P1, usadas en teatro u otros usos específicos, también exigen ser mayor de edad. Las categorías más peligrosas, como la F4 o aquellas reservadas a profesionales, solo pueden manipularlas expertos. 

Además, la regulación indica que la unidad mínima de venta debe ser el envase completo, prohibiéndose la venta de petardos sueltos. También está prohibido distribuir estos productos por correspondencia, teléfono o internet, así como venderlos a personas bajo los efectos del alcohol. 

El uso del material exige respetar las distancias de seguridad que cada categoría impone: entre al menos 1 metro para F1, unos 8 metros para F2 y 15 metros para F3. En el caso de los F3, además, el nivel sonoro no debe superar los 120 dB (A) a la distancia de seguridad. 

También hay normas de uso: los artificios deben encenderse desde el suelo, nunca en la mano; no deben manipularse ni modificarse; y no se pueden almacenar en domicilios particulares más de 10 kilogramos de contenido explosivo neto (NEC) de ciertas categorías.

Por último, más allá de sanciones administrativas por incumplimiento —que pueden considerarse infracciones graves bajo la normativa de seguridad ciudadana—, hay un problema creciente de convivencia: las molestias acústicas provocadas por explosiones en vía pública o privada pueden vulnerar ordenanzas municipales de convivencia, y afectan a personas vulnerables, personas mayores, niños, personas con sensibilidad auditiva o animales domésticos.

Este año, las autoridades y asociaciones reclaman un uso responsable de la pirotecnia: revisando edad y categoría, respetando distancias, evitando compras fuera del canal autorizado y el consumo cuando haya alcohol de por medio. La tradición no debe ser excusa para ignorar la ley ni poner en riesgo la seguridad ni la convivencia colectiva.