domingo. 08.06.2025
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Pentecostés de fe y júbilo: El Rocío late con más fuerza que nunca

El Paseo Marismeño acoge por primera vez la Misa Pontifical de Pentecostés, con récord de participación de hermandades en una jornada marcada por el calor y el simbolismo.

 

Imagen del obispo de Huelva durante la misa en El Rocío.
Imagen del obispo de Huelva durante la misa en El Rocío.
Pentecostés de fe y júbilo: El Rocío late con más fuerza que nunca

El calor sofocante ha sido protagonista desde primera hora de la mañana. Bajo un sol implacable, los abanicos se convirtieron en el complemento indispensable de miles de fieles. Eran como alas discretas que batían al ritmo del fervor, intentando suavizar la temperatura y acompañando, casi con un murmullo de fe, una de las celebraciones más emotivas que se recuerdan en El Rocío.

La aldea almonteña ha vivido este domingo 8 de junio un Pentecostés único. Con motivo del Año Jubilar Rociero, la Misa Pontifical de Pentecostés se ha celebrado excepcionalmente en el Paseo Marismeño, frente al Santuario, en una eucaristía multitudinaria que comenzó pasadas las 10.20 horas. La misa fue presidida por la fotografía del Simpecado de Almonte, ya que dicho Simpecado se encuentra en la Iglesia Nacional Española en Roma con motivo del año jubilar.

El cambio de ubicación respondía a la necesidad de ampliar el altar para acoger un momento histórico: la participación de 149 simpecados, entre ellos los de las 127 hermandades filiales y, de forma extraordinaria, los de hermandades agregadas, invitadas con motivo del Jubileo. Una imagen inédita y cargada de simbolismo, coronada por banderas blancas y amarillas —los colores del Vaticano— que ondeaban para recordar el carácter pontificio de la Hermandad Matriz de Almonte, anfitriona del acto.

Imagen de la misa /
📸 Diputación de Huelva 

La misa fue presidida por el Obispo de Huelva, Santiago Gómez Sierra, acompañado por los capellanes de las distintas hermandades. El Coro de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Málaga puso voz y melodía a una liturgia impregnada de emoción, recogimiento y espiritualidad.

La homilía: un cenáculo en la marisma

El obispo comenzó su homilía recordando que este 8 de junio se cumplen 106 años de la coronación canónica de la Virgen del Rocío (8 de junio de 1919), y subrayó la fuerza simbólica del entorno: “Hoy, esta aldea se convierte en un nuevo cenáculo. Somos la Iglesia unida a la Virgen del Rocío los que pedimos recibir el don del Espíritu Santo”. Evocó también al papa San Juan Pablo II, “aquel que pisó estas arenas”.

En un tono sincero y profundo, el obispo reconoció que “la cercanía del don que nos brinda el Espíritu Santo siempre encuentra resistencia en el hombre”. Citó a San Pablo para hablar de la dualidad entre la carne y el espíritu, entre el egoísmo y el amor, entre lo mundano y lo divino: “Las obras de la carne son conocidas… pero los frutos del Espíritu son la paz, la paciencia, la bondad, la lealtad, el dominio de sí”.

Lamentó que a lo largo de la historia se haya rechazado ese Espíritu con guerras, hambre, corrupción o leyes “que en lugar de dar vida, la quitan”. Y a pesar de ello, quiso dejar un mensaje de esperanza: “El Espíritu Santo se ha revelado como el que da la vida. Aquel que resucitó a Cristo, dará también vida a nuestros cuerpos mortales”.

En ese contexto hizo un llamado a mirar el futuro con confianza y alegría: “La alegría de los rocieros cuando peregrinamos a este santuario nacional debe traducirse en esperanza. Y esa esperanza tiene nombre: Jesús. Aquel a quien Ella, la Virgen, nos lleva con su mirada”.

Cerró su intervención con palabras del papa León XIV: “Miren a Cristo, acérquense a Él. Escuchen su palabra de amor. En el único Cristo, nosotros somos uno”. Y concluyó con una oración al Espíritu: “Sois la esperanza del mortal. Virgen Santísima, que el Espíritu Santo renueve sobre nosotros y renueve la faz de la tierra. Amén”.

La misa de romero ha finalizado con la Salve Rocíela de Los Romeros de la Puebla. 

Fe a pesar del calor

A partir de las 13.00 horas se activa el aviso naranja por altas temperaturas, aunque desde media mañana el sol ya caía a plomo sobre los peregrinos. Pese a ello, la fe pudo más. El calor no impidió que la misa transcurriera con la solemnidad, el respeto y la emoción que merece un Pentecostés como este.

Por la tarde, a las 20:00 horas, se celebrará una segunda eucaristía dedicada a tamborileros, carreteros y coheteros, en reconocimiento a su labor esencial durante la romería.

Al término de la misa pontifical, la Hermandad Matriz ha notificado el fallecimiento del padre del alcalde de Almonte, Francisco Bella, a quien ha traslado el más sentido pésame. 

Este Pentecostés de 2025 quedará grabado en la memoria colectiva de El Rocío. Por el fervor, por la historia, por la multitud... y por esos abanicos, que hoy batieron como alas de oración bajo el cielo abierto de la marisma.