jueves. 28.03.2024
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José Aurelio Yusta: "Pedir que desaparezcan las diputaciones es una cuestión de catetismo político"

Se asoma hoy por esta sección de entrevista un isleño al que conozco desde finales de los años 70, cuando llegue a trabajar a Isla Cristina. Me estoy refiriendo a José Aurelio Yusta Figuereo
José Aurelio Yusta: "Pedir que desaparezcan las diputaciones es una cuestión de catetismo político"

Se asoma hoy por esta sección de entrevista un isleño al que conozco desde finales de los años 70, cuando llegue a trabajar a Isla Cristina y la verdad es que siempre vi a mi invitado de hoy como muy trabajador y comprometido con las Inquietudes del pueblo. Me estoy refiriendo a José Aurelio Yusta Figuereo, un tipo cordial, ameno, con chispa, carnavalero, servicial, con amplio sentido de la amistad, con inquietudes políticas, crítico y desde luego buena persona.

José Aurelio nace en Isla Cristina hace 63 años. Actualmente vive en pareja y tiene dos hijos que, como gran parte de la juventud española, se encuentran trabajando en Inglaterra, uno como médico y otro como cocinero.

Aunque en su vida profesional fue Letrado de la Diputación y ahora Abogado en ejercicio, lleva trabajando desde los 14; fecha en la que se inició como descargador de camiones, camarero y en general todo lo que caía menos montar en globo y lo otro según me decía con mucho arte.

Durante varios años y en dos etapas distintas también fue Secretario del Ayuntamiento de Isla Cristina y Letrado municipal de ese mismo ayuntamiento.

Asimismo fue profesor de Derecho del Trabajo cuando todavía no existía la Universidad de Huelva y en los primeros años de ésta.

Me acaba contando que ha escrito un libro que nadie leyó pero queda muy bien ponerlo en el curri y que se titula “Manual de Concejales”.

Cuando lo llamo para proponerle esta entrevista, no lo duda ni un momento, acepta y este es el resultado:

P. - ¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?

R. - Puede describirse como una situación de incertidumbre generalizada: hay incertidumbre en la sanidad con el COVID, hay incertidumbre en la economía con el aumento del precio de la energía y la inflación inducida por ello, incertidumbre ante posibles desabastecimientos; incertidumbre ante la deriva que pueda tener la cuestión territorial en España, incertidumbre ante un escenario de relaciones internacionales cada vez más tensionado (crisis de la frontera polaca, por ejemplo, que no se sabe las repercusiones que puede llegar a tener).

Pero en fin, cada vez que ha llovido, ha escampado.

P. - ¿Cómo crees que cambiará la vida después de la pandemia y sobre todo en Isla Cristina?

R. - Yo creo que va a cambiar poco. Hay muchas ganas de que las cosas vuelvan a la normalidad, y ya se ha visto que en el momento en que se suavizan las restricciones la actividad económica se relanza.

P. - ¿Has pasado miedo en algún momento?

R. - ¿Por el COVID? No. Lo que tenga que venir que venga, y, como decía mi padre, si me tengo que morir “morirse no es ná”

P. - ¿Cómo valoras la labor de los políticos en general en esta pandemia?

R. - Como regla general los políticos suelen ser el reflejo de la sociedad en la que ejercen como tales.

En este caso, se da la circunstancia de que si lo analizamos a fondo y en serio, han hecho una labor magnífica (piénsese por ejemplo en lo exitoso

del programa de vacunaciones, que yo creo que es algo por lo que hay que felicitar tanto al Gobierno Central como por el Gobierno andaluz). Sin

embargo, en las formas les puede más el deseo de hundir al otro aunque para ello se tenga que hundir uno también, y lo que debía celebrarse como un éxito de las instituciones públicas está apareciendo ante la opinión pública como una pelea de políticos que nubla totalmente la brillantez de la gestión. “Pa” correrlos a gorrazos por tontos, vamos”

P. - ¿Qué proyectos tienes para el futuro y que haces en la actualidad?

R. - A la edad que ya tengo, hago como Simeone, voy partido a partido. Me dedico a disfrutar de la vida, de mi familia y de mis amigos, y sigo trabajando como Abogado en ejercicio.

P. - ¿Qué recuerdos guardas especialmente de tu vida como profesional?

R. - Lo que más me ha gratificado siempre ha sido el poder colaborar para que salgan proyectos importantes en Huelva. Después de 40 años de servicios prácticamente no hay municipio de la Provincia donde no haya colaborado en algún proyecto, y cuando viajas y pasas por ellos es muy gratificante recordarlo.

También ha sido muy bonito el trato diario con centenares de concejales y alcaldes a los que ves que muchas veces se dejan el pellejo por sus pueblos y, generalmente no se les reconoce su esfuerzo y sobre todo los sacrificios personales que casi siempre tienen que asumir. Siempre luce más la mierda que respectivamente se echan unos a otros en la lucha partidaria, que el trabajo que desarrollan.

P. - ¿Qué piensas cuando algunos políticos piensan que deben desaparecer las diputaciones provinciales?

R. - Se que mi respuesta no va a gustar a muchos, pero es mi opinión. Yo creo que lo desaparición de las diputaciones es una cuestión de catetismo político, y también de tácticas partidistas.

El catetismo político viene de que en un momento determinado, en plena transición, como los catalanes lo intentaron pues pareció que era progresista hacerlo también, y muchos partidos nacionalistas o regionalistas de otras partes del territorio, lo imitaron.

Lo de la táctica partidista es porque los partidos minoritarios tienen difícil obtener representación en las diputaciones y “no pisan moqueta”. A ellos les viene mejor la circunscripción comarcal, donde pueden tener más oportunidades.

También tiene mucho que ver la circunstancia de que las Comunidades Autónomas, de nacimiento mucho más reciente que las diputaciones, han

tenido la necesidad de fagocitarlas para fortalecerse como sujeto político frente al Estado, olvidando que el Estado de las Autonomías nació para descentralizar el Estado, y no para centralizar las provincias.

Mi opinión es que una institución que tiene dos siglos de existencia no debe haber funcionado muy mal, y que la alternativa de las comarcas es un melón sin calar a la que no le adivino ventajas sobre el modelo actual.

P. - ¿Qué labor más destacadas hacen las diputaciones?

P. - En este momento, la situación es un poco paradójica; es como si te roban el reloj y después te riñen porque no sabes la hora que es, y su labor ha

quedado reducida, aparte del humo que todas las instituciones venden, a ser un entre de asesoramiento y asistencia técnica a los ayuntamientos.

También les hacen la parte más fea de la gestión, como la recaudación de los tributos, pero, por aquello del robo del reloj, han perdido prácticamente toda su antigua capacidad inversora; de manera que, por ejemplo, han desaparecido los planes provinciales de obras y servicios, que durante muchos años fueron poderos instrumentos para la construcción de infraestructuras municipales. También se ha mermado

mucho su capacidad de actuación en la red de carreteras secundarias.

Se me olvidaba una gestión que en el caso de la Diputación de Huelva ha sido particularmente brillante, como es la lucha antimosquitos. Los jóvenes no saben bien, lo que ha significado esto, pero los que tenemos cierta edad y conocimos aquellas plagas veraniegas, sí tenemos plena conciencia de esto.

P. - ¿Qué significa para ti Huelva e Isla Cristina?

R. - Son los dos lugares donde he pasado la mayor parte de mi vida. Hablando en términos de relaciones sociales, estoy bien aclimatado en ellas y mi vida discurre, y ha discurrido, en las mismas en forma razonablemente feliz.

P. - ¿Qué destacarías de estas dos ciudades?

P. - Lo bien que se vive en ellas, en todos los sentidos.

Si hay una cosa que resulta extraña, que es que teniendo condiciones objetivas de clima y naturaleza iguales o mejores que otros lugares de nuestro entorno (Cádiz, El Algarve), no seamos capaces de tener el gancho que estos tienen para atraer gente. Da un poco de pena, porque sería bueno para las economías locales relanzar esto. Pero si lo miras desde un punto de vista egoísta, como estamos se vive de muerte.

P. - ¿Qué recuerdos guardas de tu niñez y qué soñabas ser de mayor?

R. - Si me permites la broma, un recuerdo de mi infancia es que conocí a un tío muy simpático que había llegado al pueblo desde Constantina y que era un polvorilla, trabajaba en una imprenta, vendía azúcar para los bares, escribía en en El Correo de Andalucía, se metía en los follones del Carnaval; en fin, como te digo, un polvorilla.

Y de mayor, pues soñaba con ser político. Pero entre mi padre y un poquillo de luces que me fue dando la vida, afortunadamente para mí, cogí otros caminos.

(Jajaja, me parece que a ese tío, lo conozco yo de algo). Pero sigamos con la entrevista

P. - ¿Quiénes han sido tus referentes en la vida personal y profesionalmente?

R. - En mi vida personal, mis padres han sido siempre un referente extraordinariamente formidable. Profesionalmente, el que fue mi mentor y maestro en la Diputación, Don Juan Manuel de la Torre. A los tres les tengo un profundo agradecimiento, porque han incidido notable y positivamente en mi trayectoria vital.

P. - ¿Qué haces en tu tiempo libre?

R. - Disfrutar de la vida con la familia, con los amigos y con buenas comidas, que es para lo que uno va quedando ya.

Yusta, ha sido una auténtica gozada echar este ratito de charla contigo, me alegro que entre tus recuerdos de jovenzuelo me tengas en tu memoria, y desde luego verte feliz y contento pudiendo disfrutar de la vida después de tantos años currando.

Un abrazote grande amigo.