lunes. 17.11.2025
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270 años. Huelva recuerda el terremoto de Lisboa de 1755, la mayor catástrofe natural de su historia

El seísmo y el posterior maremoto del 1 de noviembre arrasaron parte de la costa onubense y dejaron miles de víctimas hace ya 270 años.

270 años. Huelva recuerda el terremoto de Lisboa de 1755, la mayor catástrofe natural de su historia

Hace exactamente 270 años, la provincia de Huelva vivió una de las jornadas más trágicas de su historia. Era la mañana del 1 de noviembre de 1755, día de Todos los Santos, cuando un violento terremoto, con epicentro en el Atlántico a unos 300 kilómetros al suroeste de Lisboa, sacudió con fuerza toda la península ibérica. Lo que pocos imaginaban entonces era que aquel seísmo, de una magnitud estimada cercana a 9, iba a traer consigo un devastador maremoto que alcanzaría la costa onubense con consecuencias fatales.

Las olas, que en algunos puntos superaron los seis metros de altura, arrasaron los puertos y barriadas costeras de municipios como Ayamonte, Lepe, Isla Cristina y Cartaya. Ayamonte fue una de las localidades más castigadas, con más de un millar de víctimas y la destrucción casi completa de su flota pesquera. En Lepe, centenares de personas perdieron la vida y numerosas viviendas quedaron reducidas a escombros.

En Huelva capital, los temblores provocaron el derrumbe de varias edificaciones, entre ellas parte del castillo y de la iglesia mayor. Numerosos vecinos huyeron hacia zonas más altas temiendo el avance del mar, mientras la tierra seguía estremeciéndose durante minutos que parecieron eternos. El caos se extendió por toda la provincia, con caminos anegados, aldeas incomunicadas y una población sumida en el miedo y la confusión.

El impacto del terremoto y del posterior tsunami no solo se midió en destrucción y pérdida de vidas. Aquel desastre marcó un antes y un después en la conciencia sísmica de la región y en la historia científica de Europa. El fenómeno fue estudiado por filósofos y naturalistas de la época, dando origen a los primeros estudios modernos sobre seísmos y catástrofes naturales.

Hoy, 270 años después, la efeméride del terremoto de Lisboa se recuerda en Huelva como una advertencia sobre la fragilidad del territorio ante la fuerza de la naturaleza. Los expertos coinciden en que el riesgo de un nuevo gran seísmo en el Golfo de Cádiz sigue siendo real, aunque los sistemas de vigilancia y prevención permiten ahora afrontar ese peligro con mayor preparación.

La memoria de aquel 1 de noviembre de 1755 permanece viva en la provincia, grabada en la historia y en la conciencia colectiva de una tierra que aprendió, a través del desastre, la importancia de convivir con el mar y de respetar su poder.