domingo. 09.11.2025
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El hallazgo que destapó la tensión en las cárceles: el día que un preso de ETA guardaba en Huelva datos de funcionarios de prisiones

El 10 de noviembre de 2004, funcionarios del centro penitenciario de Huelva localizaron en la celda de un interno de ETA una lista con datos personales de 20 trabajadores de otra prisión andaluza.

El hallazgo que destapó la tensión en las cárceles: el día que un preso de ETA guardaba en Huelva datos de funcionarios de prisiones

El 10 de noviembre de 2004, los funcionarios del Centro Penitenciario de Huelva protagonizaron una actuación que generó preocupación y tensión en el entorno penitenciario andaluz. Durante un registro rutinario en la celda de Juan Carlos Apeztegia Jaca, miembro de la organización terrorista ETA, encontraron una fotocopia con los nombres, direcciones y otros datos personales de una veintena de funcionarios de la prisión de Alhaurín de la Torre (Málaga).

El hallazgo, según confirmaron entonces fuentes del Ministerio del Interior, se produjo de manera fortuita durante una inspección ordinaria de las dependencias. Aquella lista se consideró un material de riesgo, pues en el contexto de los primeros años 2000 ETA aún mantenía su estructura activa y el recuerdo de los atentados contra funcionarios de prisiones en el País Vasco seguía muy presente.

El suceso provocó una inmediata reacción de los sindicatos penitenciarios, que reclamaron más medidas de seguridad y una mejor coordinación entre centros. También se abrió una investigación interna para determinar cómo había llegado esa información hasta el recluso. Los datos apuntaban a que la fotocopia habría circulado por varias prisiones a través de cartas o contactos entre internos afines a la organización.

Aunque no se hallaron pruebas de un plan directo de atentado, el caso sirvió para reforzar los protocolos de seguridad interna en la prisión onubense y recordó a la opinión pública la exposición y el riesgo que afrontaban los trabajadores del sistema penitenciario en aquellos años.

Veintiún años después, aquel episodio sigue presente en la memoria de muchos funcionarios. Fue un recordatorio de que la tensión política y la sombra del terrorismo también alcanzaron rincones como Huelva, lejos del foco mediático principal pero dentro del mapa de la España que aún no había cerrado sus heridas.