Juanra Cotán-Pinto: ´Huelva era como un pueblo grande, con olor a mar y sabor a recuerdos`
Hablar con Juan Ramón Cotán-Pinto Arroyo es abrir una ventana a la Huelva de hace medio siglo, aquella ciudad aún con alma de pueblo, de calles estrechas, casas antiguas y vecinos que se saludaban por su nombre. Nacido en 1969, este onubense recuerda con nostalgia los días en los que el sonido del tren marcaba el ritmo del barrio, las tardes en el parque de “Los Monos” y las primeras salidas juveniles por la zona de La Palmera. Hijo de mi recordado maestro y amigo, el periodista y crítico de cine Santiago Cotán Pinto. Hoy, con la serenidad que da la madurez, observa con cariño la evolución de Huelva, consciente de lo que se ha ganado —y de lo que se ha perdido— con el paso del tiempo.
P : ¿Cómo recuerda la Huelva de tu infancia y juventud?
R: De mi infancia, lo que recuerdo de Huelva es que era como un pueblo grande, con casas viejas, calles con aceras estrechas y coches aparcados. Recuerdo cierta oscuridad y olor a mar y pescado (sería por la cercanía de nuestro domicilio con la zona de pescadería). Recuerdo las inundaciones de la Avenida de Italia. Recuerdo el sonido del tren entrando y saliendo de la antigua estación de Renfe. Cualquier desplazamiento fuera de la ciudad, era como un viaje, ya fuera a la playa o a la sierra, y sobre todo a Sevilla. Algunos recuerdos son en blanco y negro, gracias a las fotografías que conservo.
En mi juventud, al adquirir independencia en mis desplazamientos por la ciudad, ya la ciudad era más abierta, más luminosa, muy cómoda para ir andando de un sitio a otro. Era una ciudad tranquila, con muy buen ambiente. Salías a la calle sin necesidad de quedar previamente con nadie.
P: ¿Qué lugares eran los más emblemáticos entonces?
R: Durante mi infancia, a mis ojos (los de un niño nacido en 1969), los lugares más emblemáticos de Huelva eran la Plaza de las Monjas, y sobre todo el parque de “Los Monos” (Jardines del Muelle), donde íbamos con una “tata” que nos llevaba como si fuera una excursión, a jugar en los columpios, toboganes, sube y baja, el fuerte de madera…. Y a dar de comer a las palomas, patos, cabras y como no, a la mona Juana.
En mi juventud el sitio más emblemático era la zona de la Palmera.
P: ¿Qué costumbres o formas de vida cree que se han perdido con los años?
R: En primer lugar se ha perdido, en parte, la tranquilidad. Huelva sigue siendo una ciudad tranquila, pero antes como decía, era sumamente tranquila. Siendo un niño pequeño podía ir solo sin ningún problema a comprar leche o pan a la tienda de Marcelo (esquina Avenida de Italia con calle Alfonso XII) o a la conocida tienda de Baltasar, o al cine Emperador a buscar a mis padres.
Se ha perdido el trato y la cercanía con los vecinos de la zona. Antes conocías a todos los vecinos de la calle en la que vivías, te saludaban cariñosamente. Era como un pueblo grande como comentaba antes.
Por último, se ha perdido el respeto en general, quizás por que todo antes era más tranquilo y cercano, había mucha educación y respeto a las personas y a la propia ciudad.
P: ¿Había algún sitio que fuera punto de encuentro para la gente de tu juventud?
R: De joven el punto de encuentro nocturno era el “Crápula” en la calle Ginés Martín, y por las tardes solía ser en la zona de La Palmera en los futbolines del salón de juegos, en la cafetería “Laxeira”, en el “Casa Blanca”. También en la cervecería “Kike” en la Calle Fernando El Católico.
P: ¿Cómo era la vida cultural o social en esa época?
R: La vida social en aquella época estaba muy ceñida a los bares y cafeterías existentes o salones de juegos, tanto por el centro como por las distintas barriadas. Dichos bares, ya míticos, eran punto de encuentro y lugares donde pasar horas con tus amigos.
En cuanto a la vida cultural se encontraba muy limitada a las salas de cine o el Gran Teatro a partir de su reapertura en 1.990. Mis padres se escapaban de vez en cuando a Madrid o aprovechaban los desplazamientos de Recre, para poder disfrutar de la Zarzuela, obras de teatro o musicales en la Gran Vía madrileña.
P: ¿Cómo ve la evolución de Huelva en los últimos años?
R: Huelva ha evolucionado mucho en los últimos años. Urbanísticamente ha crecido con la zona de pescadería y de marismas del Polvorín.
La creación del centro comercial Holea revolucionó completamente la zona comercial del centro, en cuyas calles se encontraban gran cantidad de tiendas de modas, juguetes, electrónica, etc…., que fueron desapareciendo del centro de la ciudad para instalarse en el mencionado centro comercial, cambiando la fisonomía del centro, que ha pasado a ser en una zona de restauración con multitud de restaurantes, cafeterías y bares.
La peatonalización del centro también ha sido una evolución muy importante, con sus virtudes y defectos, con la que se ha ganado espacios para pasear y disfrutar de las terrazas de la hostelería, pero se han perdido vías de circulación y espacios de aparcamiento, que hacen muy necesario la necesidad de garajes. A mi particularmente no me disgusta pero echo de menos esos antiguos comercios que marcaron una época y un estilo de vida de los onubenses.
P: ¿Qué infraestructuras cree que siguen haciendo falta en la ciudad?
R: Sin lugar a dudas, la necesidad urgente de las mejoras en la infraestructura ferroviaria. No puede ser que el transporte ferroviario con destino u origen en Huelva sea una odisea para los pasajeros.
También considero fundamental el completo desdoble de la N435, facilitando la comunicación de la ciudad de Huelva con la sierra y con Extremadura.
P: ¿Piensa que Huelva ha avanzado al mismo ritmo que otras ciudades andaluzas?
R: Como decía antes, pienso que Huelva ha tenido una evolución positiva en los últimos años, pero no al mismo ritmo que otras ciudades andaluzas, como Málaga o sobre todo Sevilla.
P: Si pudiera decidir una gran inversión para mejorar Huelva, ¿cuál sería?
R: Como decía anteriormente, habría que invertir en infraestructura vial y ferroviaria. Es fundamental la llegada del AVE a la ciudad.
P: ¿Qué mensaje le daría a las autoridades para mejorar la calidad de vida en la ciudad?
R: En general en Huelva existe una buena calidad de vida, es una ciudad tranquila y cómoda, donde se come bien, con la sierra y playas maravillosas cerca, con muchísima luz y sol, con un clima envidiable….., pero por mejorar, siempre es asignatura pendiente el mantenimiento de calles y carreteras.
P: Si alguien visita Huelva por primera vez, ¿qué rincón o lugar les recomendaría que no se pierdan?
R: Huelva a nivel urbanístico, arquitectónico o monumental es muy pobre, ya que el gran valor de la ciudad esta enterrado bajo la propia ciudad.
En todo caso, siempre hay que visitar el Puente del Muelle del Tinto, la Punta del Sebo, el Barrio Obrero (Reina Victoria), el Museo y la zona del cabezo del Conquero.
P: ¿Hay algún sitio “menos turístico”, pero muy especial para ti?
R: La antigua estación de Renfe. Por cercanía con nuestro domicilio, era un lugar al que a mi hermano y a mi nos encantaba ir a jugar. Nos sentábamos en unos bancos que había en el exterior de la estación para ver llegar el tren.
Poníamos monedas de una peseta en los raíles de la vía, nos sentábamos a esperar que pasara el tren por encima y las aplastara formando una especie de medalla, que luego vendíamos en el colegio.
P: ¿Qué comida o tradición onubense cree que todo visitante debería probar o conocer?
R: En cuanto a la comida, todo lo relacionado con el choco (con patatas, albóndigas, frito, a la plancha….), raya al pimentón, habas enzapatas, coquinas… también las gambas y el jamón (aunque ya se come en cualquier lugar fuera de Huelva).
Por lo que respecta a las tradiciones de la ciudad, quizás la Semana Santa y la semana de fiestas colombinas (Trofeo Colombino, Regata Colombina, recinto ferial….aunque respecto al Trofeo Colombino debo decir que ha perdido mucho carisma).
P: Cuéntanos un poco sobre tu vida: para que mis lectores te conozcan un poco más
R: Nací en Mayo de 1969, generación X como ahora nos catalogan.
Soy una persona normal, tranquila, feliz y que disfruta de la vida.
Casado hace 24 años con mi mujer, Ana.
El matrimonio tenemos 4 cuatro hijos, Pablo, Irene, Laura y Guillermo Santiago.
Desde hace casi 31 años me dedico al ejercicio profesional de la abogacía, por consejo de mi padre. Deportista, desde joven descubrí las virtudes físicas y mentales de practicar deporte, la importancia de mantenerse en forma, competir y superarse. Al día de hoy, hacer deporte lo considero una necesidad. Además así puedo comer lo que quiera, sobre todo la comida más rica del mundo, las patatas fritas, con huevos, pimientos y chorizos fritos (también puede añadirse jamón ibérico).
Amante de los animales, y especialmente de la raza Terranova. Considero a mis niños cuadrúpedos y peludos parte de la familia. Me aportan muchísimo más de lo que yo puedo darles a cambio. Siento debilidad por ellos, por su nobleza y belleza. Nunca defraudan, por eso hago mía la cita de célebre poeta “Cuánto más conozco al hombre, más amo a mi perro”.
Melómano. Apasionado y entusiasta de la música. Uno de los remedios más eficaces para evadirse de los problemas, controlar el estrés o la ansiedad, para disfrutar y soñar despierto, aumentar el optimismo, superar la tristeza…..todo son virtudes.
Cinéfilo por herencia de mi padre. Amante del cine, de las grandes obras de arte cinematográficas clásicas.
Apasionado del mundo del motor. Me encanta conducir y pasear en mi moto. Disfruto de la conducción deportiva (cuando y por donde se puede).
Familiar. Mi vida es mi familia, sin ella nada tiene sentido. Superaré cualquier situación mientras haya una sola persona de mi familia que me quiera, me coja de la mano y que me lo pida.
P: ¿Qué valores te inculcaron, mis buenos amigos Santiago y Juanita, tus padres, que aún conserva?
R: No se si son exactamente valores o formas de cómo se debe vivir.
Mi padre me enseñó a respetar, me enseñó a ser responsable, me enseñó a esforzarme y a ser competitivo, me enseñó a amar el cine, la música y el deporte, me enseñó a disfrutar de la vida…..
Pero nada de eso hubiera sido posible sin mi madre, una persona con carácter pero cariñosa y maravillosa, que fue realmente la que me educó y me formó, que me enseñó que la vida es bella a pesar de sus trampas y caídas, de las que hay que salir, sobreponerse y adaptarse a las circunstancias para no ir contra ella.
P: Tu padre fue una figura conocida en el mundo de la radio onubense, especialmente muy ligado al Recre ¿qué recuerda de su trayectoria?
R: Es imposible desligar a mi padre del Recre, hasta el punto que muchos de los recuerdos que tengo, tanto emocionales como materiales, están estrechamente relacionados con el Recre.
Su trayectoria profesional considero que está muy reconocida por y en la ciudad de Huelva. Fruto de dicho reconocimiento es que fue premiado con la medalla de la ciudad y que a título póstumo se le dedicó una calle, justo al lado del Estadio Colombino, que se denomina “Paseo Periodista Santiago Cotán-Pinto”.
P: ¿Cómo vivía tu de niño o joven esa faceta pública de tu padre?
R: De niño lo vivía regular ya que mi padre, durante la temporada de fútbol, estaba ausente los fines de semana de forma alternativa cuando tenía que desplazarse a otras localidades a radiar los partidos del Recre. Luego, todos los lunes había que esperara para almorzar a que terminara de dar la crónica del partido por teléfono al Marca. Recuerdo además que los Domingos que el Recre jugaba en casa salíamos a comer a Punta Umbría, siempre con prisas y con el “Carrusel Deportivo” en la radio del coche…..todo a su alrededor era fútbol y su Recre.
Ya de joven llevaba mejor esa situación, ya que de vez en cuando me llevaba de viaje aprovechando los desplazamientos en los partidos fuera de casa, o me dejaba a cargo de la gerencia del Cine Emperador, con lo que yo disfrutaba siendo “jefe” del cine durante el fin de semana.
P: ¿Qué legado cree que dejó como periodista deportivo?
R: Legado familiar ninguno, ya que ninguno de sus hijos seguimos la senda profesional del periodismo, aunque yo lo intenté, pero mi padre me lo quitó de la cabeza.
A nivel de la ciudad de Huelva, es muy agradable ver como todavía muchísima gente se acuerda con cariño de él.
Con lo que respecta al Real Recreativo de Huelva (como él se refería al Recre), quizás no sea el más indicado para decirlo por que no sería objetivo, pero creo y considero que mi padre ha sido durante décadas la “Voz de Recre”, y lo digo con todo el respeto y cariño a todos los profesionales que seguís retransmitiendo los partidos del Recre.
Por último, en cuanto a sus compañeros de trabajo, lo consideraban un maestro a seguir, sobre todo por la pasión, entusiasmo y profesionalidad que derrochaba en sus retransmisiones de los partidos del Recre.
P: También fue crítico de cine: ¿cómo nació esa afición en él?
R: De muy joven mi padre fue un enamorado y apasionado del cine. En su época universitaria ya formaba parte de un “club” cinematográfico. Cuando se fundó la emisora de la COPE en Huelva, él inicialmente se encargaba de la crítica cinematográfica, que posteriormente tuvo que dejar cuando le ofrecieron la gerencia del Cine Emperador, que desempeñó desde su inauguración en Diciembre de 1.964 con la película “Un beso para Birdie” hasta su clausura en Septiembre de 2.004 con la película “Mar Adentro”.
Era un “disfrutón” del cine y de las bandas sonoras de las películas.
P: ¿Qué película o momento cinematográfico recuerda que él le haya transmitido con pasión?
R: Mi padre era muy, muy, muy cinéfilo. Un verdadero apasionado del cine.
Películas de las que él siempre hablaba, podrían ser “Lo que el viento se llevó”,
“Quo Vadis”, “La hija de Ryan”, “Lawewnce de Arabia”, “Ben Hur”….
Como además era muy melómano, también le gustaba mucho el género musical, sobresaliendo entre ellas, quizás “Sonrisas y lagrimas”, “Jesucristo Superstar”…
Pero puedo decirte sin equivocarme, que vi a mi padre muy emocionado después de ver 4 películas en la llamada “prueba” (las veíamos él y yo solos de madrugada en la sala grande del Emperador para fijar encuadre y sonido) y al terminar la proyección de esas 4 películas, mi padre tenia sus ojos llorosos y su voz encogida. Esas películas fueron, “Cinema Paradiso”, “La Vida es Bella”, “La lista de Schindler” y una menos conocida que se llamaba “Dad” (comercializada en España como “Mi Padre”). Respecto las tres primeras es fácil entender la emoción que él sentía, dada su pasión por el cine y por la vida. Respecto de la última, al finalizar la película de camino a casa, abrazado a mi brazo y muy emocionado, me dijo que me quería mucho, que era especial y que el quería morirse en mis brazos….este es uno de los recuerdos que más me emociona, ya que tenía una conexión muy especial con él.
P: Si pudiera recuperar una sola cosa de la Huelva de antes, ¿cuál sería?
R: Me gustaría que se hubiera conservado el patrimonio urbanístico histórico y arqueológico de Huelva, lo cual hubiera significado un auge turístico en la ciudad.
P: ¿Y si pudiera cambiar una sola cosa de la Huelva actual?
R: La suciedad en las calles, el mal estado del acerado y de las carreteras.
P: ¿Qué es lo que más le enorgullece de ser onubense?
R: Me siento muy orgulloso de mi ciudad y provincia, sobre todo por su clima, por su gastronomía y sus playas. Me siento orgulloso de nuestra simpatía y nuestra forma de hablar. Me siento orgulloso de nuestra historia y de nuestros antepasados.
P: Si pudiera dejar un mensaje grabado para la Huelva del futuro, ¿qué diría?
R: Sólo y simplemente les diría, que cuiden y disfruten de la ciudad y su provincia, por que merece la pena.
P: Ha sido un placer conversar contigo. ¿Te gustaría añadir algo más?
R: Lo mismo que le dije a tu hermano José Luis cuando me entrevistó. Agradecerte, como no pude ser de otra forma, tu cariño, tu forma de ser, tu profesionalidad, y el haber estado tantísimos años al lado de mi padre, y por seguir manteniendo hoy día vivo su recuerdo.
Un abrazo enorme para ti y para todos tus lectores.
Otro abrazote para ti amigo