Francisco José López nos habla sobre la utilidad del coaching en las empresas en tiempos de Covid

Esta semana el protagonista de esta vuestra sección es Francisco José López Ballester, licenciado en Humanidades por la Universidad de Huelva. Recuerdo que le conocí aproximadamente hace ocho años cuando ambos, en el Instituto Internacional San Telmo, coincidimos haciendo un programa de Alta Dirección de Empresas y ahí me pude percatar que era respetuoso, cordial, sensato y responsable.

Después de mucho tiempo sin saber nada el uno del otro, hace unas fechas nos encontramos por medio de las redes sociales y posteriormente contactamos telefónicamente. Tras ponernos al día, me trasmitía que en la actualidad y desde hace seis años ejerce como formador y consultor utilizando el coahing con caballos, entre otros métodos de trabajo, para lograr resultados con sus clientes. Por ello le propuse una entrevista, cosa que accedió gustosamente, ya que entendí que es una profesión muy interesante, donde lo que predomina es ponerse en el lugar y sentir del otro. Algo muy importante, máxime en este tiempo de pandemia, donde las medidas de salud pública, como el distanciamiento social, pueden hacer que las personas se sientan aisladas y en soledad y es posible que aumente el estrés y la ansiedad.

-Sé que no es una profesión que se aprenda con un semanario de fin de semana ¿Dime como llegas y por qué?

-Es una historia muy larga que coincide con mi trayectoria vital. En un momento de mi vida, al encontrarme frente a una situación adversa, muy dolorosa para mi, siento que la única solución, el único paso que me es posible dar frente a esa circunstancia que se me presenta es la de cambiar y transformarme a nivel personal. Ser otra persona, mejorar, adquirir nuevas capacidades, otra forma de ver el mundo que me rodea, crecer… Es a partir de este momento que comienzo un camino de formación, primero como una necesidad personal y que con posterioridad pasa a convertir en una profesión. Así llegó al coaching primero y con posterioridad al coaching con caballos.

Fue la decisión de querer compartir, mostrar a los demás lo que yo antes había recibido y que tanto bien supuso para mí.

-Cuéntame en qué consiste tus sesiones y cual es la principal peculiaridad

 -Sin duda la mayor peculiaridad, la principal y gran distinción del coaching con caballos frente a cualquier otro método de trabajo y formación es la presencia y la participación del caballo en las sesiones. Frente a lo que muchas personas pueden creer, el coaching con caballos se enfoca en las personas, éstas son las verdaderas protagonistas del método. No trabajamos los caballos sino que trabajamos con caballos, es un método por y para las personas.

Lo que hace verdaderamente único, innovador y con excelentes resultados al coaching con caballos es aprovechar la naturaleza del caballo, su biología, su capacidad de estar presente en la pista y reflejar, y devolvernos una imagen clara, limpia, objetiva de nuestro estado emocional, nuestras capacidades, posibilidades, áreas e mejora, nuestra motivación,… es decir, de todas nuestras capacidades humanas.

¿Llevas mucho tiempo ejerciendo la profesión?

-Llevo ya más de tres años trabajando con caballos desde el coaching y más del doble utilizando otros métodos de formación que se traducen en charlas, talleres, eventos formativos, etc. Además de experto en coaching con caballos soy facilitador del método Lego Serious Play®, experto en inteligencia emocional, en comunicación, etc…

- ¿Normalmente a quien van dirigido el taller?

-La mayoría de los talleres que imparto con los caballos van dirigidos a empresas y organizaciones públicas. Son talleres grupales que buscan conseguir objetivos concretos que previamente son marcados y consensuados con el cliente, con la entidad para la que imparto la formación. He trabajado para la Diputación de Huelva, la Junta de Andalucía, la Universidad de Huelva, así como para decenas de pequeñas y medianas empresas onubenses que han buscado y encontrado en el coaching con caballos una forma única, lúdica, totalmente experiencial y efectiva de alcanzar sus objetivos formativos para su personal.

También realizo talleres grupales y sesiones individuales para particulares, para todas aquellas personas que quieran mejorar, cambiar o dejar atrás algo en sus vidas.

- ¿Por qué te decantas por trabajar con caballos?

-Siempre que una empresa me pide alguno de mis servicios lo primero que hago es ofrecerle trabajar con los caballos y lo hago porque los caballos son “verdad”. En el mundo de la formación hay un camino, una distancia que es necesario (imperioso, urgente) recortar o reducir y que es el espacio que hay entre la teoría y la práctica. En la vida ocurre igual. Muchos de los conocimientos a los que accedemos no pasan de un nivel teórico. No somos capaces de llevarlos a la práctica, de integrarlos verdaderamente, y así se convierte en mera información, no en aprendizaje. Esto es muy frecuente y se ve de manera muy clara en el mundo del crecimiento y desarrollo personal.

Con los caballos, a diferencia de otros métodos, lo que ocurre en la pista es real, es experiencial, auténtico. Hay poca o ninguna teoría. El aprendizaje, el integrar conocimientos y aptitudes nuevas es instantáneo con los caballos, profundo, duradero, de un altísimo valor. Esto hace que el resultado de los talleres, lo que el cliente se lleva, sea muy apreciado y valorado por el mismo.

- ¿Dónde se llevan a cabo los seminarios?

-Los talleres, en nuestra provincia, los realizo en Trigueros, en la hípica La Bodega, propiedad del gran jinete y amigo Antonio Blanco. Luego, he impartido y realizado talleres en otros lugares de España.

-Algunas veces entiendo que serán empresas las que te manden a tus clientes ¿llegan reacios o por el contario empáticos?

-Sí, la mayoría de mis clientes son empresas y hay de todo, el abanico de estados, actitudes, motivaciones que me encuentro al iniciar el taller es de lo más variado. Pero creo que podría decirte que lo sienten la mayoría de los participantes, la emoción que les acompaña es la expectación, la curiosidad y una actitud abierta a lo nuevo. También es frecuente trabajar con personas que le tienen miedo a los caballos, pero ese miedo desaparece en las dos primeras horas del taller. Es importante recalcar que en el coaching con caballos no montamos los caballos, solo realizamos dinámicas y ejercicios pie a tierra.

Lo que sí quisiera señalar no es cómo llegan los participantes, sino cómo se marchan después del taller. Ahí si encontramos un sentimiento y un estado más unánime, más común a todos y que es el estado de relax, de paz, de tranquilidad, de satisfacción. De la emoción que acompaña al descubrimiento y al deseo de mostrar fuera de la pista, al mundo, lo que han asimilado y aprendido dentro.

-En la primera ola de pandemia, según tengo entendido ofreciste secciones gratuitas al personal sanitario ¿Cómo fue la experiencia?

-Si, fue una experiencia, sobre todo a nivel personal, única y muy gratificante para mí. Es lo que te comentaba antes de la diferencia entre la teoría y la práctica. En mi agradecimiento a este colectivo yo decidi ir un paso más allá, hacerlo más real, más experiencial, poder dar algo preciso, de valor, que se pudiera tocar. Debo decir que tengo la suerte de dedicarme a esto y haber podido ofrecerlo.

Y quisiera decir que con lo que me quedo de la experiencia es con el altísimo valor humano, con la calidez, la apertura, la profesionalidad y los inmensos valores de todos los profesionales sanitarios que pasaron la pista entre los meses de mayo y junio. Mi admiración hacia un colectivo al que les debemos tanto, ahora y antes. 

-Muchas gracias por prestarme tú tiempo ¿Te gustaría decir algo más que durante la entrevista no te haya preguntado? 

Pues agradecerte a ti, Félix, la posibilidad que me das de aparecer es este tu rinconcito, en esta ventana abierta a Huelva y el mundo. Y por supuesto, animar a quien no lo conozca a probar el coaching con caballos. El aprendizaje que les espera y pueden alcanzar es el aprendizaje de la Naturaleza. Es descubrir nuestra parte más natural, más humana: Es acceder a lo mejor que llevamos dentro.

Gracias.