"Si no fuera por España para dar trabajo, todos morirían de hambre"

La industria conservera de Portugal vista por Manuela Viegas, una portuguesa que trabaja en España.

Hace mucho que Vila Real de Santo António ya no es una región de las fábricas de conservas de pescado. Los trabajadores se fueron a buscar empleo a España que, según el testimonio, "es la solución que evita pasar hambre".

La localidad onubense de Isla Cristina es uno de los centros de actividad, así como relataba hace pocas fechas el periódico portuguéss Público. "Si no fuera por España para ofrecer trabajo, todos morirían de hambre". Así lo explica una operaria de industria conservera cuando se enfrentan a la necesidad de ponerse a trabajar en el país vecino, tras el cierre de las fábricas existentes en el lado luso de la Raya.

Manuela Viegas vive en Monte Gordo y viaja todos los días a Isla Cristina, donde trabaja en una fábrica de conservas de pescado. Hace años, también en Vila Real de Santo Antonio tenía varias empresas de renombre con la misma actividad, que dinamizaban la región. "Ahora solo quedan dos fábricas en Olhão. Una miseria", se lamenta. "España cobra una tarifa fija de 8 por ciento de IVA en el turismo. En Portugal, se paga 6 por ciento en alojamiento, pero en el sector de alimentos y bebidas el coste es del 23 por ciento. Estamos compitiendo en términos de desigualdad", dijo el presidente de la Asociación de los Hoteles y Centros Turísticos del Algarve, al explicar la fuga de varios empresarios para España.