miércoles. 24.04.2024
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Una familia reforesta una finca de Alosno para combatir la seca de la encina

Para evitar que el parásito siga afectando a las dehesas, la familia Domínguez Rodríguez ha decidido reforestar con sus propios recursos en torno a 370 hectáreas en el término municipal de Alosno
Una familia reforesta una finca de Alosno para combatir la seca de la encina

La seca de la encina se manifiesta por un decaimiento del arbolado de la dehesa, pérdida foliar e incluso muerte súbita. Actualmente, en la provincia de Huelva, tal y como reflejan los ganaderos, se empiezan a ver síntomas preocupantes, ya que cada vez más árboles se ven afectados.

En la finca Las Posadillas, en Alosno, también lamentan este problema. Su responsable, Manuel Ángel Domínguez, cuenta a diariodehuelva.es cómo desde hace unos cuatro años la situación de la dehesa ha empeorado considerablemente en la zona. "Se ven encinas que se secan cada día más. La escasez de lluvia está agravando el problema, pero el verdadero causante es el parásito que se introduce en los árboles".

Se trata de un hongo microscópico, llamado fitóftora (Phytophthora), cuya actuación provoca la pudrición de las raíces, impidiendo la absorción del agua y de sales minerales del suelo. Ataca a más de 1.000 especies, entre las que se encuentran muchas especies forestales. Entre ellas, castaños, encinas, alcornoques y robles. Está considerada como una de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). En la provincia de Huelva está provocando la muerte del arbolado en muchas zonas de dehesa, lo que supone una pérdida de productividad y una amenaza para la conservación de este importante sistema forestal.

Para evitar que el parásito se extienda y siga afectando a las encinas, la familia Domínguez Rodríguez ha decidido ponerse manos a la obra y con sus propios recursos pretende reforestar en torno a 370 hectáreas en el término municipal de Alosno. Para ello han trabajado en la investigación y plantación de alcornoques y acebuches. Prevén plantar en torno a 6.000 nuevos árboles que vendrán a llenar de verde muchas de las zonas afectadas por la sequía de encinas.

Ellos no se dedican a la plantación porcina, lo hacen para que el campo tenga la máxima vida forestal: "Lo hacemos para que la dehesa siga estando poblada. Esta es una finca de las que todavía se pueden mirar, porque las de alrededor están aún peor que la nuestra".

Aunque la inversión en este vivero ha supuesto un coste importante para los miembros de esta finca, están convencidos de que no se van a quedar de brazos cruzados. "Vemos cómo encinas de 200 años se van empobreciendo día a día. Por eso, hemos puesto en marcha este vivero. Cuando compramos la finca contabilizamos unas 12.000 encinas y contratamos a trabajadores para que en tres años nos las podaran y sanearan. Y, aún así, la seca cada vez va. Por eso, nuestro objetivo es repoblar", explican.

Una iniciativa solidaria con el medio ambiente que nace de una familia onubense con el único fin de que la dehesa siga manteniéndose viva como el gran pulmón de la provincia de Huelva.