Sale a la luz el empedrado de la iglesia de Navahermosa

Uno de los templos religiosos más interesantes de la comarca serrana es la de la aldea de Navahermosa, perteneciente al término municipal de Galaroza. La Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, de finales del siglo XVI, cuenta con detalles arquitectónicos e históricos de importante valía, alguno de ellos atribuidos al gran Hernán Ruiz II.
A estas características añade ahora un nuevo foco de admiración que se encuentra en su exterior. Se trata de un empedrado que se hallaba construido a los pies de la entrada principal y que ha sido recuperado por Jesús Sánchez.
Este vecino se ha empeñado en rescatar el viejo empedrado que, a decir de los más ancianos del lugar, “fue sacado a la luz hace veinticinco años y ya entonces los abuelos no recordaban haberlo visto antes”. Los restos que se podían intuir nunca se habían limpiado, por lo que se estima que puede tener alrededor de un siglo.
En los últimos años se encontraba completamente cubierto de tierra, por lo que Sánchez tuvo la idea de limpiarlo de nuevo, “en principio por curiosidad, pero cuando fui descubriendo que se encontraba en buen estado continué con la limpieza”.
Fue entonces cuando, con la colaboración de su hermano Ángel, decidieron ponerlo en valor y conservarlo para que pueda apreciarse en el futuro, con la ayuda de profesionales en la materia.
El empedrado presenta figuras geométricas, con cuadrados y triángulos que forman rombos. Los colores que se emplearon fueron el blanco y el negro.
Jesús Sánchez se ha destacado en iniciativas de protección del patrimonio cachonero. Es colaborador de la Asociación Cultural Lieva y recientemente fue uno de los pilares en el homenaje que Navahermosa tributó al tamborilero Marcelino Moya.