Riotinto cumple dos semanas sin Policía
De los cinco agentes de la plantilla, cuatro continúan de baja laboral y el otro de vacaciones.
Si hay un municipio en la provincia de Huelva que actualmente es más propicio para perpetrar actos vandálicos o delictivos ese es, sin duda, el de Minas de Riotinto. La localidad andevaleña cumple justo ahora dos semanas sin agentes de la Policía Local, por lo que los malechores pueden campar a sus anchas con mayor facilidad que nunca.
Desde el jueves 1 de octubre, último día en que efectivos del cuerpo municipal desempeñaron sus funciones en las calles del municipio, ninguno de los cinco miembros que componen la plantilla, con la salvedad del inspector jefe, se encuentra en disposición de prestar sus servicios. Tal y como ya adelantó el diariodehuelva.es, uno de los agentes se encuentra de vacaciones y los otros cuatro se dieron de baja laboral, una situación que todavía persiste.
Esto se produce después del fuerte conflicto desatado entre el equipo de gobierno municipal y el cuerpo de la Policía Local, un conflicto que tuvo su momento culmen en la noche del 26 de septiembre, en plena festividad de La Esquila, cuando los agentes que prestaban servicio en el municipio interpusieron hasta un total de 25 multas, todas ellas por estacionar vehículos encima de la acera en calles donde los conductores han aparcado así desde siempre.
La polémica se originó cuando la alcaldesa, Rosa Caballero, criticó públicamente en un Bando municipal la actuación de la Policía, a la que acusó de interponer esas multas sin autorización del Ayuntamiento. La regidora del PP calificó además la actuación policial como una medida de protesta de los agentes contra el equipo de gobierno por una serie de decisiones que no eran del agrado de los efectivos policiales, lo que no hizo sino incendiar aún más el conflicto y evidenciar las malas relaciones existentes entre el cuerpo municipal y el equipo de gobierno del PP.
A partir de ahí trascendió la existencia de una Orden de Servicio por la que la Alcaldía, sólo tres días antes de la noche de ‘autos’, había ordenado a los agentes policiales que denunciaran todas las infracciones que se produjeran en el municipio, al tiempo que les advertía de que podrían ser expedientados por falta grave si no cumplían con esa obligación.
La citada Orden de Servicio puso en entredicho la versión de la alcaldesa, quien justo después de aquello se encontró con que los únicos dos efectivos policiales de que disponía se daban de baja laboral. Otros dos ya estaban en esa misma situación y otro se encontraba de vacaciones.
Ante ello, el Ayuntamiento, tal y como también adelantó este periódico, tuvo que recurrir en una ocasión al Consistorio de Lepe para prestar el servicio policial, concretamente el pasado miércoles 7 de octubre, día de la procesión de la Patrona del municipio, la Virgen del Rosario.