viernes. 29.03.2024
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El río Tinto ya era rojo antes de que lo descubriera el hombre

La existencia de este reactor natural subterráneo, que permite las señales de vida en el subsuelo, produce una serie de fenómenos que "alteran la pirita" y ese contenido desemboca en el mar enriqueciendo la vida
El río Tinto ya era rojo antes de que lo descubriera el hombre

Que la minería es una actividad contaminante no hay duda, pero que sea la actividad minera la que conformara lo que es actualmente el río Tinto y su entorno, no sería correcto. Los estudios desarrollados durante 30 años en el marco del Proyecto Marte y el proyecto IPBSL (Iberian Pyritic Belt Subsurface Life Detection) han demostrado que el Tinto no es un río contaminado por el hombre y la actividad extractiva desde tiempo de los romanos. Hace millones de años ya era así.

El catedrático de Microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid, Ricardo Amils, ha expuesto  las conclusiones de tres décadas de experimentación y estudios de campo que han realizado en el Río Tinto de Huelva y ha destacado que el origen de este singular río, asociado siempre a la minería, se debe a un reactor subterráneo natural y no a dicha actividad. Es decir, es la actividad microbiótica del subsuelo del Tinto en contacto con el agua los que hacen que este paisaje tan singular fluya y atraviese la provincia de Huelva durante 92 kilómetros de norte a sur.

Amils ha desgranado las conclusiones, destacando las "señales inequívocas de la vida" existentes en la faja pirítica del Tinto. De hecho, en los últimos estudios con prospecciones en el suelo mediante las cuales se ha llegado a los 620 metros de profundidad, se han llegado a aislar hasta 19 formas de vida diferentes, principalmente organismos eucariotas, pero aunque solo se hayan logrado aislar estos, hay muchos más.

En las prospecciones se han hallado restos de ácido fórmico o ácido acético, dos ácidos procedentes inequívocamente de formas de vida y además, se han encontrados mediante pruebas como la cromatografía de gases, que en el subsuelo también se encuentran gases vitales para la vida anaeróbica como el Hidrógeno 0 el anhídrido carbónico. En este sentido, Amils ha afirmado que "debajo de nuestros pies hay mucha vida completamente desconocida que merece la pena descubrir".

La existencia de este reactor natural subterráneo, que permite las señales de vida en el subsuelo, produce una serie de fenómenos que "alteran la pirita que produce ácido sulfúrico e ion férrico", el cual se va después desde el río al océano Atlántico y ese hierro favorece la calidad del pescado y marisco, tan característico de Huelva.

Convencido de que este tipo de vida en el subsuelo existe y es universal, de manera que se da en otras partes del mundo, aunque no se manifiesten de manera tan "ostentosa" como en el río Tinto, Amils ha valorado la características tan singulares de este río y la minerología del mismo que lo convierten en un análogo del planeta Marte en la Tierra.

Del mismo modo, ha destacado que el subsuelo de esta zona cuenta con "más vida de lo que se pensaba", incidiendo en que, aunque el debate está abierto conforme a este tema, a su juicio, no se puede descartar que exista vida también en Marte.

Pruebas para la carrera espacial

Amils ha recordado que la analogía entre el Río Tinto y Marte es de tal magnitud que los instrumentos que después se llevan a las misiones espaciales se prueban antes en esta emblemática zona onubense puesto que otros espacios análogos están, por ejemplo, en el fondo marino, o en la antártida sitios mucho menos accesibles y cuyan investigaciones serían además mucho más costosas.

En definitiva, las conclusiones que ha remarcado Ricardo Amils son el resultado de un estudio exhaustivo de ecología microbiana desarrollado en los últimos 30 años y que ha identificado las actividades microbianas más importantes que operan en las distintas fases de este peculiar ecosistema.