miércoles. 24.04.2024
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Onubenses en otras tierras se preparan para regresar en una atípica Navidad

Además del equipaje y ropa de abrigo no podrán olvidarse de un elemento esencial si no quieren ser sancionados al llegar: presentar una prueba que dictamine que están "limpios" de Covid-19
Onubenses en otras tierras se preparan para regresar en una atípica Navidad

Diciembre es el mes de la Navidad, la familia y los reencuentros. Los que están fuera ultiman ya los preparativos para regresar a casa, aunque, eso sí, este año lo harán con algunas condiciones impuestas por la pandemia.

Las ganas de abrazar y volver a encontrarse con "los de siempre" se han incrementado, especialmente, a causa del virus. Y no es para menos. Aquellos onubenses que viven en el extranjero han tenido que enfrentarse este 2020 a la dureza de estar lejos de los seres queridos en mitad de una crisis sanitaria. 

Pese a todo, Huelva seguirá respirando Navidad y quienes se marcharon, contra todo pronóstico, tachan los últimos días del calendario para pasar las ansiadas vacaciones en su tierra natal.

Para ello, además del equipaje y ropa de abrigo no podrán olvidarse de un elemento esencial si no quieren ser sancionados: presentar una prueba que dictamine que están "limpios" de Covid-19.

El Gobierno de España ha impuesto (desde el pasado 23 de noviembre) una PCR negativa como requisito para poder entrar al país. La prueba del coronavirus deberá hacerse en los países de origen, 72 horas antes de la llegada.

Los controles de estas pruebas se harán en los puertos aeropuertos, por lo que no se contemplan estaciones de trenes o autobuses, por ejemplo. Estos controles se llevarán a cabo en los 65 países declarados de riesgo y solo se "librarán" de cumplir esta norma los pasajeros internacionales cuyo destino final no sea España y que se encuentren "en tránsito en un puerto o aeropuerto español de camino a otro país".

Estas medidas tendrán que cumplirlas tanto los viajeros que residan en el país de riesgo y quieran venir a España un tiempo, como los propios españoles que viajen a cualquiera de estos países, teniendo que presentar a la vuelta obligatoriamente la prueba PCR realizada en las 72 horas previas al viaje.

Pero... ¿quién financia estas pruebas? ¿cuánto valen estos PCR? ¿qué ocurre si alguien se niega a realizarse el test?

El precio de las pruebas, así como la financiación de las mismas, dependerá de la normativa del país en cuestión. Y en el caso de que un pasajero pise territorio español sin haberse realizado un test se impondrá el régimen sancionador de la Ley General de Salud Pública, cuyas multas van desde los 3.000 euros hasta los 600.000.

Así lo ha confirmado el Ministerio de Exteriores, quien asegura que además se podrá someter a un test adicional a aquellas personas que presenten síntomas. En el caso de detectar un positivo se activará el protocolo de la comunidad autónoma para contagios.

Solo habrá una única excepción: no tendrán que presentar la prueba aquellos trabajadores de mar que regresen a España de su campaña de a bordo de un buque o se encuentren en tránsito para embarcar o desembarcar. Eso sí, tendrán que justificar su condición de tripulante y los impedimentos para la realización de la misma.

En diariodehuelva.es hemos hablado con algunos de los onubenses que residen actualmente en otros países para conocer, de primera mano, cómo afrontarán esta "atípica aventura" de regreso a sus hogares en Navidad.

Manuel Chaves Vázquez es de Cartaya y reside actualmente en Cardiff, la capital de Gales, donde trabaja como veterinario.

Tras marcharse de Huelva en busca de nuevas oportunidades laborales, este destino le ha brindado la posibilidad de ampliar experiencias y mejorar tanto en el ámbito profesional como personal.

Sin embargo, añora su tierra y quiere venir en Navidad para volver a abrazar, sobre todo, a su abuela. Actualmente se encuentra "en negociaciones" con su manager para lograr sus esperadas vacaciones pero, en todo caso, asegura que "hacerse el test le parece una buena idea para asegurarse de que no pone en riesgo a ninguno de sus seres queridos".

En su caso, tendría que financiársela él mismo y, dice, que actualmente los laboratorios están colapsados ante la gran demanda: "todos los que se están marchando han saturado los laboratorios y no encuentro citas disponibles para poder realizarme el test, cuyo precio ronda las 120-200 libras. Vamos, un regalito de Navidad", bromea.

No se plantea venirse sin realizarse las pruebas, ya que tiene miedo de la sanción. "Algunos incluso piensan en falsificar las pruebas usando las de otros, debido al alto coste. Hasta me han preguntado si yo puedo falsificar el documento con Photoshop, ya que se me da muy bien. Obviamente no lo haría. No volvería a España sin mi PCR en orden".

El haber vivido la pandemia en Inglaterra le ha ofrecido la oportunidad de ver cómo España "ha saturado" a la ciudadanía con los ingentes datos en medios. Una situación que contrasta con la que él ha vivido en Gales, sin apenas información. Todo ello le ha llevado a estar mucho más preocupado por sus familiares de España que por su propia situación en el país inglés. "Aquí no ha habido nada de eso. Cero. Aquí este viernes cierran los bares a partir de los 18 h. y han prohibido servir alcohol. Algo que me preocupa, porque las fiestas privadas en casas se van a desatar y eso parece que el Gobierno no lo ve".

El onubense dice que lo más duro de la pandemia ha sido la "desconexión" y el no saber cuándo iba a poder volver a su casa. "De Huelva no hay una cosa que eche de menos. La añoro toda. Huelva es sol, buen tiempo, playa, Sierra, comida, familia, amigos, Huelva es mi casa", cuenta el joven onubense.

Otra cartayera, pero en Dublín, es María del Mar Zunino.

Reside en la capital de Irlanda desde hace casi 5 años y es Team Leader en un equipo que trabaja con políticas de Facebook.

"Me vine a principios de 2016, después de terminar la carrera, para aprender inglés y volverme rápido, como yo decía. Pero aquí conocí a mi chico, y también por razones laborales al final el tiempo ha pasado y aquí sigo. La experiencia en mi caso es positiva. Como digo, teniendo alguien con quien compartir vida es todo más fácil. También las opciones laborales son mucho más amplias que en España y por eso en parte llevo tanto tiempo aquí.

La intención era volvernos a España este año para quedarnos, pero con el COVID ha cambiado todos nuestros planes", cuenta la onubense.

Sin embargo, tras un largo año, la de Cartaya celebra que, por fin, vuelve a casa por Navidad: "Nunca había estado tanto tiempo sin ver a la familia".

Para esta onubense afincada en el extranjero, regresar a Huelva será un poco más fácil, ya que Irlanda no es una zona considerada como de especial peligro de afección por el Covid.

"En el caso de Irlanda, a día de hoy no tendríamos que hacernos PCR para volar, porque no estamos en zona Roja (al menos así es como se le llama aquí). Desde esta semana no hace falta, y esto será revisado de nuevo el 13 de diciembre. En mi caso tengo cita igualmente el día 22, y en el caso de que no fuera necesario podría cancelarla y me devolverían el dinero. Aquí en Irlanda están saliendo nuevas empresas que proporcionan el PCR para viajar con un precio más económico de lo normal. Lo normal en un centro de salud serían 150€ y estos ahora están por 99€. Personalmente creo que es una medida que puede ayudar a evitar la propagación del virus en cierta forma, pero es demasiado caro", explica.

Con todo, asegura que se está planteando hacérselas, incluso sin que sea necesario por el hecho de tener a sus padres en España dentro del grupo de riesgo. "Es una decisión que tomaré cuando la fecha se acerque más", dice.

Después de haber vivido la pandemia lejos de los suyos, la cartayera cuenta los días para volver a oler a mar y encontrarse con su querida tierra: "Ha sido un año bastante extraño, para todos. Personalmente, lo que más me ha afectado ha sido el no poder viajar en absoluto, visitar a la familia y amigos y disfrutar de las pequeñas cosas que nos hacen felices. Lo que más he echado de menos ha sido levantarme en casa de mi madre y desayunar con ella en el patio, las comidas familiares, las risas con mis hermanos y primos, los abrazos de mis sobrinos y los atardeceres de El Rompido. Espero poder disfrutar de todo en Navidad".

Marta Quintero reside en Suiza, aunque es natural de Gibraleón

"Ahora mismo vivo en Lucerna (Suiza) y trabajo en un laboratorio de Reproducción Asistida en el Kantonsspital de Lucerna", explica a este diario.

Llegó en noviembre del 2019 y se mudó para conseguir una primera experiencia laboral en su profesión. "Mi experiencia ha sido positiva, aunque desde que comenzó la pandemia del coronavirus hay que estar pendiente de mil detalles si se quiere ver a la familia", advierte.

"Tengo pensado ir en Navidad a ver a la familia, he reservado gran parte de mis vacaciones solo para este periodo.  Entiendo que quieran poner medidas para la prevención y el control del coronavirus, sin embargo, pienso que puede ser un gran impedimento para algunas personas. Yo me la realizaré y viajaré (incluso ya tengo cita para unos días antes y vistas varias opciones extras por si fallase la cita)".

Ella misma se costeará la prueba: "En mi caso personal no resulta un gran impedimento por el alto nivel de ingresos que hay en Suiza y porque soy una persona que no tiene a nadie a su cargo. Me parece bien que controlen, sin embargo, podrían relajar algunos requisitos (se pide el resultado en inglés o español y esto puede dar problemas en países con otras lenguas oficiales) o algún tipo de ayuda o financiación a quien alegue que no puede costearlo y ya tenga los billetes comprados", opina.

Lo más duro de la pandemia, dice, ha sido la dificultad para viajar a España. Estas limitaciones han hecho que pase largas temporadas sin poder ver a su familia y a su pareja.

"Es difícil decir qué es lo que más echo de menos (el clima, la luz, la gastronomía, las costumbres), pero si solo tuviera que elegir una cosa de Huelva, sería poder ir a ver a mi familia".

Daniel Fernández Cano es de Huelva y vive actualmente en Siena (Toscana, Italia). En estos momentos está en paro, ya que se dedica al sector turístico estacional, pero trabaja como recepcionista en un resort de lujo cerca de Siena.

Se marchó a Italia en julio de 2018 para realizar unas prácticas extracurriculares de un master que estaba haciendo en Cádiz. Cuando se acabaron ese mismo diciembre, decidió quedarse porque había encontrado trabajo y porque su pareja era residente en Pediatría en el Hospital de Siena. En general su experiencia en Italia es bastante buena. "Siena es una ciudad tranquila y la región Toscana es una de las zonas más bonitas del país".

Aunque al onubense le gustaría volver a casa por Navidad, asegura que este año lo tendrá complicado: "Me gustaría pero no creo que pueda volver. No solo por las normas impuestas por España sino también por las impuestas por Italia. Además de por los precios desorbitados que ofrecen las compañías actualmente, teniendo que hacer incluso escalas interminables porque no hay vuelos directos", lamenta.

Con todo, si Daniel tuviera que volver a casa, ve "injustas" las medidas impuestas por el Gobierno para su regreso: "Lo de presentar la PCR es una medida bastante aceptable, no estaría mal si hubieran hecho lo mismo en verano. Nos habríamos ahorrado bastantes problemas. En Italia tendría que pagarme el test y hasta aquí no habría ningún problema. Sin embargo, lo grave está en que el Gobierno pide el test en español o inglés. ¿Qué pasa con la gente que vive en Italia, Alemania, Portugal o en países donde no se hablan ninguna de esas dos lenguas? Si a todo esto añadimos que el test tienes que hacértelo en un máximo de 72 horas antes de tu viaje, resulta imposible que una persona en tres días se haga el test, reciba los resultados y encuentre un traductor oficial que se lo traduzca a tiempo", critica.

Aunque lo más duro de la pandemia para Daniel ha sido, sin duda, no poder trabajar. "En Italia el estado de alarma empezó el 09 de marzo y mi contrato debería haber empezado el 24 de ese mes, por lo que fue un palo bastante grande. Menos mal que la cosa “mejoró” y pude empezar a trabajar el 1 de agosto aunque, siendo un sector estacional, el contrato ya acabó".

Esta Navidad la pasará en Italia y saboreará desde la distancia "la comida de Huelva. Aunque, lo que más anhelo es ver a mi familia y amigos porque solo los veo un par de veces al año".

Ana Muñoz es de Valverde y hace dos años se marchó a Riad, la capital de Arabia Saudí y trabaja en el departamento de recursos humanos de una empresa española. Decidió dejarlo todo por amor y marcharse con su novio. Lo que le ha permitido viajar y conocer a mucha gente.

La pandemia para ellos ha sido bastante llevadera, ya que, dice, "viven en un residencial donde no ha habido grandes restricciones, más allá del uso de la mascarilla. Nunca hemos tenido que permanecer confinados en casa".

Lo más duro, eso sí, ha sido estar más de nueve meses sin poder ver a su gente porque, a pesar de que dentro del país han podido moverse "con relativa normalidad", las fronteras han permanecido cerradas hasta finales de septiembre.

A pesar de que están felices en su ciudad de destino, sueñan con las playas de Huelva y la comida de la tierra: "como se come en Huelva no se come en ningún otro sitio".

Un sueño que pronto verán hecho realidad, ya que el próximo 18 de diciembre llegarán a España. Ellos sí, sin necesidad de aportar pruebas PCR, al estar exento el país de origen: Arabia Saudí. Sí tendrán que probar que están "limpios de contagio" tras sus vacaciones en Huelva, cuando pongan de nuevo rumbo a Riad.