Menores desaparecidos
La psicóloga Pilar Enjamio analiza el caso de la menor desaparecida el pasado 14 de agosto y hallada en Granada.
Como siempre en estos casos hay que implicarse a fondo,no existen sucedáneos ni términos medios, sino realidades.
La fotografía de Rocío Jímenez era altamente expresiva y se podia intuir una actitud de introspección, vivencia en un mundo aparte, muy suyo, pero alejado de la realidad con ese halo de tristeza y nula sonrisa que preocupaba, pero a la vez una niña con inquietudes y como ocurre con todos los menores y adolescentes, sin control de las consecuencias de sus actos.
Todo es muy bonito hasta que deja de serlo. Las personas afectadas de minusvalías tienen las mismas necesidades afectivas, sexuales y sociales que el resto, y en estos casos la sexualidad está mucho más acentuada que en las personas carentes de minusvalía precisamente por eso, por su represión, y con explosiones de agresividad y poca tolerancia a la frustración cuando desean relaciones con alguien y la respuesta es negativa.
Un caso altamente significativo en mi experiencia profesional se dio cuando realizaba unas prácticas en un centro educación especial con un alumno de 17 años con una minusvalía psíquica media y que cada día dejaba una carta en mi mesa. Como esas cartas nunca obtenían respuesta, un día que estaba sola en un lugar intentó apretarme el cuello con ambas manos. Es normal y sucede que nos enamoremos de algún profesor en la adolescencia o que en toda terapia en la mitad del tratamiento se dé ese 'feeling' o enamoramiento hacia el terapeuta y que desaparece a medida que avanza la terapia, pero es más bien una idealización no con los tintes de agresividad de los que sufren estos desequilibrios psiquicos.
Este susto con la niña Rocío hará ver a sus padres que la preocupación por un menor empieza mucho antes de que desaparezca y que pudo haber desaparecido para siempre. Es importantísima la educación sexual, pues sería problemático un embarazo en dos personas con discapacidad. Y no sólo pore parte de las instituciones, sino en los colegios y en las familias conjuntamente. Deberíamos dar mil gracias a las fuerzas de seguridad, Policía y Guardia Civil, que tienen que sumar medicina, psicología y humanidad en estos casos.
Se habla de agresión sexual, pero hay que demostrarlo. Si partimos de la base que se consideraban pareja y conectaban a traves de redes sociales, es posible que a Rocío le hiciese ilusión realizar ese viaje con esa persona especial y que no haya ido a la fuerza o bajo los efectos de alguna sustancia en su bebida.
Que el escalofrío de su desaparición y la alegría de encontrarla sirvan para subsanar los grandes errores en la educación del menor con o sin minusvalías, pero al fin, personas.
María Pilar Enjamio. Psicóloga