Una masiva mortandad de pinos se extiende por Doñana
El pinar de Doñana colapsa y ya son miles de piños los que han caído secos, fulminados en último término por la plaga de un escarabajo perforador conocido como Tomicus sp., que en sus varias formas vitales ataca al pino, perforando galerías en sus formas larvarias y comiendo brotes tiernos en las adultas. Estos ataques acaban con la vida de los ejemplares más débiles, que son en los que se produce preferentemente la infestación. Lo acaba de denunciar la organización Ecologistas en Acción.
Según explica, este proceso es inocuo en un pinar sano ya que se trata de un mecanismo equilibrado de saneamiento del pinar al servir para retirar del medio ejemplares enfermos o debilitados por cualquier circunstancia, sin embargo, "la actividad de estos pequeños escarabajos se convierte en plaga letal cuando se dan circunstancias de estrés generalizado en los pinares, como viene ocurriendo en los de Doñana en los últimos años". Es entonces cuando el número de ejemplares susceptibles de ser atacados supera el umbral y "se produce un efecto dominó con gran cantidad de ejemplares atacados por su debilidad que generan gran número de efectivos de la plaga, que se hace así más virulenta y capaz de atacar a cada vez más ejemplares y más sanos, entrando en una especie de muerte en cascada que produce escenas dantescas de pinares de cientos de hectáreas completamente arrasados".
El Pinar de la Parada, el Corral Largo, el Cerro del Trigo, el Pinar de San Agustín y un largo etc. de pinares emblemáticos del Parque Nacional, se están muriendo a marchas forzadas.
A juicio de Ecologistas, "el Tomicus es la causa última de la muerte de los pinos, pero esta hecatombe sólo se explica por el estado de debilidad de estos pinares que favorece el ataque descontrolado del insecto".
Es necesario conocer la causa o causas que están detrás de ese estrés para poder solucionar el problema ya que no bastará con eliminar el Tomicus para detener la debacle.
Desde Ecologistas en Acción ya denunciaron el año pasado de la aparición de manchas de pinos secos en el Espacio Natural, llamando la atención sobre lo que parecía un patrón en el avance de la afección; se secaban más los pinos de las vaguadas que los ubicados en zonas más altas, lo que hace pensar en que, "más que el descenso del freático, podría estar ocurriendo un proceso de salinización por intrusión salina en el acuífero, que generaría ese estrés por contacto de las raíces con aguas salobres, que pone en marcha el efecto dominó del Tomicus desbocado".
"Aún no tenemos respuestas satisfactorias ni confirmación que apunte a otra causa para explicar la alarmante mortandad. El efecto de intrusión salina es conocido y consiste en la entrada de agua subterránea salina procedente del mar en un acuífero litoral, al que se le están retirando aguas dulces por extracciones masivas, como sabemos que ocurre con el de Doñana", ha advertido Ecologistas.
A día de hoy ni siquiera parece haber consenso sobre las medidas a adoptar por las distintas administraciones y organismos con responsabilidad de acción en el Parque: así el criterio de la administración del Espacio Natural parece ser retirar la madera muerta, mientras que en la Reserva Biológica se está dejando ésta. Lo que es bueno en un sitio debería ser bueno para el otro, salvo actuaciones concretas en zonas en las que primen cuestiones de seguridad viaria, de prevención de incendios u otras, pero "en cuanto a criterios de conservación parece razonable que hubiese consenso en cuanto a las actuaciones más adecuadas a desarrollar".
Según Ecologistas, "si se retiran todos los pinos muertos se disminuye la carga de insectos perjudiciales y se disminuye el riesgo de incendios, pero se genera gran impacto en los delicados suelos por el uso de la maquinaria pesada que se precisa, favoreciendo la erosión eólica que puede movilizar arenas hasta ahora estabilizadas si no se acompaña la retirada con actuaciones de fijación del terreno". "Si no se retiran, se aumenta el número de insectos dispuestos a continuar devorando el pinar, se incrementa la materia orgánica en suelos que suelen caracterizarse por tener muy poca, pudiendo conllevar desequilibrios, se mantiene un combustible altamente inflamable que por una tormenta seca puede provocar un incendio de consecuencias muy graves.", subrayan en una nota.
Del diagnóstico y de las medidas más adecuadas a adoptar también va a depender el modelo de restauración consecuente ya que "si se confirma la salinización del acuífero la recuperación de la flora original de sabinas, que podría ser intuitiva, se vería también impedida y habría que trabajar con especies resistentes a la nueva situación", concluye la organización..
Para Ecologistas, "urge por tanto un equipo de crisis que se ponga a trabajar en diseñar ya un plan de actuaciones coherente, que en primer lugar ataje la proliferación de la plaga, pero que se vea acompañado de un diagnóstico de la causa o causas del estrés de la vegetación y se trabaje a marcha forzada en su restauración. Sólo así la Doñana que conocemos seguirá siendo sostén de una de las biodiversidades más importantes de Europa".
Ecologistas en Acción lo va a demandar en todas las comisiones de trabajo del Consejo de participación del Espacio Natural, "no hay tiempo que perder".