Los avistamientos de orcas en las costas de Huelva sorprenden a los navegantes cada vez con más frecuencia
El pasado mes de julio el perfil de Facebook la Mar de Isla Cristina publicó un avistamiento de orcas en esta parte de la costa occidental de Huelva lindera con Portugal. Desde entonces hasta ahora las imágenes han obtenido miles de visionados en todos los rincones y el vídeo ha sido compartido sin descanso. El impacto ha sido muy positivo para consolidar la zona como lugar de avistamiento de este tipo de especie más común por aquí de lo que se piensa. De hecho no resulta extraño que delfines y hasta tiburones de considerable tamaño acaben varados en nuestras costas. En el caso de Mazagón, se produjo otro avistamiento de orcas hace tres veranos, con el consiguiente revuelo para los navegantes.
De hecho estos días se cumple el primer aniversario de la publicación en el BOE de la orden ministerial que daba luz verde a medidas de protección y conservación para las orcas del Estrecho y el Golfo de Cádiz que comparte con Huelva la provincia gaditana. Según recoge esta normativa, “la población de la orca del estrecho de Gibraltar y Golfo de Cádiz está incluida como vulnerable en el Catálogo Español de Especies Amenazadas (CEEA)”. Según la web del Ministerio, este es el primer plan de conservación de una especie marina que aprueba el MAPAMA.
Dada la importancia de la especie, el Mapama informa que “este plan contiene acciones para corregir las amenazas que sufren las orcas del Estrecho y Golfo de Cádiz, con el fin último de garantizar su estado de conservación favorable”.
Esta población de orcas tiene un tamaño muy reducido, estimado en 49 individuos en el censo realizado en 2016, agrupados en cinco manadas. Por eso es un lujo ser testigo de un avistamiento como el que hizo el barco isleño o la embarcación de Mazagón. Sus tripulantes pudieron comprobar in situ la belleza de las orcas y la espectacularidad de su travesía.
Según la información facilitada por el Ministerio y alojada en su web, la estructura social de las orcas es matrilineal, por lo que los individuos se quedan para siempre en la manada donde nacen y se asocian con otras manadas sólo para la reproducción. Se han realizado estudios genéticos, que sugieren que esta población se encuentra aislada de dos poblaciones del Atlántico nordeste situadas más al norte.
La población de orcas del Estrecho y del golfo de Cádiz está especializada en la captura del atún rojo. El atún rojo va a reproducirse desde el océano Atlántico al mar Mediterráneo en primavera, y regresa al Atlántico en verano tras completar la puesta. De ahí que sea más fácil avistarlas en los meses de julio y agosto.
Las orcas se observan asociadas a estos movimientos migratorios del atún, localizándose en aguas de Barbate en los meses de primavera cazándolos mediante la técnica de captura activa conocida como “resistencia hasta el agotamiento”, y en los meses de verano en el Estrecho cazando mediante esta misma técnica, además de interaccionar con la pesquería del atún rojo.
Las principales amenazas para la supervivencia de esta población son la reducción de las presas, la interacción con embarcaciones tanto de tráfico marítimo como de avistamiento de cetáceos y la contaminación ya sea química o acústica. Respecto a la interacción con las embarcaciones, es un tema que se aprecia perfectamente en el vídeo de La Mar de Isla Cristina, donde la embarcación lleva su rumbo y son las ballenas las que siguen su estela.
Además hay que tener en cuenta el reducido número de ejemplares de esta población y su posible aislamiento genético. Algunas de las medidas que contempla el plan son la prohibición en ciertas zonas de utilizar sísmica marina, la regulación de la actividad recreativa de observación de cetáceos, o el mantenimiento de una cuota intransmisible de pesca de atún rojo para la flota de caña o línea de mano del Estrecho, con el fin de garantizar la interacción positiva entre esta pesquería y las orcas.