Llega la Saca de las Yeguas, la tradición almonteña que encandiló y reforzó al caudillo árabe Almanzor
Fotografía: María Eugenia en el perfil del Ayuntamiento de Almonte
Por la festividad de San Juan, los yegüerizos se adentrarán para agrupar al ganado por las marismas en el Espacio Natural de Doñana, en enclaves tan emblemáticos como Marismillas, Matasgordas o Las Mogeas. Una vez reunidas en las playas del Rocío, en el mismo 26, serán trasladadas en tropas, desfilando por la mañana frente al Santuario de la Santísima Virgen del Rocío, siendo bendecidas por el mismo capellán de la ermita, tanto al ganado como a los yegüerizos.
Debido a las altas temperaturas previstas la Junta de Gobierno de la Asociación de Criadores de Ganado Marismeño ha adelantado los horarios del paso de tropas por el Santuario del Rocío. El paso aproximado de las tropas por la Ermita de El Rocío comenzará sobre las 09,30 horas con la procedente de finca Matochal.
Todo un espectáculo. Así lo recuerda el Ayuntamiento almonteño en su web.
Desde allí, emprenderán el camino hacia Almonte, haciendo sesteo a pocos kilómetros de la localidad para hacer la entrada por sus calles al atardecer. Serán guiadas después hacia el recinto ganadero, donde permanecerán varios días, realizándose varias faenas como el herrado y marcaje a los potros y la tuza (corte de crines), para su posterior venta.
Todo ello coincide con la celebración de la FERIA local, dedicada a San Pedro, que, en su origen, estuvo motivada por la venta de ganado allá por el año 1873.
¿CUÁL ES EL ORIGEN DE LA SACA DE LAS YEGUAS?
Ya existía la presencia de esta estirpe marismeña desde las invasiones de los distintos pueblos y culturas que se asentaron en torno al Lago Ligustinus, como los tartessos o los romanos.
Durante el imperio romano, los caballos hispanos eran requeridos para las carreras de carros circenses, provenientes de las provincias de la Bética y Lusitania.
No será hasta el siglo X, bajo el dominio musulmán, cuando los cronistas, historiadores y viajeros del AL- Andalus nos hablen de la cría caballar, en la Al-Mada’in (marismas), en la desembocadura del Guadalquivir. Se hacían las cubriciones de las yeguas y el cruce de la raza española y africana por disposición del Almanzor. Esto nos confirma la existencia ya de una yeguada militar.
Un texto del historiador y escritor árabe, Isa Ibn Ahmad Al Ra-zi, arroja la primera referencia sobre el concepto de “saca”, donde nos indica que las yeguas y potros de las Marismas del Guadalquivir llegaban cada año a finales de junio al palacio de Medina Azahara (Córdoba), causando admiración entre los CAUDILLOS ÁRABES: “𝘌𝘯 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘭𝘭𝘦𝘨𝘢𝘳𝘰𝘯 𝘢 𝘔𝘦𝘥𝘪𝘯𝘢 𝘈𝘻𝘢𝘩𝘢𝘳𝘢 𝘭𝘰𝘴 𝘱𝘰𝘵𝘳𝘰𝘴 𝘺 𝘱𝘰𝘵𝘳𝘢𝘯𝘤𝘢𝘴 𝘤𝘳𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴 𝘦𝘯 𝘭𝘢𝘴 𝘮𝘢𝘳𝘪𝘴𝘮𝘢𝘴 𝘥𝘦 𝘚𝘦𝘷𝘪𝘭𝘭𝘢 𝘺 𝘕𝘪𝘦𝘣𝘭𝘢, 𝘦𝘯 𝘣𝘶𝘦𝘯 𝘯ú𝘮𝘦𝘳𝘰 𝘺 𝘤𝘰𝘯𝘥𝘪𝘤𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘢𝘤𝘦𝘱𝘵𝘢𝘣𝘭𝘦𝘴. 𝘚𝘶 𝘭𝘭𝘦𝘨𝘢𝘥𝘢 𝘱𝘳𝘰𝘥𝘶𝘫𝘰 𝘵𝘢𝘯𝘵𝘢 𝘢𝘭𝘦𝘨𝘳í𝘢 𝘢𝘭 𝘊𝘢𝘭𝘪𝘧𝘢 𝘲𝘶𝘦, 𝘭𝘭𝘦𝘯𝘰 𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘳𝘪𝘰𝘴𝘪𝘥𝘢𝘥, 𝘴𝘦 𝘴𝘦𝘯𝘵ó 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘷𝘦𝘳𝘭𝘰𝘴, 𝘢𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢ñ𝘢𝘥𝘰 𝘥𝘦 𝘴𝘶 𝘩𝘪𝘫𝘰 𝘦𝘭 𝘱𝘳í𝘯𝘤𝘪𝘱𝘦 𝘏𝘪𝘴𝘢𝘮, 𝘦𝘯 𝘶𝘯𝘰 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘴𝘢𝘭𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘥𝘢𝘯 𝘢 𝘭𝘰𝘴 𝘫𝘢𝘳𝘥𝘪𝘯𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘈𝘭-𝘡𝘢𝘩𝘳𝘢. 𝘓𝘰𝘴 𝘦𝘯𝘤𝘢𝘳𝘨𝘢𝘥𝘰𝘴 𝘥𝘦 𝘦𝘹𝘩𝘪𝘣𝘪𝘳𝘭𝘰𝘴 𝘺 𝘮𝘰𝘴𝘵𝘳á𝘳𝘴𝘦𝘭𝘰𝘴 𝘧𝘶𝘦𝘳𝘰𝘯 𝘦𝘭 𝘨𝘳𝘢𝘯 𝘧𝘢𝘵á 𝘍𝘢𝘪𝘲, 𝘚𝘢𝘩𝘪𝘣 𝘈𝘭-𝘉𝘶𝘳𝘶𝘯𝘥𝘪 𝘺 𝘈𝘭- 𝘛𝘪𝘳𝘢𝘻, 𝘺 𝘴𝘶 𝘮𝘢𝘸𝘭á 𝘡𝘪𝘺𝘢𝘥 𝘐𝘣𝘯 𝘈𝘧𝘭𝘢𝘩, 𝘤𝘢𝘣𝘢𝘭𝘭𝘦𝘳𝘪𝘻𝘰 𝘮𝘢𝘺𝘰𝘳 𝘺 𝘚𝘢𝘩𝘪𝘣 𝘈𝘭- 𝘏𝘢𝘴𝘢𝘮”.
Como se aprecia hace mil años se administraban ya los pastizales en las Marismas de la desembocadura del Guadalquivir con la ganadería intensiva de la época, la caballar.
El aprovechamiento del ganado marismeño con fines agrícolas y militares se fue sucediendo a lo largo de la historia, bajo la ardua tarea de la figura del yegüerizo. Hasta hoy, cuando Almonte es el garante de esta costumbre y modelo de supervivencia de la raza marismeña.
