martes. 16.04.2024
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Nuevos datos históricos sobre El Casino de El Repilado

La cuota mensual del Club Serrano fue de 1,60 pesetas en los años 20
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Nuevos datos históricos sobre El Casino de El Repilado

Con motivo de su 95 aniversario, el Club Serrano de El Repilado decidió afrontar el estudio de su casi centenaria historia, siendo los primeros trabajos realizados por Noelia Delgado, y habiendo tomado el relevo la Asociación Cultural Lieva. Tras los primeros datos fundacionales, se está escaneando toda la documentación, que en su primer análisis ya está arrojando datos muy relevantes. Algunos de ellos fueron recogidos por Bernardo Galán en una revista de fiestas.

Uno de los más curiosos es la cuota de socio mensual que se estableció, cifrada en 1,60 pesetas, además de una cuota de entrada de 5,15 pesetas. La persona que se encargaba de su recaudación fue Germán Cristino Domínguez. Esta cantidad subió a 2 pesetas a partir del día 13 de julio de 1926. Otras medidas tomadas en los meses posteriores a su fundación fueron también destacadas.

Por ejemplo, el 3 de julio de 1924, apenas dos días después de su creación, se arrienda por primera vez el local del Casino por un plazo de nueve años a su propietario, Hipólito Hernández Martín. El precio se estableció en 1.440 pesetas anuales.

El primer conserje que tuvo en establecimiento fue Demófilo Martín, nombrado el 1 de agosto de 1924, cuyo arriendo de la cantina le suponía 80 pesetas mensuales y el 20% del importe del consumo de energía eléctrica del local. Además, se acordaron tasas de “asiento de mesa en juegos lícitos” de 0,15 céntimos por jugador y partida, y de 0,80 pesetas por hora de billar.

El arrendatario tenía a su cargo la contribución industrial de la cantina, que pagaba por trimestre, los gastos de picón, unas 60 pesetas anuales, y un céntimo por el café, ingreso que tenía que hacer los días primeros de cada mes. El control de esta tasa era llevado en función del número de estuches de azúcar que la sociedad entregaba al conserje, estando prohibido el empleo de otros azúcares. A partir del 17 de julio de 1926, el conserje tendría que abonar, además, 15 pesetas mensuales en concepto de venta de alcoholes y refrescos, y también la limpieza del local.

El Casino tenía en sus primeros años una gran actividad social. Para sus primeras fiestas, era obligatorio invitar al socio y a su señora, como el que celebraron el 17 de julio de 1926 con cargo a los señores directivos, al que acudieron también los familiares de los socios. Pero también se cedían sus instalaciones para otros fines, como el 1 de mayo de 1926, en que en el local se celebraron los bailes de la Cruz por parte de una “comisión de señoritas” de la localidad que así lo solicitaron.

En este apartado, los carnavales adquirían una especial relevancia. Duraban una semana, se prohibía la entrada a niños menores de 12 años y se compraban hasta 40 sacos de papelillos. Estaba prohibida la “venta o empleo de confetis y serpentinas que no estuviesen sellados por la directiva”. Este apartado de fiestas y bailes alcanzó una amplia actividad, por lo que se conformó una comisión de varios socios y directivos para regularla.

Otra función social que hacía el Club Serrano era el de proteger a los socios contra las enfermedades, a través de un seguro que se estableció el 13 de julio de 1926 y que costaba 1,50 pesetas mensuales; a cambio, se tenía derecho a 3 pesetas diarias de socorro y 25 pesetas en caso de enfermedad.

La labor continuará poco a poco, para dar a conocer la historia del Club Serrano y contribuir a enriquecer el orgullo de los socios del Casino y de la localidad repilense.