Cabalgar por El Rocío a caballo más allá de la vida ya es posible
Excentricidad o una última voluntad tan digna y plausible como quien decide esparcir las cenizas en la tierra que le vio nacer.
Lo cierto es que los paseos fúnebres a caballo se han convertido en uno de los destinos ‘turísticos’ que ofrece a los difuntos la empresa Cafuval (Carruajes Fúnebres de Valencia), quien ha estado prestando sus servicios en un lugar icónico como la aldea de El Rocío.
La iniciativa empresarial rescata así una tradición que data de los años cincuenta en la que un cochero y un lacayo ataviados con la indumentaria característica del siglo XIX es tirado por un carruaje de caballos tras el que se ‘pasea’ el féretro protegido por una urna de cristal.
El paseo no ha dejado indiferente a nadie. Desde la incredulidad de quienes ven un despropósito que la gente se gaste dinero en este tipo de servicios, hasta los que consideran que es una forma original y lícita de ganarse la vida.
Paco Torromeu, el empresario qué está detrás de la idea ya avanzó que su objetivo era exportar la idea a otros puntos de España y no circunscribirse a la ciudad de Valencia. Lo cierto es que, a la luz de los hechos, su objetivo ha sido cumplido con creces y parajes como Doñana y el Rocío ya han sido los destinos funerarios de alguno de sus clientes.