Ayamonte, el cielo duerme junto al infierno

     Ayamonte durmió anoche preocupada por el infierno que se libra en el Algarve Portugués, donde más de medio millar de bomberos  batallan sin tregua contra el fuego.

     Desde el paraíso de sus costas, el infierno crepita en el horizonte dibujando las siluetas de un averno que no conoce fronteras. Por esta razón, la preocupación entre la población esta siendo máxima después de que el término municipal de Castro Marim se viese azotada por los incendios que castigan la vecina Portugal. En carretera son menos de nueve los kilómetros que separan Ayamonte del pueblo vecino, en línea recta sólo es necesario superar el río Guadiana, que sirve de cortafuegos natural para poner a salvo a la población española. 

Sin embargo, el drama se vive como propio.

Junto a los más de seiscientos bomberos forestales que combaten las llamas se encuentran movilizados dos centenares de vehículos de extinción y tres medios aéreos. La Autoridad Nacional e Protección Civil (ANPC) confían en incrementar los medios aéreos y controlar el incendio. 

Se confía en que el descenso de las temperaturas puedan brindar una tregua. El fuego fue controlado el lunes por la mañana, pero fue sólo un espejismo. Las altas temperaturas y el intenso viento avivaron las llamas y en tarde  de ayer todos los avances de los bomberos quedaron en cenizas. 

En la jornada hoy el capital humano ha sido reforzado mientras que el fuegoa se extiende manera inexorable a través de las vecinas Tavira y Vila Real de San Antonio. Como medida profiláctica, las autoridades desalojaron algunas viviendas cercanas al lugar donde se combate el fuego, mientras se mantienen cortados los accesos a la autopista de Huelva con el Algarve.