sábado. 27.04.2024
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6.000 voces claman contra el proyecto de Gas Natural: '¿Por qué en Doñana?'

La Plataforma Salvemos Doñana lleva ya estos apoyos. Su portavoz dice que "si hicieran un almacén de gas bajo la Ermita del Rocío pondríamos el grito en el cielo"
6.000 voces claman contra el proyecto de Gas Natural: '¿Por qué en Doñana?'

La Plataforma Salvemos Doñana lleva ya estos apoyos. Su portavoz dice que "si hicieran un almacén de gas bajo la Ermita del Rocío pondríamos el grito en el cielo"

Imaginen que en un espacio declarado Patrimonio Mundial de la Unesco desde 1994, que incluye un Parque Natural y cuatro espacios de la Red Natura 2000, que ha sido nombrado Humedal Ramsar de Importancia Internacional (1982) y Reserva de la Biosfera (1980) se construye un almacén subterráneo de gas. Pues eso es lo que está pasando en Doñana.

“Si debajo de la Ermita del Rocío, de la Alhambra o de la Giralda hicieran un almacén de gas pondríamos el grito en el cielo. Entonces, ¿por qué lo hacen en Doñana?” Quien así habla es Juan Romero, portavoz de la Plataforma Salvemos Doñana, una organización constituida en septiembre por vecinos de Almonte, Ecologistas en Acción, Fundación Savia y partidos políticos (Ecuo, IU, Podemos e Iniciativa de Andalucía) que quiere luchar para que se paralice el proyecto del almacén gasístico que la empresa Gas Natural Fenosa ha iniciado en la zona a través de su empresa filial Petroleum OIl & Gas España. Con una inversión de 200 millones de euros, Gas Natural quiere construir 24 nuevos kilómetros de gasoductos hasta completar una red de 72 kilómetros y la apertura de 16 pozos de extracción de gas.

Presentación de la Plataforma en Huelva

La Plataforma Salvemos Doñana se presenta el próximo 17 de noviembre en Huelva en un acto en el que se prevé que participe el director del Espacio Natural de Doñana, Juan Pedro Castellano, y en el que expertos geólogos explicarán los inconvenientes que para el espacio tiene un proyecto de este tipo.

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Porque, ¿por qué construir un almacén de gas en el subsuelo de una zona de especial protección? Romero apunta que los parques naturales “suponen el 0,7% del territorio español ¿No hay otro sitio?”. Pero él mismo tiene la respuesta a su pregunta: “Gas Natural no quiere crear su propia infraestructura para almacenar el gas que trae de otros países, como hace Enagás en Huelva”. “Durante treinta años -continúa explicando Romero-, cuando la normativa era más permisiva, se ha estado extrayendo gas de Doñana, y Gas Natural Fenosa quiere aprovechar los yacimientos vacíos para crear un almacén, pero este espacio no se puede convertir en una zona industrial de forma indefinida”.

Otra cuestión que destaca el portavoz de la plataforma es que se desconoce el verdadero impacto medioambiental que puedan tener estos almacenes: fuegos, incendios o incluso terremotos -ahí está el precedente del Castor, unas prospecciones gasísticas que fueron abandonadas tras registrarse más de 400 movimientos sísmicos, no sin que antes el Gobierno indemnizara con una cifra milmillonaria a la empresa ACS-.

Además, el gas es de efecto invernadero y “no podemos firmar el Acuerdo de París contra el Cambio Climático y permitir emisiones a la atmósfera” en el paraíso natural más importante de Europa para las aves migratorias. Doñana es cada año el lugar de parada para seis millones de aves migratorias y el hogar de más de 4.000 especies de animales y de 1.500 plantas.

Gas Natural demanda a la Junta por negarle la autorización

Pero esta reivindicación para pedir el fin de las obras no es sólo cuestión de la Plataforma Salvemos Doñana. Gas Natural ha demandado a la Junta de Andalucía con 358 millones de euros por denegarle la autorización ambiental del proyecto en el Parque Nacional. Y la Administración autonómica ha pedido a su vez a la Unión Europea que se posicione a favor de ella o del Gobierno, que sí ha autorizado los permisos. Para ello, el Ministerio de Medio Ambiente ha dividido el proyecto en cuatro partes – Marisma Oriental, Marisma Occidental, Saladillo y Aznalcázar-, lo que le ha permitido dar viabilidad a los proyectos de Marisma Occidental y Aznalcázar, dentro de sus competencias.

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La pelota está ahora en el tejado del Parlamento Europeo. EQUO le ha pedido que paralice el proyecto hasta que se determine la validez de unas autorizaciones que se concedieron por partes y antes de que se aprobasen dos planes que establecen la incompatibilidad de esta actividad con el espacio: el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) y el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG).

El Parlamento andaluz ha aprobado también una proposición no de ley apoyada por todos los partidos excepto el PP andaluz para pedir a la Junta que estudie las vías legales necesarias para paralizar el proyecto e incluso la UNESCO ha mostrado su preocupación por el asunto.

Así las cosas, la Plataforma Salvemos Doñana tiene ya programadas dos movilizaciones. El 12 de noviembre varios colectivos que se van a integrar en la plataforma protestarán a las puertas de Gas Natural en Sevilla y el 26 de noviembre se darán cita en otro acto en El Rocío.

Además, en octubre han creado un manifiesto que cuenta ya con más de 6.000 firmas de particulares y de 182 organizaciones de todas partes de país y en el que, además de pedir a Junta y Gobierno la paralización del proyecto gasístico, se comprometen “a trabajar con todos los sectores económicos y colectivos locales de la comarca (sector productivo y sector comercial, organizaciones sociales, etc.) para hacer de Doñana un ejemplo en el mundo de riqueza natural, calidad de vida y desarrollo sostenible”.

Esta voluntad de diálogo se hace más necesaria que nunca, sobre todo teniendo en cuenta que el futuro de Doñana se ve amenazado por otros peligros, como es la sobreexplotación de su acuífero por los cultivos de regadío ilegales. Pero ésta es otra historia en la que también hay mucha miga y que contaremos en otra ocasión.