sábado. 27.07.2024
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Santiago Gamero: "soy reticente a que a este contagioso virus sea calificado falsamente como pandemia"

Hoy en 'Madre in Huelva', hablamos con un genuino chico de la Cruz Roja, Santiago Antonio Gamero de Plata.
Santiago Gamero: "soy reticente a que a este contagioso virus sea calificado falsamente como pandemia"

Santiago Antonio Gamero de Plata, nacido en Alburquerque (Badajoz), nuestro progonista de hoy, es un hombre de Cruz Roja, enamorado de Huelva. Cuando me pongo en contacto con él para realizar esta entrevista, le hace mucha ilusión, no en vano hace mucho tiempo que no coincidimos, aunque estamos en contacto a través de las nuevas tecnologías.

Quiero recordar que conocí a nuestro invitado una mañana otoñal del año noventa y dos. Me sorprendió ver a este hombre peculiar, distinguido, con estilo y pajarita. Fue en la Plaza de San Pedro, lugar en que se ubicaba la sede del diario Huelva Información, y se dirigió a mí con la intención de presentarse y saludar a la redacción del periódico. Todo fue natural, pero quedó en el ambiente ese halo de amistad que surge entre las personas cuando sienten caerse bien. Hubo empatía y desde entonces mantenemos una buena relación.

Santiago Gamero, es un curioso personaje no solo por la pajarita que formaba parte vestimenta, que también; sino por sus artículos en prensa, sus dibujos y pinturas, poemas y singular forma de ser y estar. En definitiva, un hombre polifacético. Aparte, Santiago es persona risueña, cordial, simpático, generoso, solidario, entrañable, alto sentido de la amistad, observador, optimista.... Y desde luego muy "güena gente".

Profesional como funcionario de carrera de la Administración Pública en la que ejerció cargos de responsabilidad en la Consejería de Sanidad, Consumo y Seguridad Social de Extremadura a las órdenes de su consejero D. Alfredo Fernández Barrios. Director de hospitales por la Universidad Carlos III de Madrid; Dirección y Administración de Empresas por la ADE de Barcelona; titulado en la Escuela Internacional de Protocolo de Madrid; Derecho Humanitario y varias diplomaturas y estudios de postgrado. Este es el perfil de nuestro invitado de hoy, pero toca entrar en faena, pues además lo veo con ganas de hablar y me parece fenomenal.

Ahí va mi primera pregunta.

P.- ¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?

R.- Mi opinión es pesimista en todos los sentidos, dando por hecho que es al Covid-19 a lo que te refieres. En un principio, porque no ha existido la información y claridad que nos merecemos. Todo el mundo se ha inhibido hasta el extremo de que a estas horas no se ha tomado conciencia ciudadana, no ya etiológica de los principios y consecuencias de la oleada de infectos, sino de la vergüenza que a los españoles con sentido común le ha supuesto la desinformación.

Pero no ya, circunscribiéndonos a nuestros gobernantes, que también; sino que la misma OMS ha estado indiferente e inoperante por la impotencia que supone la tozudez del comunismo chino, empeñado en no dejar que una necesaria comisión internacional de científicos penetrara en Wuhan, China, para investigar adecuadamente la supuesta patogénesis origen del virus. Todo habría sido más sencillo y llevadero con un exhaustivo conocimiento de la exacta procedencia.

En el afán de ser sincero, me voy a conceder la libertad de pensar en alto y confesar que soy reticente a que a este masivo y contagioso virus sea calificado falsamente como pandemia. En este sentido he indagado y me inclino más a pensar en la teoría manifestada por Vladimir Kvachkov, coronel de la inteligencia rusa, doctor en ciencia militar y actual responsable de operaciones estratégicas del estado mayor de la defensa rusa.

El fenómeno del coronavirus necesita ser examinado como una operación desde los poderes globales religiosos, políticos, financieros, económicos y nacionales. No debemos de ceñirnos a la situación desde el punto de vista de la salud pública ni de la epidemiología. Hay que profundizar más en un espurio y bastardo objetivo plagado de intereses creados donde la criminalidad y el mal se identifican. Si así fuera no tendría sentido calificarlo de pandemia.

Ello lleva a que permanezcamos atrapados ineludiblemente, por mucho que se pretenda mitigar. En el fondo nos encontramos anclados en unas circunstancias que nos oprimen y atosigan, tanto social como económicamente. Tenemos que tener una terrible paciencia para aguantar todo este infortunio que va para largo. Es hora de mostrar la ineludible suficiencia que deben poseer los dignos gobernantes.

P.- ¿Qué hiciste en tu día a día durante el confinamiento, donde y con quién lo pasaste?

R.- Escribir y leer; leer y escribir, fundamentalmente poemas; también algunos dibujos he realizado, especialmente la portada del libro de María Dolores, mi mujer, que saldrá próximamente sobre el cine actual venezolano. Es con ella con quien he convivido y departido durante el confinamiento.

P.- ¿Cómo crees que cambiará la vida después de la pandemia, especialmente las ONG?

R.- Desde aquel maldito día en el que apareciera el monstruo, la Humanidad entera ha quedado tocada hasta el extremo de que nos supondrá cargar a perpetuidad con un odioso sambenito del que será difícil despojarnos. No nos queda más que aguardar prudentemente el tiempo necesario para perfeccionar la vacuna, dotándola de las cepas necesarias hasta conseguir un grado de efectividad al que debemos acomodarnos y asimilarla como a tantas otras nos hemos visto obligados a soportar hasta inmunizarnos en la medida de lo posible. La vida ha cambiado.

En cuanto a las ONG que me señalas, será cuestión de esperar a que calmen estos convulsos tiempos y sea la propia administración gubernamental la que señale el espacio que las mismas deben cubrir. No se nos olvide que las ONG deberán mantener su compromiso de ser permanentes auxiliares de los poderes públicos.

P.- ¿Has pasado miedo en algún momento?

R.- ¿Miedo, José Luis? ¡Pavor! Cuando me di cuenta hasta donde llegaba el grado de contagio y virulencia que traía, se me antojó un inmenso panal de avispas que pisas en plena canícula y salen todas tras de ti, atacándote de despiadada forma. No se nos olvide el número de personas fallecidas y las que este dichoso virus se llevará todavía por delante.

No tener miedo de esta situación es alardear cínicamente de un supino desconocimiento.

P.- ¿Qué proyectos tienes para el futuro?

R.- Ante una, vamos a mal llamarle pandemia de tal naturaleza, no caben proyectos. Los proyectos se hacen sueños. Cuando llega la guerra una persona no se puede declarar pacifista o independiente. En el campo de batalla, sirves para matar o para que te maten: no hay medias tintas. Otra cosa es proveerte de un buen casco protector (o mascarilla, en este caso) y tomar precauciones por si te sirve de algo.

P.- ¿Qué es lo que has echado de menos en estos doce meses que llevamos de pandemia?

R.- Creo que, como todo el mundo, he echado de menos muchas cosas, pero especialmente la racionalidad y la lucidez que las altas jerarquías de la administración pública deberían de haber tenido:

A) No se puede dar conocimiento de un peligrosísimo acontecer que nos acecha, pregonando al propio tiempo que en nuestro país –si acaso-, se darían uno o dos casos como mucho.

B) No se puede aseverar que las mascarillas no servirían de nada.

C) No se pueden permitir ciertas manifestaciones con el aterrador panorama que ya nos rodeaba y la explícita recomendación de la OMS, máxime con lo que acontecía en países cercanos a nosotros, como Italia.

D) No se puede hacer tanto alarde de irresponsabilidad en aquellos periodos de tiempo en los que no existían las mascarillas y cuando aparecieron o eran inoperantes por su baja calidad o no estaban homologadas como era de prever.

E) No había forma de que se hicieran PCR o comprobar si una persona estaba infectada o no por el Covid-19.

F) No se puede de ninguna manera y menos si se es alto mandatario, asomarse a las pantallas de TV para manifestar con meridiana claridad que ya ha pasado todo; que salgamos y nos divirtamos, porque hemos vencido al coronavirus y salimos mucho más fuertes del envite… Y así, podría seguir apuntando fallos e inexactitudes de rigor que hicieron mucho más virulentas las consecuencias.

P.- ¿Cómo ves la situación de Huelva desde la distancia?

R.- A Huelva me incorporé un buen día del año 92 renunciando a privilegiados puestos de trabajo en Sevilla, tanto en la administración pública, desde donde me animaba Alfredo Fernández Barrios, como en la Cruz Roja. Me pudo Huelva porque es una provincia en la que solía veranear cuando residía en Extremadura y desde un principio me enamoré de ella. Provincia pequeña, a la vera del mar, con parajes bellísimos, un increíble coto de Doñana y unas poblaciones dignas de alabanza como Ayamonte, Isla Cristina…etc. Y un envidiable litoral, sin olvidar los atractivos de la sierra.

Creo que Huelva lo tiene todo para ser ejemplo de desarrollo y progreso en un futuro a medio plazo, máxime cuando su proximidad a Portugal es circunstancia que a ambos beneficia en todo lo concerniente a transacciones comerciales, de comunicación y financieras: una gran máquina de desarrollo que ya existe y solo necesita capacitado personal y carburante.

Desde la distancia intuyo que en la actualidad, en estos lamentables tiempos de pandemia, Huelva es provincia que atravesará una dificultosa situación como consecuencia del trasiego de emigrantes empleados en la recogida de cítricos, recolección de fresas y otros productos hortícolas cultivados bajo plástico. Sin duda alguna esta población flotante albergada en naves agrarias y en los consabidos asentamientos que nunca faltan, estará dando lugar a infectados de coronavirus que requerirán una especial atención sanitaria siempre alerta.

P.- ¿Qué es lo que más te ha dolido en estos últimos meses?

R.- Que todos los ciudadanos hayamos estado como pollos sin cabeza, dando bandazos, ávidos de unas informaciones que más bien eran un paradigma de acertijos contradictorios; que el color del coronavirus fuera distinto en cada comunidad autónoma y que por tanto nos sintiéramos todos desamparados… Son desde luego situaciones dolorosas, pero que fallezca la gente en una especie de “totum revolutum” desorganizado por los presumibles organizadores, es ya la repera de la indolencia e ineptitud de algunos caraduras y las lágrimas de dolor e impotencia de los otros.

No es de recibo el dolor que produce comparar recientes situaciones ridículas por las que se “ha montado el pollo” más sublime y comprobar cómo ante todo un auténtico holocausto nadie grita ni se rebela. Con serenidad se llora confundido. El dolor más lamentable que te produce la situación es el amargor de tenerte que convencer de que los locos a veces se curan, pero los imbéciles nunca.

P.- ¿Qué papel están jugando en esta pandemia medios de comunicación y redes sociales?

R.- En su mayoría, nefasto. En un país que apenas si se lee, que no toma conciencia de las realidades sociales y que se conforma con el discurrir del tiempo contemplando recalcitrantes programas de unas cadenas de televisión bochornosas con sus insistentes contenidos de zafio entretenimiento y mascarillas de inexistentes corazones; es horripilante comprobar cómo día tras día se trata de encabronar al espectador maltrayendo a platós temas de política canalla manipulada a la manera de pensar y sentir de determinados presentadores narcisistas y millonarios, que se asoman al medio de la misma manera que se miran al espejo de los individuales milagros. No existen los modales ni la vergüenza torera, son déspotas presuntuosos que imponen sus criterios y superioridad a una serie de colaboradores de medio pelo.

Es lo que hay, sin olvidar que los efectos prenden en buena parte de la juventud deslumbrada y atónita ante las ofertas del “famoseo” vendidas a bondadoso precio.

P.- ¿Cuáles fueron tus mejores y peores momentos de tu vida en Cruz Roja?

R.- Debo de estar agradecido a la vida en este sentido. Creo que no he tenido más que buenos momentos por razón de que todos los malos se orillaron o cambiaron a buenos al ponerle interés:

En Badajoz tuve el acierto milagroso y multiplicador de los panes y los peces: convertiría una plantilla de 6 trabajadores en 68 empleados con contrato fijo o indefinido; y la actividad, por tanto se incrementaría considerablemente en atenciones y programas sociales.

Me ví correspondido y Extremadura distribuyó productos alimenticios excedentes de la Unión Europea en cantidades ingentes, que en algún determinado periodo necesitaron incluso de la colaboración del ejército para su distribución.

Desempeñé la Secretaría Autonómica de Cruz Roja Española en Extremadura y ejerciendo como tal se me requirió por el Comité Ejecutivo Nacional para la Cruz Roja granadina.

En Granada tuve la suerte de orillar los graves problemas que acuciaban a la institución, aunque fuera un precio alto el que personalmente pagué por el cambio de vida que me impuse. La jerarquía competente se fijó en mi perfil personal y capacidad profesional y todo lo que en un principio parecía revestir un mal augurio, se vio compensado con haber cubierto dignamente el objetivo señalado. Ello supuso una especial felicitación por parte de mis superiores.

Sería toda una excelente y agradecida experiencia mi nombramiento como secretario general del Pabellón Internacional de las Ligas de las Cruces y Medias Lunas Rojas en la Expo- 92 de Sevilla. En él tuve la fortuna de recibir, ser cicerone (e incluso bailar) con la increíble Lady Di –Diana de Gales-; y los más distinguidos personajes del mundo que jamás podría imaginar, incluyendo a nuestros muy dignos Reyes.

Como queda reflejado, después vendría la Asamblea Autonómica de Andalucía como adjunto a la presidencia y secretaría, varios servicios especiales en distintas provincias y mi decisión de aceptar la secretaría de Huelva.

Hasta tal extremo me favorecería el tesón y la entrega total al trabajo en esta ciudad que creo recordar como de una plantilla próxima a los 60 trabajadores en pocos años se multiplicaría por dos; se incrementaría sensiblemente el número de voluntarios y socios; echarían a andar varios proyectos, entre otros el dirigido a la creación de un centro especial para la población reclusa, que había ensayado en Granada, mediante convenio expreso con Instituciones Penitenciarias, y la enfermedad causada por el virus de inmunodeficiencia humana o VIH recibió en la Cruz Roja un exhaustivo tratamiento de atención permanente a las personas afectadas por el SIDA.

También mencionaría la implantación de un barco de salvamento de altura cedido gentilmente por la Marina Española. Contaba, además de la tripulación, con la colaboración de un buzo con el objeto de desenredar las redes de las hélices y otros pormenores. Finalizarían así los constantes accidentes que sufrían los pescadores.

Fueron más del medio centenar de programas sociales los que funcionaban satisfactoriamente; tuvo lugar la construcción de un hospital para niños en Burundi, financiado con recursos económicos de la Cruz Roja onubense. Al mismo se le llama “Hospital Ciudad de Huelva”.

Con total satisfacción recuerdo hoy la decisión de dedicación completa a la doliente humanidad a través de la Cruz Roja.

P.- ¿Qué haces en la actualidad?

R.- Desde que me jubilé, me falta tiempo. Pero es verdad, contando incluso el tiempo de confinamiento. En un principio me dediqué a pintar y realizar unos cuantos murales en mi propia casa. Fundamentalmente escribo poemas y algún que otro artículo. Leo sobre todo poesía de aquellos consagrados que Dios tocó con su varita: Luis Alberto de Cuenca, Luis García Montero, Enrique Villagrasa, Manuel Vilas, Santiago Corchete, Kepa Murna, Elvirasastre…

Antes iba al gimnasio cada día, ahora no. Los ensayos semanales en un grupo musical hubieron de aparcarse. Tiempo atrás renunciaría a la dirección de una revista literaria que se edita en Extremadura. Tan solo realizo esporádicas colaboraciones literarias en alguna revista hispanoamericana y en algún que otro periódico.

Ahora también me ocupan y preocupan los okupas que están frente a mi casa y valga la redundancia. Es locura día y noche escuchar voces y gritos de adultos, niños y perros. Arriba, en la terraza, los gallos de pelea no entienden de reloj y alteran y amedrantan con sus kikirikíes a las gallinas que cloquean nerviosas. Día y, noche tras noche, son locura los sonidos emitidos en medio de una insólita Sevilla, cuyas autoridades parecen desconocerlo todo.

Como mera curiosidad referiré que tales okupas poseen tres vehículos de alta gama para los que celosamente guardan su aparcamiento en la calle, ocupando su lugar sofás, puertas y otros muebles que se acomodan en la acera en la medida que tales coches se utilizan. Y es que también en Sevilla, en los actuales tiempos, “hay gente pa tó” campando a sus anchas. Paciencia,

Dios, paciencia y que llegue de una vez una pequeña brisa de lucidez a las nubladas mentes de los que nos gobiernan.

P.- Cuéntanos algunas anécdotas que recuerdes de tu vida profesional.

R.-Se me ocurre referir, tendría lugar en la Punta del Sebo onubense. En las cercanías del monumento a Colón, se ubicaba un hermoso edificio que en anteriores años había sido balneario y ahora yacía abandonado. La gentileza de la corporación municipal de Huelva hizo que tal edificio fuera rehabilitado por Cruz Roja y acomodado como centro para afectados por SIDA/VIH. Se trataba de atender fundamentalmente a enfermos en fase terminal procedentes de la población reclusa mediante un acuerdo cerrado entre Cruz Roja e Instituciones Penitenciarias. Según un proyecto que se me ocurriría poner en práctica en Granada con notable éxito.

Estaba atendido por monitores especializados, cocineros, psicólogos, enfermeros y médicos.

Sería en este centro donde la vida me enseñó a valorar hasta qué extremos el ser humano puede llegar a la más sublime racionalidad y sacrificio cuando entre las personas surge el noble sentimiento del amor.

Una psicóloga y uno de los reclusos aquejado de VIH en fase terminal, se enamoraron, partieron para Cataluña y allí tuvieron una niña mediante inseminación in vitro.

Determinada médico del SAS que periódicamente visitaba el centro, también encontraría al hombre de su vida en la persona de otro recluso derivado del centro penitenciario de Huelva por la condición terminal de su enfermedad. Se enamoraron y fijaron su residencia en una pequeña localidad de la sierra de Huelva.

Son muchas las anécdotas que podría relatar pero la entrevista se convertiría en todo un literario ensayo profesional cuyo tiempo y espacio resultarían excesivos.

P.- ¿Qué te parece el comportamiento de los políticos en general en esta pandemia?

R.- Creo que en respuestas anteriores he realizado incursiones que dan una adecuada contestación al contenido de la pregunta que me haces, pero de todas formas añadiré remarcando que en general ha sido de vergüenza hasta el punto de que habría que pedir responsabilidades, especialmente por la indecencia exhibida en los centros de mayores. En ellos todo ha sido un caos que ni en el tercer mundo tendría ya cabida.

P.- ¿Te vas a vacunar contra el Covid-19?

R.- Han aparecido nuevas cepas que son la gran preocupación del mundo científico y también la nuestra. Pero pongamos un cierto orden en todo este maremágnum: Si es evidente que el origen del coronavirus se localiza en la ciudad china de Wuhan, todavía se desconoce el verdadero detonante del llamado Sars-Cov-2, que es la única cepa madre existente. Es de ella de donde han partido numerosas variantes. En España se detectaron al menos 62 solo en los tres primeros meses de la pandemia (según estudio realizado por el Instituto de Salud Carlos III) sin embargo, conocemos ya las que más preocupan actualmente, que son tres: la variante británica (B.1.1.7) extendida a 60 países; la variante sudafricana (B.1.351), detectada en 13 países y la variante brasileña (P.1) detectada en Japón y de la que al menos se derivan tres mutaciones de importancia.

Es por consiguiente una fidedigna realidad que el Covid-19 ó Sars-Cov-2 no ha dicho su última palabra, que las 4 ó 5 vacunas existentes en el mercado en la actualidad se han generado contrarreloj y que, por tanto no es descabellado augurar la posibilidad de que aún no hayamos logrado la efectiva inmunidad que se pretende.

Me vacunaré, sí; pero quedaría mucho más conforme con una prudente demora de por medio. Lamentablemente esta vacuna pasará a formar parte del periplo de ineludibles vacunaciones que desde que venimos al mundo suelen inocularnos.

P.- Santiago, creo recordar que sobre los años 95/96 fuiste elegido “Onubense del Año” por los lectores del Huelva Información en la categoría de literatura. ¿Qué recuerdo guardas de aquel acontecimiento?

R.- Sin duda, uno de los mejores recuerdos que guardo de Huelva: Fernando Merchán era entonces el director del periódico y tuvo la gentileza de asignarme un espacio de privilegio -la contraportada del periódico o última página- para que publicara mis ocurrencias. Se llamaba “La firma” y la recuerdo todavía con nostalgia. Mi elección como “Onubense del Año” creo que también se debió especialmente a ese lugar que en prensa significa todo un lucimiento para el articulista

P.- Santi, que me ha encantado echar este rato de charla contigo, pero no me resisto a pedirte que siendo poeta, tu despedida fuera la improvisación de un poema con el que te despidieras.

R.- Con mucho gusto, amigo José Luís. Ayúdame tomando nota de cuanto se nos ocurra; le llamaremos…

ONUBA

( I )

De fenicios y tartesios

nació y vino siendo Onuba.

Su juventud la pasó

entre romanos y moros

y ya rodando los siglos

hasta llegar nuestro tiempo

se rodeó de cristianos

que la llamarían Huelva

y la hicieron popular

desde su puerto de Palos.

Partirían tres carabelas

que condujo el más genial

Almirante de los mares

hasta hallar un mundo nuevo.

Así de honorable y digna

es la historia de esta Huelva

que en nuestros días nos camela

con su coto de Doñana,

un espacio prodigioso

de flora y fauna especial

a la vera de una ermita

donde la Blanca Paloma

se hace fe que nos bendice

los caminos de la vida

con un estupendo guiño.

( II )

Huelva es nombre de mujer;

rocío, paloma blanca,

camino que se hace andando

o a la grupa de un caballo

entre cantos y guitarras

que en la madrugada suenan

como la propia alegría

de la luna entre los pinos.

( III )

Señorío y sencillez

se encuentran con la dulzura

de la emotividad.

Todos en la misma arena

pisando noche en la yerba

mientras se degustan lonchas

de un Jabugo hecho jamón

y el olorcillo a ese vino

con el sabor a El Condado

que del barril pasó a bota

y el trago se hace mejor.

Suena bonita algazara

desprendida de la gente

sana y buena del lugar

que mezcla las gambas blancas

con bulerías y fandangos

y alguna oración con alas

cuyos vuelos nos sorprenden…

( IV )

Suenan campanas y rezos,

rosas rojas, margaritas,

miel y velas de emociones

de barquitos de papel

blancos de azul navegando

en la marisma cercana

de la mañana hecha luz.

( V )

Tarde de nácar, piropos

para todas las mujeres

en playas de sal y azúcar

donde descansan los cuerpos

hechos de bronce y de mar.

( VI )

Huelva es mujer de postín

color de sol y naranjas

de soberbias redondeces

hechas besos tan cercanos

y rojos pasión de fresas,

seres de naturaleza

que se yergue como el cisne,

garza o pavo real…

Se nos van detrás los ojos

de elegantes sirenitas

con la levedad del pez

que juegan entre las olas…

Los dioses, el mar y el sol

eligieron siempre Huelva.

Eres un auténtico crack. Un abrazote grande y nos debemos un cafecito.