jueves. 25.04.2024
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Raquel Rendón: "No estaría mal para el planeta que el ser humano se extinguiera"

Nuestra protagonista de hoy es una de las grandes periodistas de Huelva, y autora del libro "Los hijos que no enterramos"
Raquel Rendón posa con una guitarra
Raquel Rendón posa con una guitarra
Raquel Rendón: "No estaría mal para el planeta que el ser humano se extinguiera"

Que alegría me produce el que se acerque hoy por esta ventana pública una de las mejores periodistas que ha dado esta tierra en los últimos años, me refiero a Raquel Rendón, a la que conozco desde pequeñita. Después de algunos años sin verla  corretear por la calle Doctor Fleming, de Isla Cristina, cuando quizo hacer sus primeras prácticas periodísticas, se dirigió al diario Huelva Información donde coincidimos. 
Raquel es isleña hasta la médula, amante del Carnaval de su pueblo y de todo lo que significa la antigua Higuerita. Aparte, es de esas personas encantadoras que te encuentras en la vida, cordial, entrañable, empática, risueña, gran sentido de la amistad, servicial, observadora, agradecida..., vamos, muy buena gente.

 

De profesión, periodista. Durante más de 17 años se ha dedicado en cuerpo y alma al noble oficio de informar, la mayor parte de ellos como especialista en sucesos y tribunales del diario Huelva Información. En 2019 obtuvo el Premio Huelva de Periodismo que otorgan la Asociación de la Prensa y la Diputación de Huelva, y el año pasado publicó su primer libro en solitario: Los hijos que no enterramos. El escándalo de los bebés robados en Huelva (Pábilo Editorial). Ahora ha decidido cambiar de rumbo y se prepara para ser profesora de Secundaria.

Cuando la llamo para proponerle una entrevista, la pillo muy liada, pero como no podía ser de otra manera, acepta y después de esperar unos días, nos ponemos manos a la obra y aquí están las consecuencias :

¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo? 

Considero que es una época compleja esta que estamos atravesando: una pandemia, la invasión rusa de Ucrania y su potente impacto en la economía mundial, sequías, inundaciones, violencia por todas partes… Sinceramente, a veces pienso que no estaría mal para este planeta que el ser humano se extinguiera. ¡Qué venga ya el meteorito!

¿Cómo crees que ha cambiado la vida tras más de 2 años de pandemia? 

Es indudable que cambiar, ha cambiado. Nos hemos adaptado a un paisaje plagado de mascarillas, hemos vivido con miedo, en aislamiento. Muchos todavía sufrimos las secuelas de la Covid (cansancio, enfermedades mentales, agorafobia…) y otros aún siguen llorando a sus seres queridos, a los miles a los que les arrebató la vida el maldito virus. La parte positiva, si es que la hay, quizá esté en el uso más democratizado de las nuevas tecnologías para teletrabajar o estudiar.

¿Te esperabas una guerra en Europa en pleno siglo XXI? 

Hace años que el runrún de una tercera guerra mundial flota en el ambiente. Pero, para ser honesta, no esperaba que algo así pudiera suceder en los tiempos que corren. El ser humano no tiene remedio. Lo dicho, que venga ya el meteorito.

¿Has pasado miedo en algún momento? 

Me considero una persona extremadamente empática. No he pasado miedo por mí, pero sí me he puesto en la piel de todas esas personas que siguen sufriendo la devastación de la guerra y… ¡qué horror! Toda mi solidaridad con el pueblo ucraniano. Ojalá que se acabe pronto esta sinrazón.

¿Qué proyectos tienes para el futuro y qué haces ahora?

Me quedé en el paro en octubre del año pasado y este fue un punto de inflexión importantísimo en mi vida: decidí terminar de formarme y reorientar mi futuro laboral hacia el ámbito de la educación. Me estoy preparando para ser profesora de Secundaria. La docencia está muy presente en mi casa, ya que mi padre, Pepe Rendón, ha sido profesor de Geografía e Historia; y mi madre, Mari Chelo Rodríguez, ha sido maestra de Infantil y Primaria. Además, mis hermanos Chema y Rubén son maestros; y el pequeño, Álvaro, opta a ser profesor de Filosofía. Yo lo haré por la rama de Lengua y Literatura, como otros tantos compañeros que han decidido dejar el periodismo atrás y pasar a tener una mejor vida. Vamos, que de casta le viene al galgo.

¿Qué recuerdos buenos y no tanto guardas de tu profesión? 

La profesión periodística es apasionante, pero está muy mal pagada. Exige dar lo mejor de ti las 24 horas del día, prácticamente. Tu mundo gira en torno al trabajo: hay que estar en contacto permanente con las fuentes, requiere estar encima de muchos temas para su seguimiento, tratar de ser minuciosa sin perder de vista que estás tratando temas extremadamente sensibles… Es complicado a veces encontrar el equilibrio, la verdad. A pesar de los sinsabores, creo que nadie puede decir que no me haya entregado a mi trabajo y que no lo haya ejercido con profesionalidad. De eso estoy orgullosa. Echo de menos la adrenalina de publicar algo que sabes que nadie más tiene y a mis compañeros de redacción. La recompensa han sido, sobre todo, las personas. Me llevo muchos amigos de esta profesión. De hecho, casi todos mis mejores amigos son, o han sido periodistas o fotógrafos.

De todos los casos que has tratado, ¿cuál te ha marcado más? 

He tratado muchos, de esos que han conmocionado a nuestra provincia. El de Mari Luz Cortés me marcó mucho. Quizá con este asunto me hice periodista de verdad. Y me dejó una profunda huella mi gitanita guapa. Todavía tengo una chapa con su foto en mi mesilla de noche. Pero si he de elegir uno que me haya dejado una profunda huella ese es el doble crimen de Almonte. Me parece inconcebible que en pleno siglo XXI alguien pueda asesinar a un padre de 39 años y a su niñita de ocho en la intimidad de su casa, asestarles más de 150 cuchilladas y que la Justicia no haya hecho justicia. A Miguel Ángel y María siempre los llevo conmigo, este caso es una espina clavada en mi corazón que no conseguiré quitarme hasta que haya justicia, aunque sea poética. Mando desde estas líneas un fuerte abrazo a su familia, a la que quiero como si fuera la mía. 

 

¿Qué significan para ti Isla Cristina y Huelva? 

Isla Cristina es mi hogar, el rincón al que siempre puedo y quiero volver. Huelva es mi casa, la ciudad que habito y en la que me gusta pasar mis días. Mi pueblo es un paraíso: allí están mi familia y algunos grandes amigos. Adoro bajar la ventanilla del coche y degustar su delicioso aroma a sal cuando entro por la marisma, es mi abrazo de reencuentro con La Higuerita. 

 Además, la das a conocer a través de una ruta turística, ¿no? 

Así es. Hace ya varios años pusimos en marcha la ruta teatralizada La Higuerita marinera, que hemos retomado este año después de la pandemia con gran éxito de público. La idea fue de mi gran amiga y actriz isleña Elisabet González Sánchez. Busqué la información para hacer el guion, ella dramatizó al personaje de Charito y nos pusimos en marcha. La actriz que da vida a la estibadora Charito es Miriam Bernal, una profesional como la copa de un pino. Yo soy la guía. Así es cómo damos a conocer la historia de Isla Cristina, con una ruta a pie de 90 minutos en la que hay mucho humor pero que no abandona el rigor histórico en ningún momento, ya que todos los datos fueron contrastados durante los ensayos por el cronista isleño Vicente López Márquez.

¿Crees que Huelva progresa adecuadamente? 

¿Huelva progresa? Poco de progreso le veo a una de las provincias más bellas y con más recursos de España que, a la vez, es la peor comunicada con el resto del mundo. Empezando por aquí ya vamos mal. 

¿Qué te ha llevado a escribir tu libro Los hijos que no enterramos. El escándalo de los bebés robados en Huelva?

Era una cuenta pendiente que tenía con las víctimas de los robos de recién nacidos de la provincia. Padecen una injusticia como la copa de un pino y la sociedad no puede mirar para otro lado. Así que me parecía obligatorio poner el foco sobre estos casos, que quedara constancia de este escándalo más allá de las páginas de la prensa diaria, tan efímeras. Decidí ponerme manos a la obra cuando me lo propuso Esperanza Ornedo, presidenta de SOS Bebés Robados Huelva, quien también ha coordinado la publicación y me ha facilitado mucho la labor investigadora y de recopilación de datos. Luego Joaquín Cabanillas, editor de Pábilo Editorial, hizo el resto. Ambos son grandes amigos y creo que hemos hecho un trabajo en equipo impecable. 

¿Has tenido muchos inconvenientes para encontrar datos? 

Afortunadamente, como había seguido los casos desde que se iniciaron las primeras denuncias, allá por 2011, tenía mucho archivo del que tirar. En el libro se recogen testimonios de las víctimas, cómo se originó la trama de los bebés robados en Huelva, cuál ha sido su recorrido judicial… Finaliza con entrevistas de actualidad de gran interés público, como la del que fuera fiscal jefe de Huelva Jesús Jiménez Soria, la del magistrado (tristemente desaparecido) José María Méndez Burguillo, o del abogado de SOS Bebés Robados, José Luis Orta. Es muy completo y animo a todos los lectores de Diario de Huelva a sumergirse en él y conocer de cerca nuestra historia y el presente y futuro de las víctimas y sus niños desaparecidos. Pueden encontrarlo o encargarlo en cualquier librería, en la web de Pábilo Editorial e incluso en Amazon o en La Casa del Libro.

¿Qué recuerdos guardas de tu niñez y qué soñabas ser de mayor? 

Era una niña tímida y soñadora, a la que le encantaba cantar coplas con sus abuelos y degustar los cuentos y dibujos que su padre elaboraba cada día para ella. Aprendí a leer muy pronto, con tres años, gracias a un puzzle de madera con el abecedario. Siempre me gustó dibujar, cantar, investigar, escribir poemas… era muy creativa. Así que quise ser un poco de todo: arquitecta, astrónoma, arqueóloga, paleontóloga, maestra, cantante o periodista. Y esto ultimo lo conseguí.

¿Quiénes han sido tus referentes en la vida personal y profesionalmente? 

A nivel personal, mis padres, sin duda. Ellos han sido mi referente y mi guía. De mayor (si es que no lo soy ya, jejeje) quiero ser como ellos. Y como mis abuelos. Lo más importante en esta vida, creo yo, es tener salud y ser buena gente. Lo demás está de más. Desde el punto de vista profesional, adoro a Rosa María Calaf o a Lorenzo Milá, entre otros muchos. Me encanta su forma de comunicar.

¿Cuáles son tus aficiones? 

Leer, ver series, cantar carnavales con mis amigos, jugar a videojuegos, comer, escribir por gusto… De todo menos hacer mucho deporte, jajaja. 

¿Con quién te gustaría compartir una cena y qué le preguntarías? 

Uff, difícil pregunta. He entrevistado a tanta gente a la que me hacía ilusión entrevistar que se me hace difícil elegir. Pero si tengo que hacerlo, me pegaría una cena con Joaquín Sabina. Más que para preguntarle algo en concreto, para que me cuente sus batallitas. A esta cena me llevaría, por supuesto, a Alberto Zafra, Zahira Peinazo y Juan F. Caballero, que son muy fans.

¿Qué tiene el carnaval de Isla Cristina para ser tan especial?

Es único: tiene en su raíz a los catalanes y valencianos que fundaron La Higuerita. Además, es irreverente, creativo, apasionante, tan dulce como amargo, tan luminoso como oscuro… Lo tiene todo y eso engancha.

Raquelina, querida amiga, ha sido todo un lujazo que formes parte de esta serie de entrevistas.

Queda pendiente que te acompañe a la turística de "La Higuerita marinera" y prometo dejarte, si no lo tienes, un libro de la historia de Isla Cristina, editado en 1970, por el historiador Pepe Sosa, con el que tuve una gran amistad y cuya, obra es muy difícil encontrar hoy día 

Un abrazote grande amiga.

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