Peinazo: "Si tuviera que colgar del balcón una bandera sería una gran sábana blanca"
Antonio es un trabajador nato, de ideas claras, fiables, risueño, gran profesional, con olfato periodístico, intuitivo, cordial, con alto sentido de la amistad, cabezón (no hemos logrado ni su mujer Carmen, ni yo, que viniera al Rocío haciendo el camino) y por encima de todo muy buena gente.
Hoy es un lujo que acuda a esta sección un buen amigo y un gran compañero durante bastantes años. Me refiero a
Antonio Peinazo es un cordobés de Montoro que llegó a Huelva en el verano de 1983, donde acababa de ponerse en marcha un nuevo periódico, Huelva Información, bajo la dirección de Fernando Merchán, al que conoció haciendo la ‘mili’ en Canarias. Entonces yo era el jefe del Departamento Comercial y durante muchos años hemos compartido buenos momentos.
Ahora dice sentirse tan montoreño como onubense, ya que la mayor parte de su vida la ha pasado en Huelva, de donde son sus tres hijos. Licenciado por la Universidad Complutense de Madrid (1981) ha ocupado distintas responsabilidades en los medios en los que ha estado, todos en Huelva, y siente un agradecimiento especial por Rafael Terán y la junta directiva de la Asociación de la Prensa, al otorgarle el premio ‘Ángel Serradilla’, del que dice sentirse casi tan orgulloso como por la placa de recuerdo que recibió de sus compañeros cuando decidió dejar Huelva Información para irse a Odiel.
Antonio es un trabajador nato, de ideas claras, fiables, risueño, gran profesional, con olfato periodístico, intuitivo, cordial, con alto sentido de la amistad, cabezón (no hemos logrado ni su mujer Carmen, ni yo, que viniera al Rocío haciendo el camino) y por encima de todo muy buena gente.
Cuando me pongo en contacto con Peinazo para que formase parte de esta serie de entrevistas es un poco reacio a la misma, pero poquito a poco lo fui convenciendo, hasta que cedió, lo cual me llenó de alegría. El resultado es el siguiente
P.- ¿Qué opinión tienes del tiempo que estamos viviendo?
R.- No he vivido una guerra, pero lo que estamos pasando es algo que bien se le pudiera parecer.
Y como pasa en las guerras, es un tiempo en el que sale lo mejor y lo peor de las personas, desde la solidaridad más incondicional al individualismo más insolidario.
P.- ¿Has pasado miedo en algún momento?
R.- Si te refieres a coger el Covid, no, porque llevo meses junto a mi mujer prácticamente recluido, con unas normas autoimpuestas que nos permiten solo salir a pasear, comprar comida y nada más. Sin contactos sociales ni salidas a bares o restaurantes desde el mes de septiembre.
P.- ¿Cuánto crees que durará esta pandemia?
R.- Pandemias ha habido durante toda la historia de la Humanidad y todas hubo un momento en el que pasaron. ¿Cuándo? Ya me gustaría saberlo, pero aunque vivimos un tiempo en el que todo el mundo sabe de todo, yo cada vez me repito más eso de “que solo sé que no sé nada”. Con los años, en vez de tener certezas lo que tengo son más dudas. Pero el virus del Covid pasará. Lo que me da más miedo que no pase es otro virus que veo campar a sus anchas, sobre todo por las redes sociales, el de la intolerancia y el odio.
P.- ¿Cuáles son tus mejores recuerdos a nivel profesional?
R.- Los relacionados siempre con el afecto de los compañeros con los que he trabajado. Por eso recuerdo de manera especial la placa que me dieron los compañeros de Huelva Información cuando me fui y el premio Ángel Serradilla, porque los por entonces compañeros de Odiel me mostraron también un gran cariño.
P.- ¿Y de tu niñez y de la mili?
R.- Cuando era muy niño yo quería ser taxista, me encantaban los coches, y por eso cada vez que los Reyes Magos me traían un coche me hacía una ilusión especial. De la mili tengo grandes recuerdos, por extraño que parezca, porque fue un tanto especial al estar trabajando para una revista de reportajes y un programa de radio llamado la ‘Hora del soldado’, en Radio Nacional.
Por las tardes, al tener pernocta, comencé a trabajar en un periódico de Tenerife, ‘El Diario de Avisos’, en lo que fueron mis primeras prácticas. En la mili conocí a amigos que a día de hoy lo siguen siendo.
P.- ¿Qué significa para ti Huelva?
R.- Es la tierra que me acogió con los brazos abiertos hace ya 38 años y en la que vivo muy feliz. Pero sin ‘ismo’, quiero decir y me explico, sin un onubensismo especial. Para mí los ‘ismos’ mal entendidos son otro de los males de un tiempo en el que los nacionalismos, las banderas gigantes y todas sus expresiones ampulosas me dan más miedo que el Covid. Si algún día tuviera que colgar del balcón de mi casa una bandera sería la de una gran sábana blanca.
P.- ¿Qué proyectos tienes para el futuro?
R.- A ciertas edades lo mejor es vivir el día a día sin grandes metas ni grandes proyectos. Disfrutar de los momentos, de un simple paseo por la playa de la Canaleta con mi mujer, por ejemplo, o cuando se pueda quedar a comer con mis hijos o mis amigos, o hacer algún viaje.
Antonio, amigo, que me alegro un montonazo verte feliz. Espero que puedas pronto puedas quedar a comer con tus hijos y amigos y desde luego anímate un año a venirte con la Peña Los Suplementos a hacer el camino a la aldea almonteña, señal inequívoca, que el virus estará controlado.