Miguel A. Fernández: "El Covid y la guerra desatada por Rusia han cambiado el mundo"
El protagonista de esta tribuna es toda una autoridad dentro del mundo del periodismo en Andalucía, formando parte del primer equipo que tuvo Radio Huelva Cadena SER.

Me llena de satisfacción que se acerque hoy por esta ventana pública Miguel Angel Fernández Borrero. Andevaleño. Periodista. Licenciado en CC. Información y diplomado en CC. Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid.
Comenzó su actividad en medios de comunicación en Radio Juventud de Huelva, en 1969. Después se marchó a Madrid, donde estudió y trabajó durante once años.
Regresó a Huelva para formar parte del primer equipo que tuvo Radio Huelva Cadena SER (1982-1984), donde dirigió programas como “La mar de radio”,
“Como si fuera de verdad” o el comentario diario “A las buenas”. Después, jefe de informativos de la Cadena SER en Málaga; redactor, cronista parlamentario y presentador de programas en TVE-Andalucía (1985-1988). A continuación, jefe de informativos de Canal Sur Radio, jefe de informativos de Canal Sur TVE; director y presentador de programas de TV como “Temas-7”, "Contrapunto”, “Crónica viva”, “Empresas” y otros; editor y director de programas informativos y de tertulias en Canal Sur Radio durante 25 años; Director de la emisora FlamencoRadio.com y de la programación flamenca de Canal Sur Radio.

Premio Andalucía de Periodismo en TV en 1988; premio nacional a la mejor labor de información pesquera del Ministerio de Agricultura en 1984; premio Arco Iris a la mejor labor informativa sobre economía social en 2010. Autor de los libros: “Largo y tendido”, “Cajasol, 150 años”, “Cajasol, la historia de una fusión”, editor y productor del libro de Onofre López “Entre coplas y versos”, autor del libro de poemas “De los humanos tránsitos”.
Productor y director de los CDs “¡Vive Alosno!”, “El día que yo embarqué” de Pepe Sanz, y “Coplas y tonás del Andévalo y la Sierra” de Eduardo Hernández Garrocho. Conferenciante de flamenco, miembro de jurados de concursos de flamenco, autor de la serie “Historia del fandango” en Huelva Información; articulista en prensa escrita, presentador de actos diversos.
Como habrán podido comprobar, toda una autoridad dentro del mundo del periodismo en nuestra comunidad autónoma, aparte de ello, Miguel Angel es una de esas personas entrañables que te encuentras en la vida, cercano, cordial, intuitivo, solidario, inteligente, buen amigo, positivo, comprometido, observador, estudioso, flamenco..., en definitiva, eso que por aquí abajo llamamos "güenagente".

Hace unos días, con motivo de la conmemoración del 40 aniversario de Radio Huelva - Cadena Ser, tuvimos la oportunidad de vernos, charlar un ratito sobre varias iniciativas en la que está trabajando y obviamente le pedí entrevistarlo, a lo que accedió y, este es el resultado:
¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?
Preocupante, la verdad. Los acontecimientos mundiales y su repercusión local en nuestras vidas, a partir de la crisis de 2008, seguida después por la pandemia de COVID y ahora por la guerra desatada por Rusia en Ucrania han cambiado el mundo. Mi generación ha vivido, desde la niñez, en un proceso creciente de construcción, de objetivos conseguidos y de logros personales y sociales. Siempre hacia arriba. Y, de repente, cuando esperábamos una vejez más o menos tranquila, el reposo del guerrero, se han abierto brechas insospechadas que ponen en peligro lo conseguido y el futuro: crisis, violencia, líderes populistas muy peligrosos, vuelta a las actitudes reaccionarias, generaciones nuevas que no parecen ser conscientes de que las libertades no se consiguen para siempre, sino que hay que realimentarlas y defenderlas… Preocupante. Recuerdo ahora que, al principio de la pandemia, cuando salíamos a las 8 de la tarde a aplaudir a los sanitarios, se decía ingenuamente que veríamos una sociedad mejor, más solidaria, más comunicada entre la gente… Todo fue un espejismo.
Salvo casos excepcionales, pocos, la pandemia no sacó de nosotros lo mejor ni nos ha hecho mejores personas.

¿Cómo crees que cambiará la vida después de la pandemia sobre todo en el mundo de la comunicación?
Cambiará hacia un mayor individualismo, hacia un periodismo ejercido en muchos casos desde la soledad en casa con tu ordenador, como teletrabajo, y con gestión no presencial de la noticia… El uso de las nuevas tecnologías facilita la inmediatez, pero no la calidad de la información, que necesita del factor humano del periodista. La pandemia está siendo también un pretexto para mucho plasma de los actores políticos, principalmente, para comparecencias que no permiten las preguntas de los periodistas… Todo lo que obstaculice gestionar la noticia ‘in situ’ y con sus protagonistas acarrea debilidad al ejercicio del periodismo.
¿Has pasado miedo en algún momento?
Sí, sí. He pasado miedo por mi vida, por la de mi gente, mis amigos… Enterarte de que había fallecido tal o cual persona conocida era como estar en la trinchera de una guerra, en la que temías que el tiro pudiera venirte a ti por cualquier parte y abatirte… He sentido la certeza de estar rodeado de un peligro real. Durante el primer año, me agarré al confinamiento para aislarme con parte de mi familia, pero quedaban otros miembros fuera, expuestos... Escuchar las noticias en la radio, ver los informativos a diario en las televisiones era el ejercicio, indeseable e inevitable a la vez, de recargar la inquietud y los miedos…
Emocionalmente, me sentí afectado muchos días, dudando de mi resistencia mental en muchas ocasiones.

¿Qué proyectos tienes para el futuro y que haces ahora?
Después de lo pasado, mi proyecto es VIVIR, con mayúsculas… Recuperarla sociabilidad, los contactos… Y seguir escribiendo y leyendo, que es lo que más hago. Terminar de escribir un libro sobre el Concurso de Cante Jondo de 1923 en Huelva, que fue una efemérides de mucha repercusión para el fandango y para el flamenco en general… Presentar mi libro de poemas “De los humanos tránsitos”, que está ya publicado… Ver crecer a mi nieto Ángel, disfrutar de la Naturaleza, de mi tierra andevaleña cuanto pueda…
¿Cuáles son tus mejores y peores recuerdos profesionales?
Hay algunos hechos, algunas situaciones que han podido ser más o menos agradables, claro… Pero a mi edad ya, valoro el conjunto de mis 45 años vividos ejerciendo la comunicación en radio, televisión y prensa escrita. Y la verdad es que me siento afortunado de haber podido trabajar tanto tiempo en lo que me gusta desde niño, que es la comunicación. Desde luego, hay un momento decisivo, entre los mejores recuerdos, que fue cuando en 1981 me llamó Paco Herrera para sumarme al equipo que pondría en marcha Radio Huelva. Yo vivía en Madrid entonces, atravesando una situación personal difícil, y esa llamada fue como el ángel que te saca de la batalla y te redime, y ese ángel real fue mi amigo Alonso Pavón, que por su mediación cogí el camino de regreso a mi tierra. Hay que creer siempre en la Providencia, como decía mi madre.

¿Qué representa para ti el flamenco?
Te podría contestar parafraseando las palabras de mi querido y añorado compadre Onofre López, cuando le hicieron esta misma pregunta en una entrevista, y él dijo: “El flamenco ha sido para mí el mejor traje que me he puesto en mi vida”. Yo no llego a tanto como él, pero para mí el flamenco significa, junto con escribir y leer, el mejor espacio de disfrute de mi vida. Me engancharon al cante mis tíos Paco y Juan, siendo muy niño, y desde entonces el flamenco es un pozo inagotable del que extraigo a diario raciones de emoción para vivir más a gusto.
De todos programas que has hecho en radio o televisión, ¿cuál es el que más te ha llenado y por qué?
Fue muy bonito aquel programa de madrugada dedicado a la gente de la mar, a los pescadores, “La mar de radio”, que hice durante casi un año desde la cadena SER en Huelva. Dirigirte a un grupo de trabajadores que están viviendo en los barcos de pesca, en la nocturna inmensidad del mar; llevarles el mensaje de sus familias, acompañarles durante las noches, hablar de su actividad y que los visibilizara la gente de tierra firme fue muy entrañable. Y luego, en Canal Sur TV, mi programa de debates y entrevistas “Temas-7”, que me permitió traer a invitados de primer nivel en España y en ocasiones desde el extranjero. Ese programa fue puesto como ejemplo de prestigio de una televisión regional. Y si es por duración, pues la tertulia de “La Mirilla”, en Canal Sur Radio, que dirigí y conduje durante más de veinte años.

¿Qué significa para ti Huelva?
Partiendo de que yo soy mentalmente un tipo rural, campesino, aunque haya vivido casi toda la vida en las ciudades, Huelva es mi cuna social, la ciudad que me acogió siendo un joven de 19 años y me puso trampolines para que me fuera ejercitando: primero, el trabajo en el ayuntamiento; segundo, mis estudios en la Escuela Oficial de Comercio; tercero, entrar en la radio. Y cuarto, la proximidad a las fuentes donde todo se gestaba, donde me presenté a los primeros concursos literarios, donde conocí a gente extraordinaria que me mostraron pautas de formación y de vida…
Ninguna ciudad como Huelva para mi, aunque he vivido en Madrid, en Málaga, en Sevilla… Cuando vengo - vivo en Sevilla desde hace 37 años-, siento que vuelvo a casa, y eso es lo que mejor define lo que significa para mí.
¿Qué entiendes necesita Huelva para un mayor progreso?
Como la materia prima, que es la inteligencia, la tenemos en nuestra gente, pues lo primero de todo es perder ciertos complejos arraigados por aquí: la apatía, cierta indolencia, la sensación de lugar fondo de saco… Esa impresión de ciudad adormecida, somnolienta que a veces percibimos es chocante, no suma… Y en lo material necesita comunicaciones como tienen otras provincias, que ya vale de aplazamientos, no? Y necesita también que el desarrollo económico le venga a Huelva de cualquiera de las actividades tradicionales o de las modernas, pero no del turismo, porque las masas de turistas nos convertirían en una sociedad de servicios con más contras que pros, como ya se ve en otras zonas.

¿Cómo fue tu niñez y qué soñabas ser de mayor?
Fui un niño de familia pobre, nacido y criado en el campo, que fui a la escuela del pueblo más cercano, a tres kilómetros. Fui el primer becario de mi pueblo. Y descubrí, escuchando la radio, que había muchas otras cosas más allá del paisaje de mi campo andevaleño y de los trabajadores que veía en las faenas diarias.. La radio fue mi ventana abierta al mundo; le debo mi vocación, mi vida profesional, mi actitud vital… Echo la vista atrás y veo al niño de siete, ocho, diez años que va desde su cortijo a la escuela imitando en voz alta los programas de Bobby Deglané, de Matías Prats, de Victoriano Fernández Asís en RNE, de las radionovelas que luego le contaba a mi madre cuando volvía por la tarde de coser en los cortijos cercanos… Conocí a Matías Prats ya en Canal Sur Radio y le hablé de “usted” con tal admiración que me lo notó y me dijo “háblame de tú, hombre, que somos colegas”, y le dije “no puedo, Matías. Está usted tan idealizado en mis recuerdos de cuando niño que no soy capaz de superar esa emoción para hablarle de tú”. La trayectoria que te cuento, para un chiquillo de campo sin antecedentes en los medios, con solo su vocación como impulso, creo que me justifica.
¿Quiénes son tus referentes personales y profesionales?
Mi referente principal como ser humano es la figura de mi madre, que me enseñó a ser digno, a no ambicionar ni envidiar, a tener sentido común, a ser misericordioso con los más necesitados, a tratar a todos con respeto, a creer en la religión cristiana… Aquella costurera estoica y refinada en la que todos buscaban consejo y lógica… Y en lo profesional, mi referente ha sido siempre Iñaki Gabilondo, el gran periodista que durante tantos años fue el faro matutino que nos sugería con sus comentarios qué es lo que convenía pensar y creer cada día…

¿Se van cumpliendo tus proyectos de vida que te habías propuesto?
La verdad es que no he sido yo persona de proyectos ideales. He ido moviéndome desde lo que tenía por delante. Yo creo, José Luis, que quienes trabajamos en la comunicación nos contagiamos de la esencia profunda de los medios, que es el cambio. ¿Qué proyectos ha de tener un surfista sino seguir la ola y mantenerse en ella? Pues algo parecido, porque nuestra profesión es cambiante tanto en la materia con la que trabajamos como en los escenarios mediáticos en los que vivimos. Yo he trabajado en seis empresas de comunicación; fui cambiando cuando tuve oportunidad de mejorar, me he ido adaptando… Ahora ya, jubilado, echo de menos haber sido corresponsal de un medio en el extranjero, no haber sido reportero de guerra como hubiera querido, no haber hecho algunos programas que me hubiera gustado… Pero ya no es hora de mirar hacia atrás por cosas pendientes. Lo que se pudo, se hizo, y lo que no, pues se quedó sin hacer. Ya está.
¿A qué dedicas ahora el tiempo libre?
A leer mucho, a escribir mucho… A añorar mi campo cuando no estoy allí. A relacionarme con los amigos… Por edad, me ha llegado el tiempo de los “ya no”: ya no cazo, ya no trasnocho, ya no voy de copas, ya no ligo…

¿Con qué personaje histórico o actual te hubiese gustado o te gustaría tomarte un aperitivo, por qué y qué le preguntarías?
Me hubiera gustado conocer de verdad al Jesucristo humano y preguntarle por qué fue necesario su sacrificio… Me hubiera gustado estar cerca de Antonio Machado para ir leyendo con él lo que escribía… Me hubiera gustado preguntarle a Américo Vespucio cómo coño hizo para que le pusieran su nombre a todo un continente que debería haberse llamado Colombia o algo así, pero él se lo apropió… Y a cualquiera de las mujeres más guapas del mundo preguntarle si saben por qué su belleza ejerce tanta fascinación y embeleso sobre nosotros; a Charlize Theron, por ejemplo, que dice que aprendió a bailar flamenco cuando chica…
Miguel Angel, ha sido un auténtico lujazo tenerte en esta serie de entrevistas, te veo feliz, animado con tus proyectos de conocer más datos del flamenco de principios del siglo pasado, me gustan tus reflexiones, y, sobre todo, tu amabilidad
Un abrazote grande amigo.
