miércoles. 24.04.2024
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Chema Tocornal: "La vocación policial es algo que perdura en el tiempo"

Nos llega hoy a esta ventana pública José María “Chema” Tocornal Blanco, Policía Nacional desde hace 39 años, en la actualidad es Comisario y Jefe de la Comisaría de Fuengirola
Chema Tocornal: "La vocación policial es algo que perdura en el tiempo"

 

 

 

 

 

 

Nos llega hoy a esta ventana pública José María “Chema” Tocornal Blanco, nacido accidentalmente en Tenerife en 1960 pero de padres gaditanos, creció y se educó en San Fernando. Es el mayor de seis hermanos. Está casado con Juani Borrero, de Gibraleón, y tiene un hijo de 31 años, Tomás.

Policía Nacional desde hace 39 años, en la actualidad es Comisario y Jefe de la Comisaría de Fuengirola hace 4 años, aunque estuvo destinado la mitad de su carrera en Huelva. Graduado en Criminología, ha sido distinguido con tres Cruces al Mérito Policial, una al Mérito de la Guardia Civil y otra de las Policías Locales de Andalucía. Además de en Huelva, ha desempeñado su trabajo destinado 7 años en Bilbao y otros 7 en Lucena de Córdoba.

Cuando se produzca su jubilación en pocos años, volverá a residir en Huelva, pues su casa la tiene en Gibraleón y es onubense por vocación propia, pues es donde más tiempo ha permanecido y trabajado en su vida.

Persona, amable, cordial, empático, buen profesional, optimista por naturaleza, con alto sentido de la amistad, trabajador, y desde luego buena gente.

Cuando lo llamo para proponerle esta entrevista se lo comenta a su encantadora esposa Juani, que con todo el arte del mundo, según me cuenta dice: ¡vaya el hombre del puro! Refiriéndose al único puro que me posiblemente me haya fumado en mi vida y circunstancialmente tuve a ella como vecina de asiento en la plaza de toros La Merced, por lo que le di una tarde de perros, y ahora le pido disculpas, que más vale tarde que nunca.

Una vez que entre risas comentamos este incidente entramos en faena y este es el resultado de un ratito de charla de lo más amena.

P. - ¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?

R. - A cada época le toca sus etapas de bonanza y sus retos y dificultades. A nosotros nos ha tocado la actual situación, sin lugar a dudas podemos sentirnos afortunados, pues a generaciones muy próximas les tocaron momentos realmente duros, la guerra o el hambre y aunque esta pandemia resulte tan demoledora, disponemos de una tecnología y una ciencia muy avanzadas que logran reducir su impacto. A muchos, casi todos, nos ha tocado padecer duros momentos y pérdidas cercanas, pero mi cauto optimismo se basa en la confianza en la ciencia, en las personas y en la capacidad de resiliencia que estamos demostrando.

P. - ¿Cómo crees que cambiará la vida después de la pandemia?

R. - Pues creo que ya ha cambiado, que no volverá a ser como era en mucho tiempo, pero también creo que se trata de una situación asumible, que no cambiará esencialmente la calidad de vida de los ciudadanos más de lo que ya lo ha hecho. En gran manera ya se ha controlado la morbilidad que causa esta enfermedad, de la que, en pocos años, se hablará como de otra más. Si nos remontamos a otras pandemias históricas podemos ver que ésta ha sido controlada gracias a la época que nos ha tocado vivir; la capital del imperio bizantino, Constantinopla, perdió con la llamada “Peste de Justiniano” al 40% de la población y sumó más de 4 millones de fallecidos. La Peste Negra en el siglo XIV duró 7 años, causada por las ratas y sólo en la península ibérica se perdió casi el 65% de la población; luego la viruela, posteriormente la mal llamada “Gripe Española”, aunque nació en Estados Unidos y causó la muerte a más de 20 millones de personas. De todo ello se salió con unos avances científicos mínimos, por eso hay que ser muy optimistas al respecto y no permitir que ésta cambie nuestro modo de vida más de lo estrictamente necesario.

P. - ¿Has pasado miedo en algún momento?

R. - El miedo es una emoción racional que nos advierte de un peligro, es innato al ser humano y no tener esa sensación significa carecer de un mecanismo natural de defensa. Para mi lo importante no es no tener miedo, sino aprovecharlo, canalizarlo y actuar profesionalmente haciendo un uso adecuado de la reacción que la adrenalina produce. He sentido esa sensación en muchas ocasiones y cuando ha sido por asuntos profesionales supe que podía controlarlo y actuar conforme había sido instruido. El problema surge cuando esa situación no la puedes controlar tú mismo y dependes de otras personas, como en aquella ocasión que mi hijo estuvo ingresado con COVID y necesitado de oxígeno, pero comprobé que estamos en muy buenas manos, de ahí mi optimismo.

P. - ¿Cómo valoras la labor de los políticos en general ante esta pandemia?

R. - Han sido momentos muy complicados para la toma de decisiones a todos los niveles, no hablaría tanto de los políticos como también de los sanitarios, de los policías, de los científicos y de todos los servicios que se han visto implicados en esta situación y yo diría que se ha estado a la altura, con aciertos y con errores, más aciertos que errores, que nos llevan a ver hoy con esperanza cómo en tiempo récord disponemos de vacunas, que están saliendo fármacos contra el virus y que los hospitales pueden responder al problema.

P. - ¿Cómo fue el estado de alarma para las fuerzas de seguridad con tantas tareas a realizar?

R. - He podido vivir en primera persona en Fuengirola, y me consta que ha sido la tónica general en el seno de la Policía Nacional a la que pertenezco, una total entrega de todos y cada uno de sus miembros para facilitar la situación creada, tan inesperada como novedosa. El Policía, como ocurre con otras profesiones, es eminentemente vocacional, y en los momentos más complicados que se salen de la rutina, se crece y se vuelca en el auxilio humanitario y en el fortalecimiento de la seguridad de la población, de modo que como responsable no puedo más que manifestar mi orgullo por la entrega y el sacrificio que han demostrado; es muy grato poder comprobar que la vocación policial es algo que perdura en el tiempo y cómo se olvidan los problemas menores para darse por completo al trabajo con espíritu de servicio a pesar del riesgo existente. En términos generales es cierto que se ha contado con la colaboración de la gran mayoría de la sociedad, pero cuando surge algún elemento discordante, se ha actuado con prontitud y eficacia logrando restablecer la situación de acuerdo con las decenas de normas e instrucciones que se han venido sucediendo según la evolución de la enfermedad.

P. - ¿Qué proyectos tienes para el futuro?

R. - Me encuentro en esa etapa en la que, tras haber dedicado a la profesión tantos años, tienes que plantearte esos proyectos que deben pasar por una vida saludable y una continuidad en la actividad y en los horarios para no someterte a un brusco cambio que no todos saben sobrellevar. La práctica de algún deporte y de mis hobbies, junto con la participación en actividades que me puedan resultar de interés a nivel social podrán ser objeto de dedicación, sin que a fecha de hoy tenga aún decidido nada en concreto, pues en varios años pueden surgir muchas posibilidades y habrá que tomar decisiones más adelante. Varias cosas sé a ciencia cierta: seguiré sin levantarme tarde, mantendré una actividad saludable mental y físicamente y trataré de ayudar en cualquier cuestión en la que pueda resultar útil.

P. - ¿Cuáles son tus mejores y peores recuerdos profesionales?

R.- Esta es una pregunta que da para escribir un libro, o varios, pero teniendo ya a un escritor de fama en la familia como es mi hermano Antonio, a mi me da un poco de reparo porque sé la dedicación que supone y no me gusta hacer las cosas de cualquier modo. La verdad es que tengo muchos más

recuerdos buenos que malos, pero también es cierto que los malos lo son profundamente, algunos muy dolorosos de aquella época en Bilbao a finales de los 80, y si acaso el más profundo sea uno con nombre propio: Mariluz, pero prefiero no profundizar en lo negativo.

Los buenos momentos y los divertidos son tantos que no sé qué decirte, todos vienen acompañados de la presencia de mis compañeros y de momentos inolvidables de ayudar a víctimas de todo tipo, muchas de las cuales se convirtieron en buenas amistades. O el orgullo de haber representado a nuestra Policía en el Reino Unido en el seno de un proyecto policial internacional. O poder haber participado en el dispositivo de seguridad de las Olimpiadas de Barcelona, de los trabajos más bonitos y mejores que ha hecho la Policía. O haber cubierto la seguridad de la Selección Española de Baloncesto en 2007 con ocasión del Eurobasket durante una semana de la primera fase en Sevilla, conviviendo en el mismo hotel con aquellos: Gasol, Reyes, Carbajosa, Navarro, Calderón, Pepu…

¡¡Vaya elenco!!-, aunque en la final en Madrid perdiesen contra Rusia de un punto. Pero como digo, da para varios libros, o mejor para mil batallitas de abuelo ante alguna buena partida de dominó si la memoria lo permite.

P. - Hace unos días nos ha dejado nuestro común amigo Casimiro Pachón. ¿Que significó para ti?

R. - Para mi muchísimo más que un amigo y que un compañero, maestro o mentor, era el hermano mayor que nunca tuve, el que me protegió cuando lo necesité y al que cuidé en sus momentos complicados. Es la triste partida de un hermano de armas, de un ejemplo profesional y personal, pero

es la reflexión de que en la vida se nos cruzan muchas buenas personas y podemos disfrutar de su compañía el tiempo que se nos regalan. Hay una bellísima canción de Rubén Blades, que se llama “Vida” y entre sus sabios versos, uno dice: “cada amigo es la familia que escogemos entre extraños”.

Ese era Casimiro para mi, y sé que yo para él, para mi orgullo.

P. - ¿Qué significa para ti Huelva?

Muchas veces le digo a algún amigo de Huelva que yo soy más de Huelva que él y ante su extrañeza le explico que él, o ella, es de Huelva porque de aquí son sus padres y nació ella, o él; sin embargo yo soy de Huelva porque de entre todas las posibilidades que la vida me ha brindado –y son muchas-, yo he elegido ser de aquí, de hecho la elegí como destino sin conocerla siquiera, por lo que puedo demostrar que lo soy libremente, no por obligación vital. En Huelva he pasado media vida, he dejado mi esfuerzo profesionalmente, me he casado y he criado a mi hijo, compré mi casa y aprendí a jugar al golf. Pedir más a un lugar es imposible: ser feliz.

Conocí Huelva apenas cumplidos los treinta, tras mis siete años en Bilbao, y siempre recordaré mi impresión luminosa al entrar por primera vez por la Avenida de Andalucía recién estrenada, cargado de maletas e ilusiones y con la sensación de regresar a casa.

Además, siendo de Cádiz es muy fácil: entre Huelva y Cádiz sólo hay el paso de un río, tenemos similares sierras, las mismas playas de arenas blancas y grandes mareas flanqueadas de pinos piñoneros, los mismos buenos vinos, hablamos igual, somos las dos provincias gemelas de España, las

únicas dos andaluzas del Atlántico, compartimos el humor, la gracia, la hospitalidad y la antigüedad que nos da esa sabiduría racial del paso de tantas civilizaciones por nuestras costas, así que Huelva-Cádiz, Cádiz-Huelva, es mi sitio, el lugar donde me siento feliz y donde me gustaría pasar todos mis

días cuando pueda.

P. - ¿Qué crees que necesita Huelva para despegar de una vez?

R. - Algo muy fácil de desarrollar, pero muy difícil de conseguir. Que todos creamos en Huelva, que contemos a los cuatro vientos su belleza, su luz, su gastronomía, su paisaje. Márketing político, empresarial, humano; concienciarnos de la riqueza que tenemos y superar nuestros estigmas, problemas que tengamos que resolver y que no hay que exportar. Miremos el ejemplo de Teruel, otro bello lugar de España, con un 40% más de extensión que Huelva y 390.000 habitantes menos, que ha conseguido estar en boca de todos con un simple lema y sin complejos. Huelva, con sus fortalezas lo tiene aún más fácil, pero tal vez habría que conseguir primero saber a dónde queremos llegar, qué visión tenemos de la Huelva del futuro y empeñarnos todos a una en ello. Unidad, fe en nosotros mismos y empeño en transmitirlo sin complejos, con una clara idea de futuro en común.

P. - ¿Cómo fue tu niñez y que soñabas ser de mayor?

R. - Mi niñez con cinco hermanos pequeños, jugando en la calle con mil amigos y con unos padres ejemplares y enamorados fue muy feliz, tuve muy buenos profesores de los que guardo gratos recuerdos, era un niño imaginativo y tranquilo, con facilidad para hacer amigos y con ganas de crecer, de jugar y de vivir en un ambiente entonces en el blanco y negro de los años 60, en los que los únicos problemas en los que abstraerse eran la tarea de mañana, la comida en común de toda la familia y ponernos de acuerdo en el juego al que jugaríamos hoy. Estudié primero en el Colegio La Salle de San Fernando, donde aprendí un buen francés, y luego en el Liceo de los Carmelitas descalzos donde acabé el bachillerato y el COU.

Siempre soñé con ser piloto, los aviones me apasionaban, los conocía todos, pasaba horas en la biblioteca buscando libros con imágenes de aviones para aprenderme los modelos, y todo eso me llevó volando a encontrar, casi por casualidad, mi auténtica vocación de Policía que no ha hecho más que crecer desde entonces.

P. - ¿Se están cumpliendo tus expectativas de vida?

R. - A pesar de haber sido un niño muy soñador, la realidad de la vida siempre ha superado mis mejores expectativas. Es cierto que he sido constante y he perseguido mis sueños. He conseguido alcanzar muchos, así que tengo que dar gracias por lo que estaba previsto para mi: una familia sacrificada, unida y feliz; una esposa a mi lado que me ha hecho alcanzar metas y creer en mi mismo más de lo que yo mismo creía, haciendo que mis éxitos profesionales no sean míos, sino nuestros, que me ha enseñado lo que significa amar de verdad; un hijo maravilloso que desprende cariño y cordura hasta límites insospechables, con criterio propio y seguro de sí mismo, que ya navega solo hace tiempo con el éxito que proporciona el trabajo infatigable; una madre, todo amor, que es una joven de 89 años con una salud de hierro y una sensatez acorde a la sabiduría que encierra y cinco hermanos de los que presumir por mil razones, especialmente porque son buenas personas.

¿Qué puedo decir?, si uno en su madurez tiene todo esto, con los problemas normales de cualquiera, pero con buena salud, sólo tiene una queja, y es que no consigo bajar ese hándicap 18 en el golf. Y que conste que lo sigo intentando con denuedo.

P. - ¿Quiénes son o han sido tus referentes personales y profesionales?

R, - Mi gran referente personal y profesional es mi padre, un marino que se murió hablando del mar, como hacen los buenos marinos. Un hombre sencillo en cuya frente clara se podía leer “HONESTIDAD” en letras muy grandes, una persona enamorada de su mujer, de su familia, de su trabajo, de sus amigos, apasionado, bueno, profesional, que se dejó la salud en aquellas máquinas de carbón de los barcos y en muchas cajetillas de rubio americano. Su fotografía me acompaña siempre en mi despacho porque me mira y así sé lo que tengo que hacer, y a su lado las medallas del Rocío de Huelva y de Emigrantes. Y por supuesto mi madre, una mente lúcida cuya función en esta vida, como la de tantas madres, ha sido sacrificarse siempre por nosotros, todavía hoy que no hace falta lo intenta y a veces se siente como que tendría que sacrificarse más para no se sabe muy bien qué cosa, es eso, una madre. Pero además una persona muy inteligente que siempre tiene la forma de hacerte llegar un buen consejo, un regalo tenerla a diario aunque sea por videollamada.

A nivel profesional me he encontrado con decenas de referentes, sin duda alguna Casimiro Pachón fue uno de ellos.

P. - ¿Cuáles son tus aficiones preferidas y qué te gustaría hacer que todavía no has hecho?

R. - Mis aficiones son varias, pero sobre todo la música y el golf; de la música me gusta tocar la guitarra y el piano, aunque soy autodidacta y no he estudiado música, me divierte y relaja mucho. Pero sobre todo el golf, ahora viviendo en Fuengirola lo tengo muy fácil, pero mis recuerdos no dejan de estar en Huelva, porque de entre sus muchos y buenos campos de golf, es en Bellavista donde aprendí y fui socio muchos años hasta que tuve que marcharme destinado lejos. Sin duda es donde volveré algún día. Ahora mismo lo que más me gustaría hacer que aún no he hecho es mejorar en este aspecto, bajar el hándicap es una dura tarea que requiere del tiempo que no tengo hoy por hoy, pero ya llegará.

Otra gran afición es la cocina, heredada de mi padre, que me merece mucho respeto y de la que opino que es una excelente afición, pero una difícil profesión, la verdad es que no se me da nada mal.

P. - ¿Te gustaría añadir algo más?

R. - Simplemente mandarte un saludo a ti y a todos mis buenos amigos de Huelva, desearos felices fiestas, mucha salud y que este año podamos volver por fin al Rocío, donde Juani y yo no solemos faltar a pesar de vivir fuera. Y darte las gracias por hacerme el honor de pensar que una entrevista mía

pueda ser interesante para alguien.

Chema ha sido una auténtica gozada y un lujazo tenerte como invitado en esta sección de entrevista en tiempo de pandemia. Dile a Juani que dejé de fumar en el 2008, que me alegro un montonazo verte feliz, contento, y con ese optimismo del que siempre has hecho gala y, desde luego te animo a que le hagas la "competencia" a tu hermano Antonio y te pongas a escribir todas esas anécdotas y vivencias que tienes de tu vida profesional, pues además se, que tienes mucha facilidad para redactar cualquier tipo de situación.

Un abrazote grande amigo