José Martín: "Mañana presento mi libro 'Fajador' en la sala Roja de la Casa Colón"

Pepe, nacido en Huelva en 1957, es  maestro y licenciado en Historia, ha desarrollado la mayor parte de su vida profesional como docente. Ha realizado otras facetas de su actividad que han tenido que ver con la gestión cultural, la investigación arqueológica o el desarrollo de tareas de representación en el campo sindical y político. Es autor de seis novelas publicadas, la última de las cuales, «Fajador» ha obtenido el XVIII premio Onuba 2022.

Destacar sus tres primeras novelas: "Autopista de Viento", "Tengo la memoria llena de muertos" y "Sobre una pared blanca".

A Pepe lo conocí en su etapa en ayuntamiento de Aljaraque, donde fue muy cordial en amable conmigo, por lo tengo buenos recuerdos suyos, y ahora cuando me he enterado de la presentación de su libro lo he llamado para charlar un ratito y él, ha aceptado del tirón y empezamos así:

P. - ¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo? 

R. - Tendríamos que pormenorizar. Globalmente, te diré, otro momento en la historia. Y no el peor, precisamente...

P. - ¿Cómo crees que ha cambiado la vida con el COVID? 

R. - No demasiado. Mientras duró el periodo duro, de muertes por miles, el zamarreo fue profundo. Creo que ha quedado como un terremoto a gran profundidad, la superficie ahora apenas tiembla.

P. - ¿Has pasado miedo en algún momento? 

R. - No. Preocupación sí. Ten en cuenta que una parte importante de mi familia trabaja en la sanidad pública, comenzando por mi mujer y mi hija Ester. He podido comprobar la valentía y profesionalidad de quienes componen el sistema sanitario público desde una primera fila. Eso te reafirma en tus convicciones, pero no cabe duda de que he sentido inquietud por ellas.

P. - ¿Qué proyectos tienes de cara al futuro y qué haces ahora? 

R. - De cara al futuro, vivirlo con la mayor intensidad posible. O sea, procurar saborear cada segundo, estes haciendo de comer o visitando un conjunto histórico. Sobre el ahora, sigo ese mismo dogma. Por concretar, a mi faceta como concejal en mi pueblo, en Aljaraque, sumo mi condición de docente jubilado interesado en cuanto acontece aquí y allá, no dejo la faceta creativa a la que me acerco cuando puedo. Tengo varios proyectos literarios en marcha. Y tantas cosas más...

P. - Vas a presentar un libro. Háblanos del mismo. 

R. - Fajador es mi sexta novela. Es una obra especial. Entiéndeme, la publicación de cada uno de mis libros ha sido en mi vida un acontecimiento (aprovecho para agradecer a Rafa Pérez, como ahora a Manuel Ortega, el trabajo de editar en provincias. Difícil, a veces ingrato, pero muy importante en la vida cultural, en este caso de Huelva), pero esta, no solo por haber obtenido el  XVIII premio Onuba 2022, sino por la obra en sí, ha supuesto un jalón importante.

P. - ¿Qué te ha inducido a escribir este libro? 

R. - Basta fijarse en la portada: es una foto de mi tío, Mariano Gómez, quien fuera primero púgil, luego entrenador de boxeadores aquí en Huelva, para comprender que las historias sobre el boxeo han ocupado en mi familia más de una de esas charlas de tardes de invierno al calor de la copa. En cierta manera, era un universo que tenía interiorizado. La muerte prematura de mi primo Franci, hijo de Mariano, me dio el empujón final. Como homenaje a él, a esa rama de mi familia, nació y creció Fajador.

P. - ¿Qué recuerdos guardas de tu etapa como alcalde de Aljaraque? 

R. - El mejor recuerdo, que en buena medida continúa siendo parte de mi presente, es el de participar en un  proyecto colectivo, de mucha gente comprometida con la lucha por la justicia social y la igualdad, que puso todo su buen hacer en poner en pie proyectos para marchar en dirección a ese anhelo. Tuve el honor de compartir con esas mujeres y esos hombres  un esfuerzo ilusionante. Me quedo con cada saludo amable de una vecina, de un vecino. Con cada logro, muchos de los cuales aún sigue dando frutos.

P. - ¿Qué diferencia existe entre los políticos actuales y los de la transición?

R. - Hasta donde alcanzo, siempre hay gente buena, gente comprometida con hacer de este mundo un lugar más justo, mejor, y gente que se mueve por otros intereses que no comparto. 

Eso ocurrió en la transición, ocurre ahora, y hemos de suponer que seguirá ocurriendo. 

Eso sí, hablamos siempre de periodos democráticos. En otros momentos, para dolor nuestro, las cosas fueron mucho más crueles.

P. - ¿Qué significa para ti Aljaraque y que es lo que más valoras de ella? 

R. - Como cualquier otra población de tamaño relativamente pequeño (estaremos acercándonos a los 25000 habitantes de hecho) en este país nuestro y, en especial, en esta Andalucía nuestra, supone un proyecto colectivo en el que de una forma abrumadoramente  mayoritaria conviven gentes de paz que buscan la felicidad propia y de los suyos, y lo hacen desde la colaboración solidaria con los otros. Tal vez, la dispersión de núcleos, el modelo de vivienda en parte de ellos, lo dificulta en Aljaraque, pero, al final, de eso se trata, de gente conviviendo, apoyándose, desde un modelo cultural y social (el español, el andaluz) que considero (con todo lo mejorable que pueda ser) un privilegio en este planeta nuestro.

P. - ¿Qué es para ti la felicidad? 

R. - La absoluta, una quimera. Los retazos, algo que intentamos agarrar en cada instante de nuestra vida. Lo consigo con cosas sencillas. Y en especial con la gente a la que quiero.

P. - ¿Cómo fue tu niñez y qué soñabas con ser mayor? 

R. - Va a parecer que hago publicidad de mi obra, pero lo cierto es que buena parte del retrato de mi infancia y primera juventud, y con él el de una Huelva que cambiaba a un ritmo acelerado, está reflejado en «Sobre una pared blanca». Novela en parte autobiográfica de la que me siento también orgulloso.

P. - ¿Cuáles son tus aficiones preferidas y a qué dedicas el tiempo libre?

R. - Empecemos por el final. Tiempo libre (entendido como un periodo en el que no hay nada que hacer) no tengo. Siempre hay algo que te espera. ¿Aficiones? Nada extraordinario. Si he de señalar algo en especial serían mis paseos en bicicleta por nuestro extraordinario entorno (lo de remar un rato en la piragua por cualquiera de los brazos del estuario ya es de éxtasis). De hecho, este largo periodo sin poder atravesar el Odiel por la vía del puente sifón me está suponiendo una fuente de frustración importante. 

P. - ¿Con qué personaje te gustaría compartir una cena y qué le preguntarías?

R. - Daría para llenar un restaurante y para una conversación casi inacabable. Un solo apunte: no todos los comensales tendrían por qué ser de relumbrón.

P. - ¿Quiénes son tus referentes personales y profesionales? 

R. - De los muchos que podría señalar, en lo personal me quedaré siempre con mis padres y el ejemplo que me dieron. Mi núcleo familiar más cohesionado es el que ha moldeado en buena medida la persona que soy. A ellos les debo tener claro mi norte. En lo profesional, José Luis, me perdonarás, uno ha ejercido variadas actividades laborales, sería prolijo intentar señalar influencias en cada una de esas facetas.

P. - ¿De qué te arrepientes? 

R. - De cualquier acción que haya podido provocar dolor o sufrimiento a una buena persona. De cualquier inacción que, de no serlo, hubiera podido evitar que alguien sufriera.

P. - ¿Qué es lo que más valoras y más detestas en un ser humano? 

P. - Valoro muchas cosas, muchas... Si tuviera que señalar una sería el compromiso con la justicia social, con un concepto equitativo y solidario de la sociedad. ¿Detestar? He tenido la tentación de decir que nada detesto de un ser humano. Mentiría. Detesto a quien provoca sufrimiento a otro ser humano de manera intencionada. En cualquiera de sus formas.

Pepe, ha sido una gozada echar este ratito de charla contigo, desearte como no puede ser de otra manera, todo el éxito del mundo con tu nueva obra literaria "Fajador". 

Un abrazo grande