María Cotán Pinto: "El jueves a las 10:30 se inaugura el paseo de mi padre junto al Nuevo Colombino"
La hija del reconocido periodista deportivo onubense charla con José Luis Camacho Malo sobre el recuerdo de su padre.
Me llena de alegría traer hoy a este escaparte a una mujer que simplemente es un encanto, me refiero a María Cotán Pinto, aunque élla me dice "ya sabes, soy María, Marikilla, la Cotancilla…". Hija del inolvidable maestro de la prensa deportiva de Huelva, Santiago Cotán Pinto, que el próximo jueves 27 de este mes de mayo, a las 10:30, se inaugurará el "Paseo Periodista Cotán Pinto" en honor a su padre, toda una institución en el periodismo deportivo de nuestra provincia, y desde luego el lugar no podía estar mejor elegido. Junto al estadio Nuevo Colombino.
Charlar con María es pasárselo en grande, no en vano tiene un gracejo muy personal, que como decía anteriormente, la hace encantadora. Me empieza diciendo que de pequeña ha sido un verdadero trasto, un “rabo de lagartija” y cree que, en parte, sigue siéndolo y a veces no tiene remedio. Es persona sociable, divertida, alegre, solidaria, bastante positiva, carismática, empática, más de Huelva que un choco, con alto sentido de la amistad, le encanta dar abrazos, de esos en los que no hace falta mediar palabra alguna. En definitiva, eso que por aquí llamamos una pero que muy güena gente.
María, antes de empezar quiero que seas tú quien nos diga como es esa "Cotancilla" que solo conocen sus amigos.
Pues mira, soy impulsiva a veces (pero sé disculparme cuando la ocasión lo merece), no me ando con rodeos y, como dicen mis amigos cuando me piden consejo, que quieren mi “sinceridad cruel” (ay Dios mío…). A veces la primera impresión que doy es de “borde” o “chula” pero cuando me conocen de verdad, me lo dicen, que sólo es una coraza y al final soy “más buena que el pan”. Soy muy amiga de mis amigos, valoro la amistad enormemente; soy un maremoto cuando se trata de ayudar a alguien. Pero que no me mientan porque odio la mentira: prefiero esa sinceridad “cruel” a la falsedad hipócrita… Odio que pongan en boca de las personas, cosas que no se han dicho. Suelo alejarme de la gente negativa y de esos “ladrones de sueños” como dice mi primo Ramón. Soy aventurera, guerrera y valiente, vamos, ¡¡que me apunto a un bombardeo!! Me encanta viajar, el cine (¿¿por qué será?? Jajaja), la música, los coches y las motos. Adoro conversar con los amigos. Me gusta mucho escribir y dejar que todo fluya (ya conoces mis “Domingos Maravillosos” ¿no?). Mi pasión es la playa, el mar, dejarme llevar cuando estoy allí, soy una enamorada de ese paraíso, me encanta “perderme” allí, sentir la arena bajo mis pies, ese rugir de las olas…
Soy psicóloga y filóloga Inglesa y me dedico a la enseñanza, lo cual me apasiona. Trabajo en el IES Galeón en Isla Cristina desde hace 5 años (con uno de por medio en el que regresé a Lepe a graduar a mis niños leperitos) y después de llevar más de 15 años en la enseñanza (empecé en la privada, después concertada y ya desde el 2007 en la pública) y me encanta tener cada día un reto nuevo. Así es este trabajo, una completa montaña rusa, pero, sinceramente, suelo pasármelo bien en las clases, a veces soy una auténtica payasa (los profes tenemos que saber actuar, y mucho) y disfruto al máximo con mis alumnos. Siempre lo he hecho con los de ayer, los de hoy y lo haré con los del día de mañana. Me suelo llevar muy bien con mis alumnos, sobre todo con los “malotes”: normal, al ser yo tan trasto en el cole pues ¡¡me los veo venir!!! Jajajajaja.
Me casé hace casi dos años. Sinceramente, cuando ocurrió lo de Santi y papá, se me quitaron las ganas de todo. El día de mi boda fue muy difícil para mí, pero ¿sabes?, hubo magia, mucha magia, y con eso me quedo… Mi marido se llama Álvaro y es vasco. Llevamos casi 9 años juntos. Un cielo de persona, la verdad. Él me da la calma que a veces necesito y yo le doy a él ese toque de locura (jajaja). Vivimos separados por motivos laborales (como muchas parejas hoy en día), pero nada, a 1080 kms nada más (siempre puede ser peor) jajajaja pero procuramos vernos siempre que podemos. Ahora ha sido una época muy difícil con esto de la pandemia, pero ahí seguimos los dos al pie del cañón; de hecho ahora viene a Huelva a pasar unos días. Y, por cierto, le encanta Huelva.
Acabas de nombrar la palabra pandemia y la siguiente pregunta tras tu presentación es obligatoria, ¿qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?
La verdad es que es algo que creo que jamás pensamos que podía ocurrir... pero ocurrió. Somos muchos los que somos conscientes con todo ello pero también me entristece enormemente ver a aquellos que todo les sigue dando igual, es muy triste.
No hay respeto, no hay solidaridad, no hay humanidad. Muchos aplausos y mucha tontería pero no se valora realmente a esos maravillosos sanitarios que tenemos, que han estado ahí desde el minuto uno y me refiero a todo lo que abarca el personal de sanidad (celadores, personal de limpieza, médicos, enfermeros, auxiliares…). Al final creo que de todo esto habrá, digamos, tres grupos de personas: aquellos que sí hemos aprendido con todo esto y ya nos ha marcado para siempre, aquellos que se acordarán unos meses y luego olvidarán todo; y, por último, aquellos que todo les sigue dando igual desde el primer moment y eso es lo triste.
Quizá es porque no les ha tocado vivirlo de cerca (o igual sí, quién sabe: donde no hay, ¡¡no hay Pepe!!), pero a mi me tocó en abril de 2020, recién comenzado todo, con la pérdida de mi primo Fali y este año se me ha ido mi suegrito, que ha sido otro padre para mi. Además sé que muchos amigos míos también han perdido familiares, otros llevan más de un año sin ver a sus familias… Es muy triste Pepe, no somos conscientes de ese bien tan preciado que tenemos y tan poco valorado como es la salud. Esto aún no ha acabado, aún queda mucho por hacer, el virus sigue ahí. No nos olvidemos.
¿Crees que habrá más olas de contagio?
Pues la verdad Pepe, creo que sí. No terminamos de aprender. Desaparece el estado de alarma y ya es como si no hubiera virus y pudiéramos hacer “lo que nos de la gana”. Hemos confundido la libertad con el libertinaje. Todo se está disparando de nuevo, suben los contagios, ¡¡sigue muriendo gente por Dios!!! Entiendo que haya que salir, socializar, lo que quieras, pero es como te he dicho antes: parece que ya todo se ha olvidado. Y claro, luego culparemos a todos menos a nosotros mismos, que eso es lo fácil…
¿Cómo crees que cambiará la vida después de la pandemia?
Como te he dicho antes, amigo, pienso en esos tres grupos de personas. Entiendo que tampoco hay que obsesionarse demasiado pero sí mantenernos en el respeto hacia los demás. Yo he aprendido y sigo aprendiendo mucho de y con toda esta situación. Me ha hecho valorar más mi salud y la salud de los que me rodean; ahora valoro mucho más todo, absolutamente todo. Cada mañana me siento feliz por tener una nueva oportunidad. Ya me conoces, “soy una optimista sin remedio” como dice mi amiga Inma y siempre trato de ver lo positivo dentro de la situación más negativa, incluso en esos hachazos que nos da esta vida de vez en cuando… Y sí, a veces caigo y cometo errores, muchos, ¡¡soy humana también!! No sé exactamente cómo cambiará la vida,
pero sí sé que todos deberíamos al menos aprender más a no sólo estar sino también ¡¡SER!! Ojalá el tiempo, después de todo lo que estamos viviendo, ponga a cada uno en su lugar, cada reina en su trono, cada payaso en su circo y cada fantasma en su castillo.
¿Has pasado miedo en algún momento?
Miedo en sí no, sabes que soy guerrera. Para mi, he pasado por cosas peores, tú lo sabes, no fue fácil perder a mi hermano (ahí sentí mucho miedo) y a los tres meses y medio a mi padre: eso siempre va a estar ahí y, créeme, a veces cuesta mucho seguir adelante, cada vez cuesta más. El tiempo no cura nada, sólo ayuda a sobrellevar las cosas de la mejor forma que podamos. Pero sí, me asustaba todo al principio, saber las
cifras de muertos de cada día, ver al gremio sanitario cansado, agotado, llorando de impotencia… Pepe, lo que verdaderamente me da miedo es el ser humano en sí, sentirme impotente ante ciertas situaciones, avergonzarme de la reacción y actuación de muchos, eso sí que da miedo: la ignorancia, la prepotencia, la falta de respeto, de
civismo, de humanidad…
¿Qué proyectos tienes para el futuro y que haces ahora?
Bueno, tengo la suerte de ejercer una de las profesiones más maravillosas del mundo: la enseñanza. Soy profe de inglés, trabajo en secundaria, en el barco que más mares haya surcado, el ÍES Galeón en Isla Cristina. Nuestros grumetes, mis “hormonitas
revolucionadas” como les digo a veces, son los que realmente me dan vida cada día. No es una profesión fácil, para nada; la pena es que siempre estamos muy mal valorados y eso me entristece mucho. Siempre digo que todo aquel que piense que esto es fácil, las vacaciones y bla, bla, bla, que está invitado a venir a mi centro (o a cualquiera) y ¿sabes Pepe?: no creo que aguanten ni una semana. Ya no es la educación de antes, no hay respeto, no hay valores. No es un trabajo solo de mañana. Cuando llegas a casa, hay clases que preparar, exámenes que corregir, dudas que resolver a tu alumnado, dar vueltas a tu cabeza pensando en cómo hacerlo mejor al siguiente día: ¡¡¡es un reto diario!!! El sistema educativo va de mal en peor, cada vez más papeleo y menos realidad. También invito a esos “dirigentes” a visitar los centros, a ver esa verdadera realidad en cada uno de ellos. Uuuufff, mejor dejarlo ahí… Considero que, de alguna manera, somos creadores de sueños. Al alumno también hay que saber escucharlo, no todo consiste en impartir clases de inglés, mates, lengua, sociales, tecnología…
También hay que enseñar la vida en sí, hay que prepararlos para el futuro, hacerles ver que en ellos está conseguir lo que quieren, nosotros somos una herramienta más para ayudarles a construir esos sueños. Y sí, muchos se bajan del barco en el primer puerto, otros siguen pero sin intención de hacer nada y otros quieren llegar al puerto elegido. Nosotros tenemos que intentar llevarlos allí, echar el ancla a veces, aprender también de nuestros errores e incluso aprender también con y de ellos: a veces te sorprenden y te dejan con la boca abierta (no todo va a ser negativo). A mi me apasiona mi trabajo, intento disfrutarlo al máximo aunque sé que hay días que son para olvidar, pero eso existe en todos los trabajos, no nos engañemos, y, repito, tengo la suerte de ejercer en lo que quiero, no puedo pedir más. ¿Proyectos para el futuro?, ay Pepe, hace tiempo que decidí vivir al día, hoy estamos, mañana no sabemos. Para mi el futuro es hoy, sin más… Pero no hay nada malo en ser una soñadora de vez en cuando ¿no?: una educación de calidad, conocer la realidad de los centros (¡¡he estado en muchos!!, empecé en la privada, luego en la concertada y ahora en la pública, son muuuuchos años), valorar más la labor de los profesores, escucharnos (que no oírnos) y así podríamos estar hasta mañana por lo menos jajaja. Que la vida me siga permitiendo disfrutar de mi trabajo y seguir aprendiendo.
Dentro de unos días se hará realidad la inauguración de una calle con el nombre de tu padre. ¿Qué sensaciones tienes?
¡¡Qué pregunta más difícil de contestar amigo!! Tengo sentimientos encontrados. Me siento feliz, orgullosa, emocionada, muy emocionada; pero también algo triste, melancólica, con rabia incluso por no poder disfrutar de ese momento a su lado, ya sabes que mi padre era y sigue siendo todo para mi. Siempre estaré agradecida por cómo se volcó Huelva con la muerte de mi padre, la cantidad de muestras de cariño, más de 20 homenajes, todo. Pero, la verdad, es muy emocionante estar a punto de ver ese sueño hecho realidad. Sobre todo por mi madre, mi viejita linda, la que en su día me dio una lección de vida que jamás olvidaré: no es fácil enterrar a un hijo y luego a tu marido, pero ella se ha mantenido ahí, al pie del cañón, intentando hacer siempre lo mejor para nosotros, aunque a veces sea una “petarda”, jeje (es broma mamiiii, te quiero). Muy emocionada Pepe, ¡¡pero si ya tengo las lágrimas a flor de piel!! Ahí estaremos por él, y él sé que también estará junto a mi hermano desde sus estrellas, me gusta pensarlo así, los sigo sintiendo conmigo. Sí, ¡¡ilusionada es poco!!
¿Qué representó tu padre para Huelva y que recuerdos guardas de él?
Hoy te has empeñado en emocionarme ¿eeehhh? Todas esas muestras de cariño que te he nombrado antes las tengo guardadas y coincido con muchos cuando siempre han dicho que mi padre era “la voz del Recreativo de Huelva” o, como él siempre decía, Real Club Recreativo de Huelva (parece que lo estoy escuchando ahora mismo, ya estoy llorando de nuevo..). Sé que nunca buscó la polémica, le gustaba llevarse bien con todo el mundo, era un hombre justo y honesto, bueno de verdad… Lo siento, no puedo dejar de emocionarme cada vez que lo nombro. Mi padre me enseñó a valorar todo, a buscar siempre lo positivo, a buscar el lado bueno de todo, me recordaba siempre que todo sucedía por algo; sí, me dio y enseñó muchas lecciones a lo largo de su vida, muchísimas. Me encantaba sentarme con él en nuestra terraza de Punta Umbría, contemplando la luna, escuchando el mar y teniendo largas charlas y, créeme, aún me cuesta estar en esa esquina, pero lo hago, cierro los ojos y ahí está, a mi lado. Siempre me decía que me acostara con la conciencia tranquila, al principio no lo entendía bien, pero al final conseguí entender esa frase y puedo decirte que es de los sentimientos mejores que existen: dormir con esa conciencia bien tranquila. Recuerdo también nuestras batallas de cosquillas, su humor constante, su saber estar siempre… Siempre me decía que no perdiera el brillo de mis ojos y que mostrara siempre mi sonrisa. A veces no es fácil, pero lo intento cada día. No puedo Pepe, lo siento, son infinitos recuerdos a su lado. Mi mejor maestro, mi ejemplo a seguir, inolvidable, siempre conmigo.
¿Por qué crees que Huelva no despega de una vez?
¡¡Nos falta el aeropuerto Pepe!! Jajajaja, bromas aparte… Pero sí, nos faltan ciertas cosas vitales como esa línea de AVE o ese aeropuerto. Parece que somos la eterna olvidada. Huelva tiene mucho que ofrecer pero parece que nos da miedo lanzarnos, no sé, la ciudad ha cambiado mucho pero no terminamos de dar ese paso. Yo defiendo esta ciudad al máximo, mi “Xokilandia” querida, eso lo he heredado de mi madre que siempre ha presumido de su ciudad en todos sus viajes, ¡¡ha cantado fandangos de Huelva hasta en Egipto!! Es necesario que todos los onubenses luchemos por nuestra bonita tierra.
¿Qué destacas fundamentalmente de Huelva?
¡Todo! Vamos a luchar desde ya ¿no? Su gente, somos muy acogedores. Sus
interminables playas donde perderte y disfrutar de una de las puestas de sol más bonitas del mundo. Su sierra, madre mía, ¡¡lo tenemos todo y no sabemos explotarlo!! Sus tradiciones, su gastronomía y, lo mejor, su luz.
¿Qué te parece el papel de medios de comunicación y redes sociales durante la pandemia?
Siempre es importante estar informados, pero no dentro del morbo o querer alarmar a la sociedad más de la cuenta. Hay muchas cosas que no se han contado y seguirán sin contarse y creo que se pueden decir las cosas de muchas maneras, pero hay que saber hacerlo. Yo, si te digo la verdad, llegó un momento en el que dejé de ver las noticias. Afortunadamente tengo muchos amigos en varias ciudades de España y en otros países y están en primera línea de batalla, ya me entiendes, prefiero que sean ellos los que me informen. Vivamos cada día de la mejor forma posible, seamos tolerantes, respetuosos, solidarios, humanos; hace falta más empatía y escuchar más (saber escuchar, vaya). Como siempre les digo a mis alumnos, tenemos dos orejitas y una sola boca para escuchar (que no oír) más y hablar menos.
María que me ha encantado echar este ratito de charla contigo, que eres la simpatía personificada, que disfrutes de la inauguración del paseo de tu padre, donde estaré acompañándote a ti y a tu familia, que verte feliz me alegra un montonazo y que sigas disfrutando de tu profesión y de Isla Cristina, localidad a la que yo quiero con toda mi alma.
Un abrazo grande amiga. Se te quiere