El medio confinamiento del ex lateral del Recreativo Dani Soria en Tomelloso
El ahora prestigioso enólogo trabaja de 8 a 15 horas en su bodega, en la que están extrayendo alcohol para los geles

Con motivo de confinamiento al que estamos sometidos para intentar parar este malnacido virus, estoy teniendo la oportunidad de tener más contacto con viejos amigos con los me une una buena amistad a pesar que nos vemos poco, aunque si nos hablamos con cierta frecuencia. Uno de ellos es el que fuera lateral derecho del Recreativo de Huelva, Dani Soria, que militó en el Decano en la época de Joaquín Caparrós como técnico albiazul, y con el que se consiguió el ascenso a Segunda División.
De este riojano, afincado ahora en Tomelloso, se recuerda sus potentes saques de banda, su entrega y sacrificio y el don de gentes que siempre tuvo, lo que le hizo granjearse las simpatías de los aficionados.

Ahora es un prestigioso enólogo en Ciudad Real y me decía cuando lo llamé para que me contara como se encontraba, que su confinamiento no es como el de la inmensa mayoría de los españoles, pues pertenece a una empresa esencial, ya que aparte de bodega son destilería y tienen alcohol destilado, aunque para el tema de los geles deben hacer un tratamiento que es desnaturalizarlo y ahora mismo esta muy demandado
Dani, tiene ir al curro de 8 a 15 horas los dias laborables y luego a casita, como tiene que ser. Sus ratos son para cocinar de supervivencia, leer, saber de la familia, que toda esta en Logroño, excepto su hijo que está en Tomelloso, aunque no vive él, y desde luego deporte, para mantenerse un poco. Una sesion los días que trabaja y doble los días que no. Vamos que se cuida el muchacho.

Lo he visto en un reto dándole pataitas a un balón en el salón de su casa y ha llegado hasta 50 toques, lo cual no está nada mal, dejando claro que sigue en plena forma, y es que Dani estuvo activo como futbolista hasta los 40 años y eso se nota.
Me contaba igualmente este veterano del Recreativo, que debe una visita a Huelva, de donde tiene grandisimos recuerdos y aún le quedan amigos, lo cual no es de extrañar, pues su forma de ser le permitió que se le apreciara.
Artista, que te esperamos cuando quieras, que vienes a tu casa. Eso sí, tráete unos vinitos de la bodega donde trabajas