viernes. 19.04.2024
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Carmela Núñez: "Ha sido maravilloso vivir con Toti, mi marido"

No podéis ni imaginaros queridos lectores de Diario de Huelva, la ilusión que me hace entrevistar hoy a Carmela Núñez, esposa del que fuera mi gran amigo Vicente Toti.
Carmela Núñez: "Ha sido maravilloso vivir con Toti, mi marido"

No podéis ni imaginaros queridos lectores de Diario de Huelva, la ilusión que me hace entrevistar hoy a Carmela Núñez, esposa del que fuera mi gran amigo Vicente Toti, y obviamente ella también lo es.

Aunque a través de mensajes, nos contamos cosas casi a diario, cuando ella coloca en redes sociales imágenes suyas y de su marido, no pensaba yo que iba a tener ganas de dejarse entrevistar, pero aceptó y yo estoy encantado.

Carmela, que es como la llamaba su marido, nació hace 72 años en Zalamea, allí vivió hasta que se casó con Vicente Toti en 1970, después fijaron su residencia en Moguer, donde estuvieron poco más de dos años, posteriormente cambiaron de domicilio y se establecieron en Huelva, dónde nacieron sus hijos Paloma y Marcos, y en la capital estuvieron viviendo en la barriada de la Hispanidad hasta que su marido se jubiló, que volvieron a Zalamea, aunque nunca dejaron de ir a su casa en Huelva.

Vicente fue creador del periódico La Voz de Zalamea, donde nuestra protagonista de hoy ha colaborado durante 29 años, donde llevaba todo lo relacionado con las suscripciones.

Carmela, es de esas personas entrañables que te encuentras en la vida, por lo que no es extraño que tenga el afecto y cariño de las personas que forman parte de su círculo de amistades, pues aparte es solidaria, optimista, positiva, con carácter y de ideas claras, empática, risueña, amable, cordial, muy zalameña, familiar, comprometida con la sociedad y desde luego, muy buena gente.

Ahora vamos a reflejar el contenido de un ratito de charla que he mantenido con Carmela, a quien he encontrado cómoda y con ganas de contar cualquier cosa que le iba preguntando.

P. - ¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?

R. - Una situación difícil por culpa de la dichosa pandemia y las malditas guerras.

P. - ¿Cómo crees que ha cambiado la vida tras más de dos años de pandemia?

R. - Vivimos con la preocupación de tener que protegernos del virus, cosa que hace años no lo hubiéramos imaginado. Creo que nos hemos dado cuenta de lo necesario que son los abrazos y los besos, así que ojalá valoremos ahora cosas y situaciones a las que antes no le dábamos importancia.

P. - ¿Te esperabas una guerra en Europa en pleno siglo 21?

R. - Esta guerra jamás, aunque nunca ha dejado de haber guerras, pero parece que por no estar tan cerca, la ignorábamos.

P. - Has pasado miedo el algún momento?

R. - Un poco si, por el virus y la guerra, siempre se piensa en tus hijos y nietos.

P. - ¿Qué proyectos tienes para el futuro y que haces ahora?

R. - Desde hace tres año no pienso en el futuro, ahora sólo en vivir el día a día rodeada de mi familia.

Antes pertenecía a un grupo de sevillanas y palillos además de estar en los bailes regionales de mi pueblo, donde bailaba el fandango y las sevillanas pardas con el traje de serrana, pero eso ahora, imposible.

Sigo en Manos Unidas, dónde colaboro desde que en 2003 nos vinimos a Zalamea, aquí me siento a gusto, se trabaja mucho para conseguir hacer cada año un proyecto para los hermanos más necesitados, pero mi pueblo es muy solidario y siempre responde.

P. - ¿Qué significa para ti Zalamea?

R. - Zalamea es mi hogar, aquí vive casi toda mi familia y aunque nosotros vivíamos fuera, todas las semanas veníamos con nuestros hijos desde pequeños,  mi casa sigue siendo donde nos reunimos toda la familia.

P. - ¿Cómo era en la intimidad Toti, tu marido?

R. - Toti era mi vida, cariñoso, nada rencoroso, familiar, con un sentido del humor increíble, buen marido y compañero y un padre que ni te cuento, mejor imposible. Teníamos mucha complicidad, solo mirándolo sabía lo que estaba pensando a pesar de su típico despiste. Hablábamos mucho de cualquier cosa, tu fíjate, él no creyente, yo en Huelva treinta años de catequista y siempre hubo respeto entre los dos y repito mucha complicidad, me ayudaba con los niños cuando eran chicos para que yo pudiera dar catequesis y yo a él para que disfrutara pintando o escribiendo. Vicente siempre decía que nos llevábamos tan bien porque en muchas cosas éramos distintos, que uno era el complemento del otro y que por eso hemos podido estar 52 años juntos y felices.

Hemos disfrutado muchísimo, le encantaba viajar y eso nos lo contagió a los tres y bailar era otra de sus pasiones, igual lo es para mí.

P. - Toda la vida rodeada de artistas, tu marido, tus hijos, tus nietos, ¿cómo se lleva eso?

R. - Sé lo que es vivir con un artista,  hay que comprender que tienen que tener su espacio, saber que para él es muy importante el arte, que forma parte de su vida, es una necesidad que tienen, siempre ideando proyectos nuevos y luchando por un mundo mejor.

Estando en el hospital pocos días antes de maldito 17 de marzo, le dijo a mi hijo entre otras muchas cosas: Marcos, conocí a tu madre que es la mejor mujer que se puede tener y todo lo que he hecho ha sido gracias a ella. Después de escuchar esto, creo que lo he hecho bien y ha sido maravilloso vivir a su lado. Mis hijos han seguido su ejemplo, de lo que me siento muy orgullosa, igual que he estado y estoy de él.

P. - ¿Qué recuerdos guardas de tu niñez y qué soñabas ser de mayor?

R. - Recuerdo lo que me gustaba estar en el campo con mis abuelos, ir a la escuela, salir en el pueblo con mis amigas que aún conservo, los juegos en la calle y muchas risas, pasarlo estupendamente en el llano de la ermita de San Blas jugando al corro, en la verbena de San Juan y en la feria de septiembre, una niñez sin lujos, pero maravillosa. Me hubiera gustado ser azafata de vuelo, pero me quedé en el bachiller de cuarto y revalida, eran otros tiempos.

P. - ¿Quiénes han sido tus referentes en la vida personal y profesionalmente?

R. - Hay personas que conozco, anónimas, que tienen o han tenido una vida muy dura pero están siempre agradando con buenas palabras, una sonrisa, no hablan nunca mal de nadie, no se quejan, ellas son un referente para mí, la más cercana mi madre, se quedó en quince meses, y siendo una niña, sin su padre, dos de sus hermanos y su abuelo, tuvo que trabajar desde bien joven, sufrió la enfermedad de mi padre y se quedó viuda con 50 años y fue tan fuerte hasta el final.

Y por supuesto mi marido,  que era especial y sin él mi vida hubiera sido completamente distinta.

P. - ¿Cuáles son tus aficiones y a que dedicas tu tiempo libre?

R. - Cómo te he dicho antes una de mis aficiones siempre ha sido el baile, pero ahora está parada, me gusta cuidar mis plantas, la repostería, hacer punto de cruz, leer, disfrutar de mis nietos, poner un poco de orden en el desorden que todavía hay en las cosas de mi marido.

P. - ¿Con quién te gustaría cenar, por qué y que le preguntarías?

R. - Debo de ser muy rara, porque no me sentiría cómoda con personas que aunque admire no las conozco. Con el que me gustaría ya es imposible, pero comer con mis cuatro nietos eso sí es un placer, no hay cena mejor, me gusta que hablen ellos, me cuenten cosas, me pidan consejos y que discutan porque todos quieren ser mi favorito, sin necesidad de yo preguntar.

P. - ¿Qué es lo que más valoras y detesta de esta vida?

R. - Valoro la paz, la amistad, la sinceridad, la humildad, la solidaridad, la lucha por la justicia.... Y detesto el consumismo, la mentira, el egoísmo, la avaricia, la falta de respeto, todo lo que nos quite la paz.

P. - ¿Cuáles son tus mejores recuerdos que guardas de tu vida? 

R. - Tengo muchos de mi niñez, pero sin duda en mi mente esta siempre el 17 de junio de 1967, el día que bailé por primera vez con mi marido y con la canción “Extiende tus brazos· de The  Four Tops, empezamos una vida llena de felicidad. Le sigue el día de nuestra boda y por supuesto el nacimiento de nuestros hijos y nuestros nietos. Y cualquier otro día que cogidos de la mano, hemos paseado por cualquier lugar, hablando o simplemente contemplando el paisaje o jugando con nuestros hijos y nietos.

Carmela, ha sido una auténtica gozada echar este ratito de charla, que nuestros lectores te conozcan una mijita más y desde luego, un placer recordar a tu marido y a mi amigo, con el que tantos momentos pasé y al voy a seguir recordando siempre, pues no se podía ser tan buena persona como era él.

Seguro que viendo esta entrevista me diría, lo que tu no consigas... Un besote grande amiga.