lunes. 29.04.2024
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Carlos Monis: "Soy el marinero de la arquitectura"

Carlos Monis junto a su oficina en Bogotá.
Carlos Monis junto a su oficina en Bogotá.
Carlos Monis: "Soy el marinero de la arquitectura"

Sin lugar a dudas ha sido toda una gozada entrevistar al arquitecto isleño Carlos Monís, quien se autodefine como "El Marinero de la arquitectura". Además en su anagrama profesional están bien definidos un ancla y un compás. Lo mismo que el marino que cada mañana sale a faenar para buscar el pan de sus hijos, Carlos lo hace a través de la arquitectura. Y ha tenido que recorrer mucho mar para hacer su labor, su trabajo.

Conocimiento, entrega, pasión, diseño y belleza se aúnan en los proyectos de nuestro protagonista, quien controla cada una de las fases del acto creativo, sus valores sostenibles y su equilibrio. Un entendimiento de la arquitectura que nunca abandona los aspectos más técnicos del proceso, ni la viabilidad de cada uno de los proyectos, que adecuán a las necesidades y posibilidades reales de cada uno de los clientes.

Carlos Monis con Camacho Malo.
Carlos Monis con Camacho Malo.

Esta podría ser la entradilla de Carlos Monis, un hombre risueño, soñador, trabajador, entrañable, solidario. Eso que por aquí abajo llamanos "mugüenagente". Tenía yo ganas de ir a la antigua Higuerita, por lo que Carlos fue la 'excusa' perfecta para desplazarme a Isla Cristina. Después de saludarnos y hablar de su padre, al que conocí hace unos  40 años, empezamos la entrevista:

P. - ¿Quién es Carlos Monís?

R. - Soy un isleño que nació en Huelva. Me crié en Isla Cristina, estudié en el colegio Reina María Cristina y en el instituto Mirabent. De aquí salgo a la Universidad de Sevilla. Aunque soy arquitecto, antes hice cinco años de ingeniería de telecomunicaciones, pero me tiraba mi actual profesión. Entonces la carrera era de 6 años más el proyecto, pero yo lo hice todo en solo cinco años.

En su etapa estudiantil.
En su etapa estudiantil.

P. - ¿Qué bueno no?

R. - Bueno, era una segunda carrera y yo era un poquito mayor. Además ya trabajaba en estudios de arquitectura y al entrar en la facultad rápidamente me captaron en el Instituto de Ciencias de la Construcción. Allí hacía programas de acústica arquitectónica en varios departamentos, así que cuando terminé la carrera, al año estaba trabajando como profesor para la Universidad. También fui arquitecto municipal en la sevillana localidad de Pilas y tenía mi propio estudio en la capital hispalense. Pero llegó el momento en que tenía que cortar cosas y dejé la docencia, aunque me gustaba mucho. Y también abandoné el tema de la administración.

P. - Tengo entendido que te fuiste a ejercer tu profesión al extranjero. ¿Cómo tomaste esa decisión?

R. - Mira José Luis, cuando nos amenaza la crisis, en el 2008, empiezo a internacionalizarme y hago proyectos en Italia, Bulgaria... donde abro oficinas. Incluso fui a Dudai en el 2009, pero las condiciones no eran las más propicias, pues te exigían tener un socio dubaita con el 51% de la empresa que yo montara. Vamos, que era complicado, pues me podía hinchar de trabajar para que el primo del jeque recapitalizara la empresa y se quedara con ella entera.

Carlos en Dubai.
Carlos Monis en Dubai.

P. - ¿Entonces que haces?

R. - Me vuelvo a Sevilla, pero la crisis sigue siendo brutal. Veo como compañeros míos arquitectos, muy buenos por cierto, se iban retirando de la profesión para dedicarse a la hostelería y otras actividades. En ese mommento me planteo qué hacer, si me rehago y monto otra cosa o abro el mapa del mundo, pues gracias a Dios, esta es una profesión que se puede ejercer en cualquier sitio. Y como ya había probado en Europa y Asia, pues me dije, vamos a ver que tal Latinoamérica, que de momento la integración es más fácil por el idioma. Me puse a estudiar todas las economías más emergentes como Chile, Panamá, Brasil... pero ninguna me resultaba interesante. Así que me decido por Colombia, pues por aquel entonces estaba haciendo un máster en Sevilla, donde tuve como profesor a Ramón Tamames, quien me comentó que dicho país sería un buen destino, pues su economía era emergente y tenía unos planes de crecimientos muy buenos, con el índice de la aparición de vías por todo el país. Vamos, que me recordaba mucho la Andalucía de 1992, cuando empezamos a tener una mayor presencia en el desarrollo de nuestra región y un mayor dinamismo. 

P. - ¿Cuándo te fuiste a Colombia?

R. - Me fui en el 2012 y todavía sigo allí, lo que ocurre es que en el 2020, con la pandemia, me vine a España. Pero dejé montado el estudio de arquitectura y la constructora y ahora voy cada mes o dos meses.

En Cartagena de Indias.
En Cartagena de Indias.

P. - ¿Qué te decían familiares y amigos de esta decisión?

R. - Lo habitual, el tema de la seguridad. Cuando lo dije en mi casa, mi madre se llevó todo el día llorando, pero era mi decisión, cogí dos maletas y me planté allí.

P.- ¿Pero tú conocías a alguien?

R. - ¡Que va!. No conocía a nadie. Si es cierto, que dos días antes de partir, cuando ya tenía cogido hotel para diez días, con la intención de adecuarme a la ciudad y buscar luego un apartamento, para mis adentros pensaba que estaba loco. Fui dando vueltas a la cabeza por si recordaba a alguien que conociera de allí y como pertenecía al Club Los Leones, que es la ONG más grande del mundo, más que Cruz Roja, estuve mirando por todos sitios. Pero mira por donde, fue a través del mundo del toro donde aparece mi contacto en Colombia. Antes de salir me llama un ex-torero de aquel país, Alberto Mesa, diciéndome que lo había llamado un amigo suyo y quería que me fuera a su casa. Al principio le dije que no, pero me insistió tanto que decidí ir a conocerlo y me convencieron para que me quedara allí unos días. Todo fue sorprendente. Cuando llego a la casa de Alberto en Medellín, me doy cuenta que es un auténtico enamorado de la cultura española, pues tenía hasta un tablao flamenco. Y al día siguiente, cuando me estoy levantando, oigo una guitarra flamenca. Y es que al lado de mi habitación se quedaba un familiar de Estrella Morente, aquello era subrealista. A partir de ahí fuí conociendo gente y todo fue más fácil.

Carlos Monís en una reunión taurina.
Carlos Monis en una reunión taurina.

P.- Pues cambiando de tercio que dirían los taurinos. ¿Cómo es la construcción en Isla Cristina?

R. - (Se queda pensativo antes de contestar) Mira José Luis, tenemos un paraje idílico, pero no sabemos potenciarlo a través del urbanismo. Por ejemplo, el crecimiento que tuvo el Puerto se hizo de espaldas al río. Uno viene entrando desde Ayamonte, con la magnífica puesta de sol que tenemos, para una vez que pasamos el puente, dejar de verla. Y si nos metemos por el muelle, hay determinados elementos que soltaron allí como si fueran cajas que no te dejan ver hasta el último tramo. Bajo mi punto de vista, habría que hacer un reestudio de todo, la infraestructura portuaria, la logística, el muelle, el transporte... Y habría que contar con todos los sectores y con las gentes de El Puerto, pues de no hacerlo sería un error. Es complicado, pero posible. Cuando yo lleguÉ al pueblo, monté una exposición que se llamaba 'Isla Cristina 2049' y dejé una serie de ideas sobre distintas infraestructuras para el crecimiento de la ciudad que podrían ser interesantes.

P. - ¿Echas de menos Isla Cristina cuando estás lejos?

R. - Claro que sí, sobre todo la gastronomía y el entorno. Pero cuando yo estoy en Colombia, soy consciente que estoy en otro entorno, con una cultura parecida a la española, aunque con cosas distintas. Por tanto, hay que hacer un esfuerzo por integrarse.

En un avión.
En un avión.

P.- ¿Tu ciudad ideal para vivir?

R. - He vivido 21 años en Sevilla y es genial. Pero en general, en España se vive muy bien. Huelva tiene el encanto de tener todo muy cerca y hay que ver cómo te cambia la perspectiva espacio/tiempo. Obviamente también nos quejamos muchas veces de lo nuestro, pero en otros países, como me ha pasado a mi en Colombia, para atenderte un médico tarda hasta 12 horas. He estado allí en pandemia y aquello fue dantesco. Y menos mal que tenía seguro médico, pues hay lugares en los que si no lo tienes, te quedas en la puerta de un hospital y no te atiende nadie.

P.- ¿Qué proyecto le hubiese gustado realizar? 

R. - A ver, hay una obra, y todavía estoy a tiempo, que me encantaría realizar. He visto fuera de España auténticas necesidades en zonas degradadas, donde ves niños que no pueden ir a un colegio o tienen que trasladarse muchos kilómetros por veredas y rías. Y en algún momento me gustaría hacer un centro educativo. Es una obra social que me apetece.

Como ponente en una feria de la construcción.
Como ponente en una feria de la construcción.

P. - ¿Y en Isla Cristina?

R.- Cómo te he comentado antes, en su día realicé la exposición/visualización 'Isla Cristina  2049' con más de cien proyectos. Salió la licitación del bulevar y esa la gané yo. Y estamos en ello. 

P. -¿Qué le recomendarías al alguien que se viniera una semanita a Isla Cristina? 

R. - Que visite el entorno, que todos los días fuese al muelle o a la playa a ver como sale el sol y como se oculta. Le recomendaría nuestra gastronomía y que conocieran a sus gentes, que las hay muy interesantes. 
Isla Cristina es un municipio muy importante
 culturalmente, con gentes muy válidas. Y musicalmente es increíble. Les diría que conocieran sus carnavales. Y te voy a confesar una cosa, siempre he querido salir en una agrupación y haber cantado en el Teatro Gran Vía. Pero como mi vida ha estado siempre de un lado para otro, no ha podido ser, pues al carnaval hay que dedicarle su tiempo, pero estas fiestas me gustan mucho. Es un movimiento cultural fascinante, además creo que se pueden hacer más cosas en el mundo de estas fiestas típicas de invierno, como exportarlo y no hemos llegado a hacerlo.  Desde luego recuperaría el Teatro Gran Vía. Creo que la corporación municipal está en ello y sería un gran acierto.

En su estudio en Isla Cristina.
En su estudio en Isla Cristina.

P. - ¿Cuando eras niño, qué querías ser de mayor? 

R. - Estaba muy relacionado con la figura de mi padre. Como bien sabes, él es maestro, pero es una persona que le gusta mucho el bricolaje. Fíjate hasta que punto, que su casa se la ha construído el solo. Tardó 30 años, pero ahí está. Recuerdo de pequeñito, con 11 años, estar ayudando a mi padre a montar un forjado, a hacer una cimentación o cosas por el estilo, y quieras que no, eso se arrastra. Creo que aquella época me marcó internamente lo que me apetecía ser y es lo que soy hoy. Empecé por las telecomunicaciones y terminé donde quería estar, aunque mi primera carrera me ha servido de mucho. 

P.- ¿Quienes son tus referentes personales y profesionales?

R. - Evidentemente, mi padre. A nivel profesional, en mi sector hay muchos arquitectos que me llaman la atención con sus trabajos. Yo soy de la escuela de Cruz Ortiz y de González Cordón, en Sevilla, que son muy buenos arquitectos. También me gusta mucho Enrique Miralles.

En una feria especializada.
En una feria especializada.

P. - ¿Cuando te encargan un proyecto se dejan influir por tus gustos?

R. - A mi me gusta una visión muy moderna de la arquitectura, pero el proceso arquitectónico es muy abierto, pues uno tiene que dar solución a las necesidades del cliente, el cuál me puede decir: Carlos diséñame tal cosa, que a mi me gusta este tipo de arquitectura, que lo mismo no es el modernismo que yo entiendo. Si el cliente pide otra cosa, recojo, lo adapto y que se quede contento, que es importante.

P. - ¿Cual es el edificio que hayas visto, que más te ha gustado?

R. - (Sonríe) Mira, lo de Dubai es una cosa... Espectacular. Allí te puedes encontrar de todo, pero hay algunos proyectos que me han gustado enormemente, no solo por el diseño, sino por ese entendimiento que han tenido de la zona. Hay un proyecto en Medellín que es la Biblioteca España, financiada por el gobierno de nuestro país, que estéticamente tiene su punto. pues parece como unos meteoritos caídos encima de una loma. Este proyecto se hace dentro de una comuna, tipo fabela brasileña, en una sociedad muy degradada, con la cultura de los narcos, y es muy curioso, pues cuando van los visitantes a la zona, se les acercan muchos niños y niñas y te cuentan la historia de la biblioteca. La zona experimentó una transformación a través de la arquitectura y a las gentes de la barriada les cambió la mentalidad y están orgullosos de su edificio. Tienen un elemento arquitectónico diferenciador, que hace que la gente fuera a visitarlo y conocerlo. Y a través de la cultura y la arquitectura se demuestra que hay algo más allá del narcotraáfico. A mi me encanta ese proyecto y además en Medellín hay cantidad de buena arquitectura con un impacto social impresionante. 

Carlos Monis.
Carlos Monis.

P. - ¿Con quién te gustaría compartir una cena?

R. - Eso no me lo habían preguntado nunca. Déjame pensarlo. Creo que con Bill Gates. Y le preguntaría por su proceso, cómo empieza desde cero y cómo apoya a la gente que lucha y que trabaja. Y cómo tiene tan buenas ideas. En fin le preguntaría de todo. 

P. - ¿De qué te arrepientes? 

R. - Lógicamente, he cometido errores. La vida está llena de aciertos y de errores, pero mira, me hubiese gustado haberme dado cuenta antes que la arquitectura era realmente mi camino. 

P. - ¿Podrías vivir sin teléfono móvil? 

R. - Claro que sí. Lo necesito para mi trabajo, pero a mi me sueltan en cualquier sitio sin teléfono y puedo estar tan tranquilo, entre otras cosas, porque antes he vivido sin él. No sé si los más jóvenes podrían decir lo mismo. 

Carlos, ha sido un lujazo y un placer echar contigo este ratito de cháchara, verte ilusionado, feliz y con ganas de seguir haciendo historia. Un abrazo grande amigo.