Antonio Con: "Los niños que se crían con animalitos suelen ser más sociables"
A Antonio Con Fernández, nuestro protagonista, de hoy lo conocí hace más de 30 años, cuando su encantadora esposa May tenía una tienda de animales en la calle Marina, y donde hice una buena amistad con la pareja.

Cuando llamo a Antonio para realizar esta entrevista no lo duda, acepta. Y después de un ratito de ponernos al día de nuestras vidas, le pido que se presente para los lectores de Diario de Huelva, y lo hace de esta manera:
"Nací en Utrera, tierra de arte y del potaje gitano. Yo cuando veía aquel ambiente me quedaba extasiado.
Estudié en los Salesianos de Utrera y cuando mi familia se marchó a la costa de Gerona me quedé con mis tíos, "el del caballo mecánico con las batallitas de las guerras en África". Por cierto, estaba en el cuerpo de ingenieros y una noche llegó a lo que parecía un campamento entre árboles, y al amanecer se desató el infierno, los árboles eran piezas de artillería camufladas y estaban en "La Batalla del Ebro".
Uff, que me pierdo. Aproveché el estudio y la casa para pintar algunos cuadros. En verano me marchaba con el resto de la familia a Lloret de Mar en Gerona, donde conocí un mundo de discos, turismo y otras culturas con un modo de vida que no conocíamos, no lo veíamos ni en las pelis.
Trabajé en Huelva en la misma empresa que la familia. En ella me hablaron de hacer unos trabajos en esta tierra. Al finalizar mi etapa decidí quedarme aquí con Abengoa, montando los centros subterráneos de transformación en el Polígono de San Sebastián. No había un domingo o festivo que no aprovechásemos para hacer mantenimiento en centros de alta/media tensión por la provincia.
Con las milicias me marché a La Legión. El ejemplo familiar fue determinante. Mi padre se fue con la División Azul (Blaue División) y estuvo en El Sitio de Leningrado. A la criaturita recuerdo que lo condecoró, junto a otros compañeros, Muñoz Grande personalmente en un acto que terminó con una cena en el Pabellón Municipal de Utrera. Está claro que no me podía alistar en otro sitio, y me fui al Tercio Gran Capitán en Melilla, donde conocí a personajes interesantísimos. Fue una experiencia única.
Hasta mi licencia estuve en la enfermería. Allí atendía tanto a los militares como a los civiles de la zona. Los domingos y festivos pasaba yo la consulta. La experiencia más triste fue hacerle personalmente la autopsia a un compañero.
De allí volví a Huelva y entré a trabajar, donde he estado unos treinta años, en Fesa, la empresa de fertilizantes que compró a Fertiberia, la salvó de la quiebra y puso el nombre a sus factorías. Este grupo de empresas tenía en Huelva a varios miles de trabajadores entre directos e indirectos, y a nivel estatal unos 20.000 en el ramo de barcos, explosivos, etc. Fertilizantes con base en los fosfatos, de nuestras minas del Sahara, y ácidos extraídos de las piritas de las minas de Huelva. Esta empresa, junto con el conjunto de el polo químico de Huelva, no solo fueron motor del arranque económico de Huelva, es que son fundamentales hoy en día"
Antonio, que es un aventurero empedernido, me ha contado que le falta una Navidad en un crucero por Méjico y varias islas del Caribe en el buque Pacífic, donde se grabó la serie "Vacaciones en el mar". A parte, este pintor viajero es un tipo entrañable, afable, con un alto sentido de la amistad, solidario, buen conversador, con sentido del humor, observador y... buena gente.
Llegó en momento de la entrevista y el resultado de la misma es la siguiente:
P. - ¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?
R. - En general, es bastante mejorable en prácticamente todos los aspectos. No comprendo dónde quieren llevar a este país, por qué, ni para qué. Saldremos adelante de nuevo como país, sin duda alguna, pero no sin muchísimo esfuerzo por parte de todos.
P. - ¿Cómo crees que ha cambiado la vida con el covid?
R. - A estas alturas de civilización, con los niveles sanitarios que se disponen, es incomprensible la aparición de la pandemia y la cantidad de decenas de miles de vidas que se ha llevado. Hay demasiados puntos oscuros en el tratamiento, medidas sanitarias, selección de tratamientos según quién y para quién, medidas que se han tomado sin aparente sentido y una lista interminable de preguntas sin respuestas. Ha sido un horror que ni en la peor película de terror hubiesen imaginado. Ojalá que pronto desaparezca y quede solo en el recuerdo. Muy duro, muy amargo para demasiada gente, pero que salga ya de nuestras vidas.
P. - ¿Te esperabas una guerra en Europa en pleno siglo 21?
R. -Verdaderamente esa es una zona imprevisible y Putin no te digo... , pero lo que realmente sorprende es la crueldad con la que el ejército ruso está masacrando a los civiles ucranianos y la tibieza empleada por el resto del mundo. Cuando estás viendo imágenes de esta guerra no puedes evitar pensar que es diferente y que podría ser en cualquier de nuestros países, de nuestros barrios, que son ciudadanos como los que te encuentras cada día por la calle, y eso lo hace particularmente próximo, preocupante.
P. - ¿Has pasado miedo en algún momento?
R. - Pues no. Mejor y más realista es pensar lo mucho bueno que tienes por delante cuando amanece cada día. Si comienzas a preocuparte por las muchas cosas malas que te podrían suceder no saldrías ni a la puerta de la calle, y eso es estar ya un poco muerto.
P. - ¿Qué proyectos tienes cara al futuro y qué haces ahora?
R. - Proyectos todos. Y hacerlo todo. Siempre he dicho que la pintura para mí es una forma de vida, no un medio de vida. Si estás solo puedes permitirte hacer la vida que te dé la gana, pero si formas una familia la primera obligación que tienes es la de darle estabilidad económica digna y, eso es muy difícil de conseguir con el Arte.
P. - ¿Qué significa para ti Huelva y qué es lo que más valoras de ella?
R. - Llegué Huelva desde la bulliciosa Costa Brava, hace muchos años, cuando me dijeron que por aquí había un entorno inigualable, unos pueblecitos de pescadores de ensueño y personas encantadoras. Conocí a May, nos enamoramos y nos casamos con todos los proyectos e ilusiones del mundo. Hace poco celebramos las Bodas de Oro, renovando los votos matrimoniales. Hoy seguimos conociéndonos casi como el primer día casi.
D. José María Roldán, gran hombre, persona y amigo con quien estuvimos vinculados por la música muchos años, en el comentario de un catálogo me llamó "pintor viajero". Muchas veces me han preguntado qué es lo que más me ha gustado de nuestros viajes por esos mundos de Dios. Siempre he dicho que todos los países tienen tesoros por descubrir, pero para mí que el mejor país para vivir es, sin dudarlo, España. De España: el Sur, y del Sur: Huelva, con lo que me atrajo desde el principio: el mar, su tierra y su gente con sus peculiaridades. Nací en Sevilla, conocí el mar y hoy no puedo vivir sin el calor, el olor de azahar y la cercanía del mar.
P. - ¿Qué te inició en el mundo de la pintura y qué te aporta la misma?
R. - Tradición familiar. Mi hermano desde siempre combinó el óleo con la acuarela. Un auténtico bohemio que cuando terminó sus estudios en Los Salesianos de Utrera me dejó su testigo de la pintura religiosa para las necesidades del centro, pero cada vez que me lo permitían cambiaba las figuras clásicas por las más estilizadas y modernas que comenzaban a incorporarse a este mundillo. La pintura es un modo de vida que siempre te acompaña, es parte de tu vida y no te abandona nunca, es como un desdoble de la personalidad que toma vida propia.

P. - ¿El mundo de los animales de compañía qué es para ti?
R. - Como para muchísimas personas, forman parte de la familia. Antes sonaba extraño hacer esta afirmación, pero hoy hay tantos hogares con animalitos donde son uno más de la familia. Está comprobado que son una buena terapia para los mayores, pues los hace mantenerse activos al tener la obligación de atenderlos debidamente. Los niños que se crían con animalitos también suelen ser más sociables y se relacionan mejor con los demás.
P. - ¿Cómo fue tu niñez y qué soñabas ser de mayor?
R. - Maravillosa, como la de todos los niños, y siempre con algún animalito por casa. Cuando no andaba buscando lechugas para la cobaya eran "jaramagos" para el lúgano o cortando trocitos de "pitracos" para los cernícalos, pan para los gorriones o trigo para las palomas. Hoy sigo igual.
En cuanto a "qué quieres ser de mayor", no sé por qué, supongo que sería también por tradición familiar de lo que escuchaba en casa, pero quería ser paracaidista. Ni futbolista, ni torero ni nada de esas cosas normales de niños. Quería ser paracaidista. Mi tío me sentaba sobre la rodilla y me contaba batallitas de sus guerras en África. Eran muy reales. La pierna era como los toros mecánicos, que saltaba y giraba. Cuando en la batalla el jinete se daba un golpe en la cabeza me lo trasladaba a mí en forma de cogotazo. Era un cachondo y nos quería con locura. Luego de joven conocí a un amigo de mi hermano que manejaba maquinaria pesada y había sido paracaidista, mercenario, legionario... y me decanté por este último cuerpo. Mi hermano me decía que era muy duro, pero él estuvo de "pistolo" y a mí eso no me gustaba. No me resultaba atractivo.
P. - ¿Cuáles son tus aficiones preferidas y a qué dedicas tu tiempo libre?
R. - ¿Tiempo libre?, a veces bromeo diciendo que voy a coger un trabajo de ocho horas porque antes tenía tiempo para todo y ahora para todo me falta tiempo.
Aficiones tengo muchas, casi todo me gusta. La pintura, viajar, que he hecho kilómetros para darle la vuelta al mundo más de una vez, la electricidad industrial, toda la música, el bricolaje, la electrónica recreativa, cuidar mis frutales, el jardincillo, etc. etc.

P. - ¿Con qué personaje te gustaría compartir una cena y qué le preguntarías?
R. - Con un repostero-panadero y preguntarle cómo carallo se hace un buen pan blanco que sepa a pan, y un bizcocho alto, que suba mucho, con masa suave y que no sepa a bicarbonato.
P. - ¿Quiénes son tus referentes?
R. - Los impresionistas, pero como me sucede en la música, me gustan todos, desde los comienzos de la pintura a los contemporáneos, aunque tengo una especial predilección por los impresionistas.

P. - ¿De qué te arrepientes?
R. - De nada. En su momento actué o dejé de hacerlo por unas razones que me parecieron las mejores. Mirarlo con las perspectivas de hoy no tendría ningún sentido. Es como si a sorteo pasado te lamentas de no haber elegido los números ganadores, o te crees el mejor por haber acertado.
P. - ¿Qué es lo que más valoras y más detestas de un humano?
R. - La amistad y la lealtad, frente a la envidia, la mala educación y mediocridad con pretenciones, que son un verdadero peligro.
Antonio, ha sido todo un lujazo que hayas pasado por esta sección de entrevista. Tenemos una visita pendiente a tu casa y la haremos en breve, y dile a May que en los próximos días tenemos que charlar un ratito, para que la amiga de los gatos también se asome a esta ventana #MadeInHuelva.
Un abrazo grande amigo.