Angel Rivas: "En la cocina hay que apostar por productos de primera calidad"

Nuestro protagonista de hoy nace en Valverde del Camino en 1992. En sus inicios se forma en el IES don Bosco, de su tierra natal, como soldador, pero rápidamente pasa a otra profesión, por lo que el CDP Virgen de Belén es su destino, donde realiza el grado medio y superior de cocina. Además, en la Universidad de Nebrija obtiene el título propio de coach. 

Actualmente, se forma en Hospitality MBA, en Turiscool, escuela de negocios.

Ángel ha conseguido varios premios tales como:

- Semifinalista Premio promesas de la alta cocina 2017

- Medalla de oro colectiva de Valverde del Camino

- Medalla de oro de la ANAV Protección Civil a la actividad realizada durante la pandemia

- Dos medallas de bronce al mérito y constancia de la ANAV Protección Civil

- Diferentes reconocimiento por colaboración con instituciones

Una vez que ya conocen un poquito más a nuestro polifacético invitado entramos en faena con la entrevista:

P. - ¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?

R. - Extraña, pero en mis 30 años de vida no he vivido una que se pueda considerar “normal”, desde que tengo uso de razón todavía recuerdo a mis hermanos mayores hablando del efecto 2000 con preocupación de aquella época, luego las gripes aviares, el ébola, prima de riesgo… ahora covid, inflación, guerra... 

P, - ¿Cómo crees que ha cambiado la vida con el covid especialmente en el mundo de la hostelería? 

R. - En mi opinión, y es solo eso, ha dañado un sector, ya no solo por las pérdidas sino por la demonización que se hizo de la hostelería como foco de contagios. Se nos metió a todos los establecimientos en el mismo saco, ha causado que mucha gente no quiera trabajar en el gremio y el covid fue la puntilla a un problema preexistente.

P. - ¿Has pasado miedo en algún momento?

R. - Si, por supuesto, creo que todos lo hemos pasado, yo también soy voluntario de protección civil, trabajamos muchas veces codo con codo con otros servicios esenciales y la idea de cogerlo y pegarlo a seres queridos o la de perder a algún compañero siempre me aterró.

También sentí miedo al tardar mucho tiempo en recuperar el olfato, imaginas José Luis un cocinero sin poder saborear los platos…

P. - ¿Qué proyectos tienes cara al futuro?

R. - Un crecimiento profesional sostenible, hay máximas que creo que en estos sectores no se deberían perder, no se puede sacrificar a la familia ni pareja más que en otros sectores. Me encanta la divulgación y la formación, pero no descarto emprender nuevos proyectos cuando las aguas vuelvan a su cauce y la famosa inflación nos dé una tregua.

P. - ¿Qué significa para ti Aracena y qué destacaría de ella?

R. - Como bien sabes, yo soy valverdeño, en Valverde he pasado dos tercios de mi vida, quiero a Valverde, no lo voy a negar, pero Aracena fue un amor a primera vista, su castillo, su gruta, su clima verde, su gente, su gastronomía, pero sobre todo la pelirroja de mis ojos con la cual llevo un lustro compartiendo la vida. Aracena es la nueva maceta donde me he trasplantado y donde quiero enraizar.

P. - ¿Cómo es el restaurante El Convento, qué platos son los más demandados y los que tú más recomiendas?

R. - El Convento es muy bonito, la restauración y el decorado se realizó con mucho mimo, sin duda. Es un lugar que en sí es historia. La demanda va en temporada, yo si me pregunta un amigo o familiar le recomiendo el San Jacobo, que es un plato exquisito donde se combinan a la perfección solomillo ibérico, jamón de Eíriz y queso de la zona, también ofrecería el helado de castañas o el tiramisú con un famoso brandy de Huelva, también son apuestas mías seguras.

P. - ¿Cómo definirías tu cocina? 

R. - Respetuosa, siempre hay que apostar por el producto de la máxima calidad, el cual no necesita grandes florituras, solo cariño y respeto.

P. - ¿Qué es para ti la cocina y la felicidad? 

R. - La cocina es el vehículo transmisor de la felicidad, nadie podría vivir sin comer, pero yo no podría hacerlo sin cocinar. Creo que desde que decidí dedicarme a esta locura no he pasado más de 7 días sin cocinar algo, ya sea por placer o por trabajo.

P. - ¿Cómo fue tu niñez y qué soñabas ser de mayor?

R. - Esta pregunta es de las que me dejan un poco absorto, fue una infancia difícil, marcada por la pérdida de mi hermano mayor cuando yo tenía 14 años y del bullying que sufrí en la época escolar. Sumado todo ello a que cuando rozaba la mayoría de edad no tuve buenas compañías, estuve a punto de perderme, pero mi entorno me ayudo, pasé de ser un pésimo estudiante que repitió varias veces a tener formación universitaria, y actualmente me encuentro cursando un Hospitality MBA en una escuela de negocios privada. En concreto, este cambio estudiantil se lo debo a Tomás López, el que fuera mi profesor en soldadura, quien confió en mí cuando quizás menos lo merecía pero más lo necesitaba. De niño soñaba con ser arquitecto, era albañil y quería diseñar las casas que construía. 

P. - ¿Cuáles son tus aficiones preferidas y a qué dedicas tu tiempo libre?

R. - Mi mayor afición es ayudar a los demás, sé que suena muy común, pero lo llevo a la práctica siempre que puedo, sea compartiendo mis conocimientos de cocina, divulgando los productos de Huelva, colaborando con prensa, radio, televisión. También realizo actividades solidarias y regalo mi tiempo desde hace más de una década como voluntario de protección civil en Valverde. Mi otra gran afición es el deporte, a ello dedico mi tiempo libre siempre que puedo. Aquí en Aracena conocí a dos profesionales, como la Sagrada Familia de grande, que me han ayudado en su centro Activa a recupérame de lesiones y mejorar mi salud en general.

P. - ¿Con qué personaje te gustaría compartir una cena y qué le preguntarías?

R. - Con mi difunto padre, y le preguntaría la receta para su arroz con bacalao, es uno de los sabores de mi infancia y se lo llevó antes de tiempo. Gracias a Dios me dejó el legado de sus migas y sus habas “enzapatas”.

P. - ¿Quiénes son tus referentes personales y profesionales?

R. - Personales de respuesta rápida, mis padres, siempre han luchado contra todas las adversidades para darnos un futuro, y créeme José Luis que han sido muchas.

Profesionales hay muchos a los que admiro, pero voy a mencionar solo a los que tengo el privilegio de conocer. Referentes para mí son:

- En la pastelería: mi maestro Sergio Ortiz, y su equipo de La torre, y Rosa Rodríguez, de Gran Vía.

- En cocina la lista es un poco más grande: mi maestro Jesús Raposo y mis compañeros de las asociaciones de cocineros a los cuales les tengo una profunda admiración.

- En el mundo de la sala: a mi maestro Juan Matos y a Hugo Rosales de Vita Vinum... 

P. - ¿De qué te arrepientes?

R. - A lo hecho pecho… quizás de no haber aceptado la oferta laboral que me hizo Paradores. 

P. - ¿Qué es lo que más valoras y más detestas de un humano?

R. - Lo que más valoro es la empatía y que sea buena gente.

Lo que detesto en la desidia y a las personas que confunden crueldad con autoridad. 

P. - ¿Cuáles han sido tus mejores y peores momentos profesionales? 

R. - Los buenos han llegado este año, y creo que lo mejor está todavía por venir. Por ahora el contar con el respaldo y cariño de USISA, Masiá Ciscar, Martes Santo, o Eíriz, es algo muy especial para mí. 

El peor se dio cuando en un hotel de Moguer, en lugar de decirme que no era el perfil que necesitaban, me dijeron que necesitaban a alguien que supiera cocinar su carta, sin ni siquiera dar la cara la persona que me había contratado. Mandó a su padre a despedirme. Se pueden hacer las cosas bien sin hacer daño a las personas, pero de esto ya ha pasado mucho tiempo.

Ángel, ha sido un placer conocerte, verte tan ilusionado, optimista... Y cómo no puede ser de otra manera, desearte toda clase de éxitos. 

Un abrazo grande