viernes. 29.03.2024
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El peligroso y voraz Siluro merodea ya por Doñana y los pantanos vecinos a Aracena y Zufre

Ecologistas en Acción insta a la Administración a poner en marcha inmediatamente actuaciones de respuesta temprana y la prohibición permanente de la pesca deportiva donde aparezca algún ejemplar de siluro. Y que se investigue su introducción ilegal.
El peligroso y voraz Siluro merodea ya por Doñana y los pantanos vecinos a Aracena y Zufre

El peligrosos siluro merodea por Huelva, no solo en el Guadalquivir, también asoma por los pantanos del norte de la provincia vecinos a los embalses de Aracena y Zufre.

Ayer mismo se informó que un siluro se había comido a un perro en el Tietar.    Una vecina de Aldeanueva de la Vera, así lo cuenta el Norte de Extremadura. Asegura que "un siluro se comió un perro de raza fox terrier en el río Tiétar. El dueño se encontraba a escasos metros trabajando. Los vecinos piden medidas urgentes ya que ha sucedido en una zona que está abierta al baño público".

Ecologistas en Acción de Andalucía fue informada recientemente de la captura de un ejemplar de siluro de casi dos metros y cerca de 100 kilos de peso aguas a abajo de la Presa de Alcalá del Río, en la provincia de Sevilla. El hecho fue confirmado por las autoridades competentes en la reunión del Grupo de trabajo en materia de Agua del Consejo de Participación del Espacio Natural Doñana, que tuvo lugar la semana pasada.

También fueron confirmadas capturas anteriores tanto en el embalse de Iznájar (Córdoba) como en el pantano del Gergal (Sevilla) en la cuenca del Rivera del Huelva, muy cerca del pantano de Aracena y Zufre.

Los representantes de las entidades integrantes del grupo de trabajo, incluida la estación Biológica de Doñana, decidieron elevar al Peno del Consejo de Doñana la petición de que la Administración ambiental desarrolle de forma inmediata medidas de erradicación y control de la especie.

El siluro es un pez superpredador que puede llegar a medir 2,5 metros y pesar 180 kilos, con una esperanza de vida de 30 años.

Es el más voraz de todos los grandes peces depredadores y se alimenta desde otras especies de peces a aves acuáticas y pequeños mamíferos.

Se trata de una especie exótica invasora introducida cuya presencia es especialmente preocupante en el entorno de las Marismas del Guadalquivir, donde se encuentran las muy escasas poblaciones que quedan de cercetas pardillas, malvasías, porrones pardos o fochas cornudas, todas ellas aves en peligro de extinción.

Debido a su potencial colonizador y constituir una amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas, en España la especie está incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, regulado por el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, estando prohibido y constituyendo por tanto un grave delito su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio.

Un informe reciente del grupo Aphanius de la Universidad de Córdoba confirma así mismo la presencia del depredador en el Bajo Guadalquivir y alerta de las posibles consecuencias sobre la biodiversidad y los recursos pesqueros.

Se une el siluro a una larga lista de peces exóticos introducidos ilegalmente en el río andaluz como alburnos, gambusias, percasoles, peces gato, lucios, black bass y otros, que han llevado al borde de la extinción a nuestros peces autóctonos como colmilleja, boga, barbo gitano y salinete.

La única medida preventiva que sirve para evitar su propagación a otras masas de agua es que la Administración ponga en marcha medidas de control drásticas, que pasan por evitar el acceso y pesca deportiva incluso si se trata de zonas de competición, debido a que sólo aislando los ejemplares para actuar de forma selectiva, se puede frenar su colonización y la amenaza que supone para el resto de todas las especies pescables propias de las aguas dulces andaluzas.

Es vital preservar de la colonización por estas especies invasoras los últimos tramos del río Guadalquivir, ya que constituye un área única no sólo desde el punto de vista biológico y ecológico, sino también y de forma importante, económico.

El Bajo Guadalquivir es uno de los puntos calientes de biodiversidad de Andalucía con un elevadísimo valor ecológico que permite la explotación comercial pesquera en la zona. También alcanza un elevado valor de mercado, por lo que esa biodiversidad es fuente de riqueza y reconocimiento para las pesquerías del Golfo de Cádiz.

Por todo ello, Ecologistas en Acción de Andalucía insta a la Administración ambiental andaluza a poner en marcha inmediatamente actuaciones de respuesta temprana y la prohibición permanente de la pesca deportiva donde aparezca algún ejemplar de siluro, para la erradicación y control de esta especie exótica invasora en el marco de la red nacional de Alerta Temprana, y a que solicite, como hiciera en 2011 cuando fue capturado el ejemplar en Iznájar, a la Fiscalía de Delitos Ambientales del Tribunal Superior de Justicia que investigue sobre la introducción ilegal de siluros en el río Guadalquivir.