El Recre de Oltra se 'barjuaniza'
El Decano multiplica por dos su producción ofensiva pero encaja casi tres veces más goles que al inicio de la Liga.
Una de las razones por las que Sergi Barjuan no acabó de encajar en Huelva fue su apuesta futbolistica. Incluso en los tiempos de vino y rosas, cuando el Recreativo marchaba líder, el Nuevo Colombino nunca fue partícipe de los riesgos defensivos inherentes a la propuesta del técnico catalán.
Mirar más el ataque, implica invariablemente cierto descuido de la zaga. Y sacar la pelota desde atrás te expone a la presión del rival y a la posibilidad de que éste robe muy cerca de tu área. Por eso, el Recre de Sergi fue un equipo letal arriba, capaz de marcar dos o más goles en cada partido, pero también frágil en la cobertura, capaz de recibir dos o más goles en cada encuentro.
Cuando llegó a nuestra ciudad, José Luis Oltra decidió romper con el pasado. También en lo que se refiere al estilo de juego. Dentro de sus variados registros, el preparador valenciano eligió para su Recre el de un equipo sólido y firme atrás, aún a riesgo de generar muy poco fútbol.
La pócima funcionó al principio. En las seis primeras jornadas, el Decano sometía a todos sus adversarios a una visita por el dentista. Costaba un mundo hacerle una ocasión a los albiazules, no digamos ya un gol. A cambio, los onubenses tenían dificultades para pisar el área rival.
El balance goleador lo decía todo: cuatro tantos a favor y cuatro en contra en esos seis primeros encuentros, incluida la debacle de El Sardinero. El entorno estaba encantado con este estilo aburrido, aunque eficaz, que recordaba los tiempos de Alcaraz y Caparrós. El 'barjuanismo' había muerto.
Pero ha resucitado. Desde Santander en adelante, el Recre de Oltra se ha 'barjuanizado'. Ha dado un paso adelante en ataque y, sin recurrir al toque y la posesión, ha sido capaz de mejorar su ritmo goleador gracias a la estrategia y al contragolpe. En total, diez goles a favor en los siguientes seis partidos, lo que supone multiplicar por dos la producción ofensiva.
Claro que, fiel a la teoría de la manta corta, los recreativistas han perdido su elogiada firmeza defensiva hasta recibir 11 tantos en las siguientes seis jornadas. Esto es, casi tres veces más goles encajados que en el arranque liguero.
Partidos locos como el del Benito Villamarín o El Toralín parecían impensables con Oltra en el banquillo y, sin embargo, ahora amenazan con ser la norma. El preparador valenciano ya ha anunciado que tomará medidas. Veremos si tira de la manta hacia la cabeza o hacia los pies.
