La decisión del Comité Olímpico Internacional (COI) de permitir a cada país tener dos abanderados, un hombre y una mujer, en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio ha abierto la puerta para que la mejor deportista de la historia de Huelva abandere a España en la capital nipona.

En principio, el Comité Olímpico Español (COE) suele delegar la figura del abanderado en el deportista en activo con más medallas olímpicas. De mantenerse ese criterio, la abanderada española en Japón debería ser la nadadora Mireia Belmonte, ganadora de un oro, dos platas y un bronce.

Deportes perjudicados

No obstante, esta vara de medir beneficia ostensiblemente a aquellas disciplinas donde hay en juego más de una medalla por su gran número de pruebas, perjudicando a los deportes de equipo o a modalidades como el bádminton, dónde habitualmente sólo se compite en una categoría.

Desde este punto de vista, no hay mejor candidata que Carolina Marín. Su oro en Río de Janeiro en un deporte 'ultra minoritario' en nuestro país, implica muchas más dificultades y supone mucho más mérito que los logros obtenidos en deportes con más practicantes, caso de la natación.

Espíritu de superación

Además, la onubense simboliza como nadie el espíritu de superación asociado al deporte y a los valores olímpicos. No en vano, ha tenido que reinventarse tras permanecer ocho meses de baja por culpa de una grave lesión de rodilla. En Huelva lo tenemos claro, Carolina Marín debe ser la abanderada de España en Tokio. La decisión se tomará en la Junta de Federaciones Olímpicas que tendrá lugar en abril.